Relatos Eróticos Sexo Virtual

Fantasias en el chat | Relatos Eróticos de Sexo Virtual

Publicado por Anónimo el 30/11/-0001


-Anaïs, cariño, cuantas ganas tenía de hablar contigo


-Hola Rosa, yo también tenía muchas ganas de estar contigo, pero no se qué ha pasado estos días que no he podio entrar en el chat


-Yo, algunos días sí he estado, pero no te he encontrado. ¿Te llegó mi correo?


-Sí y me gustó mucho, pero lo que no puede leer es tu relato, en la carta decías que incluías un sueño conmigo, pero no estaba


-¿No?, no sé, tendré que ser más cuidadosa otra vez, creía que te lo había mandado


-Y a ti te llegó mi relato, bueno... ya sé que sí por lo que me ponías en tu e-mail


-Me encantó tu relato... y lo puse en práctica ayer en una cena con las amigas


-Cuéntame cómo te fue


-Pues me puse unos pantalones vaqueros como tu decías en tu relato y cuando ya estábamos en la cena me los subí todo lo que pude y crucé las piernas


-Sigue...


-Entonces empecé los movimientos como tu me relataste y fue estupendo


-Nadie se enteró de nada


-Sí, sólo una amiga se dio cuenta de lo que hacía, las demás no. Además, la que se dio cuenta era precisamente la que más me gustaba


-¿Y te dijo algo?


-Durante la cena no, después, tomando copas, sí


-Y cómo hiciste para controlar el orgasmo


-Me puse incorporada a la mesa con las manos en la cara y tuve que ponerme una servilleta delante para que no se notara. Fue un orgasmo buenísimo.


-Me lo imagino, sólo de pensarlo me pongo caliente. Me tienes que mandar tu sueño conmigo por el e-mail


-Tranquila que ya te lo mandaré. No sé que me pasa contigo, pero me tienes comido el seso, tengo cantidad de fantasías contigo y te uso muy a menudo para mis masturbaciones, espero que no te importe


-Qué va a importarme, todo lo contrario, me halaga y me excita a la vez que yo sea el centro de tus fantasías, muchas gracias por usarme


-Ya, pero es que a veces llego demasiado lejos, no me atrevo ni a decirte los excesos que cometo contigo, me da hasta vergüenza decírtelo


-No te preocupes, tú comete todos los excesos que quieras conmigo, me gustan los excesos, sólo que me gustaría que me los contaras alguna vez


-Ya te los contaré por correo, pero te advierto que a veces me paso un montón


-Sabes, el día siguiente al que estuvimos hablando, estuve toda la mañana caliente pensando en ti y en todo los que nos dijimos. Por la noche follé con mi marido como una loca, él se quedó hasta extrañado de mi ímpetu. Y todo fue por tu culpa.


-Vaya... me alegro de que gracias a mí mejoren tus relaciones sexuales


-Ya ves, es así, si tu me usas a mí para mejorar tus masturbaciones, yo te uso a ti para follar mejor con mi marido.


-Nos usamos mutuamente


-Mutuamente, qué cosas


-Dónde está tu marido ahora, supongo que durmiendo


-Sí, ya se ha ido a la cama hace rato, a él por la noche no le va el asunto, pero mañana por la mañana seguro que me lo hace, se levanta con unas ganas tremendas


-Y a ti te apetece por la mañana, por la tarde y por la noche, ¿no?


-Claro, a mí me gusta el sexo mucho, demasiado.


-¿Que llevas puesto ahora?


-Un camisón de verano de manga corta, transparente... no llevo nada debajo


-Me gustaría estar ahí contigo ahora y rasgarte el camisón y con los jirones atarte las manos


-¿Si?, que bien, ya me has roto el camisón, ahora átame


-Te ato las manos a la espalda, detrás de la silla y los pies por separado a cada pata de la silla, te dejo con las piernas abiertas


-Me has atado muy fuerte, no puedo moverme


-Vas a ser mía, voy a hacer contigo lo que quiera. Te voy a vendar también los ojos para que no veas nada de lo que te voy a hacer


-Véndamelos


-Primero te voy a acariciar los dedos de los pies, uno a uno, los chupo, y te masajeo las plantas


-Me haces cosquillas


-Después subo por tus tobillos, por tus pantorrillas, por tus rodillas, tus muslos. Paso la mano casi sin tocarte, te acaricio sólo con la punta de los dedos, más que tocarte lo que hago es contornear tus muslos. Me paro, no sigo. Tu te mueves hacia delante para que te toque, pero no, todavía no te voy a tocar lo que tu quieres


-Me haces sufrir


-Ahora dejo tus muslos y me pongo detrás de ti, te acaricio la cabeza, meto mis dedos entre tu pelo, por encima de tu nuca. Paso los dedos por tu frente, por encima de tus ojos, por la nariz, entre la nariz y tu boca...


-Bésame, por favor


-No, no te voy a besar, todavía es pronto, quiero que lo desees de verdad


-Lo estoy deseando


-Cállate. Ahora voy por tu barbilla, tus hombros, sólo te rozo, dejo mi mano entre el canalillo de tus pechos, noto tu respiración, tu corazón


-Estoy sudando


-Y yo también, me pongo de frente a ti y chupo el sudor de tu frente y de tus sienes. Tu mueves la cabeza para que siga, pero yo no sigo, me aparto de ti y te miro


-Destápame los ojos, quiero ver tu cara


-No, no te voy a dejar verme ahora, quiero que me veas cuando tenga la cara llena de pasión. Te miro desnuda y me toco los pechos y paso las manos por mi raja. Me excita mucho verte así.


-No puedo verte, no puedo tocarte, no puedo hacer nada... esto es una tortura


-Vuelvo a ti. Bajo las manos por los costados hasta la cintura. Juego con tu ombligo y bajo hasta tu pubis, te acaricio los pelillos, solo eso, no más. Tu te agitas, pero no te hago caso


-Joder, tócame un poco el clítoris, por favor, no aguanto más


-No, sí que aguantas más, mucho más, va a aguantar todo lo que yo quiera


-Me estás poniendo a cien y no me haces nada, eres una cabrona


-Eso, insúltame si quieres, es todo lo que puedes hacer


-Cabrona, más que cabrona, méteme el dedo en el coño


-Sólo me llamas cabrona, me parece poco, seguro que quieres insultarme con cosas más fuertes


-Claro que si, estoy pensando cosas más fuertes


-Dilas, no te reprimas


-Puta, cabrona, fóllame de una vez, puta, puta, puta


-Así me gusta que seas sincera, que digas todo lo que te salga. Pero todavía no ha llegado el momento. Te dejo. Me alejo de ti. Te miro sufrir y me excitas. Vuelvo a ti y me dedico a tus tetas ¿te gusta que te las toque?


-Sí, mucho ¿no ves como están?


-Las amaso con las dos manos. Están duras. Tienes los pezones duros como piedras, se me ocurre una cosa


-Qué...


-Me voy a follar con tus pezones. Me pongo delante de ti y acerco mi coño a tu pezón derecho, me lo meto dentro y empujo con las manos toda tu espalda contra mí. Después hago lo mismo con el otro; eso te gusta ¿verdad?


-Si, si, siiii, dios, como me estoy poniendo. ¿Te puedo pedir una cosa?


-Si, dime


-Que me hagas daño, que me pellizques los pezones hasta que grite, que me insultes y me maltrates


-Eres una zorra, eso es lo que quieres, eres una putilla. Te cojo el pezón izquierdo y te lo aprieto. Suelta un grito tremendo y en ese momento te beso. Ahogo tu grito con un beso, un beso largo, húmedo lleno de pasión.


-Qué ganas tenía de que me besaras, lo necesitaba. Qué bien besas


-Calla putilla, no digas nada. Me separo otra vez y veo tu cara de desilusión. Me buscas con la boca.


-Soy tu puta, tu esclava, tu sumisa, pero por favor fóllame ya, no aguanto más


-Sí, eres mi puta y harás todo lo que yo te ordene


-Sí, lo que tú mandes, todo, todo, todo...


-Te dejo sola y voy a por una botella de cava


-Rosa, no me dejes sola, por favor


-Calla que ya estoy aquí, he traído una botella, ¿a que no sabes qué voy a hacer con ella?


-Ufffff, me lo imagino


-Has acertado. Bajo mis manos hacia tu coño y te lo toco por primera vez, tu dejas escapar un suspiro de placer


-Joder, qué bien, ya era hora, quiero más


-Cojo la botella, que está casi vacía y te la meto por el coño. Gritas. Te ha dolido, pero abres más las piernas para que entre bien


-Me siento desfallecer, me duele un poco, pero me gusta, sigue...


-Te pongo de pie mientras mantengo la botella dentro de ti y me dedico a tu culito. Es precioso, le doy dos palmadas y lo abro, veo tu ojete.


-Qué me vas a hacer en el culo...


-Lo que yo quiera, te recuerdo que tú eres mi puta


-Sí, soy tu puta, pero aunque no te lo creas mi culo es virgen, nunca me lo han follado


-Me encanta la idea de desvirgar tu culo, de ser la primera que se mete allí. Te lo acaricio con los dedos. Bajo hasta allí mi boca y te lo beso, se abre para mí.


-Sigue, sigue, no te detengas...


-Necesito algo para metértelo. Busco en mi escritorio y encuentro un boli. Lo cojo y te lo introduzco poco a poco


-Me haces daño..., cabrona


-Pegas un grito de dolor, pero yo no te hago caso y sigo introduciéndotelo hasta que está casi todo dentro, entonces lo muevo en círculos. Vuelves a gritar.


-Me haces daño, me haces daño...


-Pues te aguantas que para eso eres mi putilla. Me separo de ti y te miro. Por delante está la botella de cava y por detrás el boli. No puedo aguantar la excitación y me empiezo a masturbar. Anaïs cómo estoy, no voy a aguantar mucho más.


-Y yo, joder, que caliente estoy. Desátame, quítame la venda de los ojos, quiero acabar contigo a la vez


-Vale, te desato las manos y los pies, te quito la venda. Te quito botella y te saco el boli


-Tengo las muñecas doloridas de lo fuerte que me has atado


-Te beso las muñecas para que no te duelan. Tu intentas besarme, pero no te dejo, te hago poner de pie y te empujo de golpe contra la pared


-Qué haces ahora, que te propones


-Te levanto las piernas hasta mi cintura y te aprisiono contra la pared, junto mi coño contra el tuyo y te empiezo a follar, te beso con desesperación y te tiro del pelo


-Sí, fóllame así, fóllame así, me gusta


-Te suelto de golpe y te vuelvo de espaldas, te aprieto contra la pared hasta que se clava en tus tetas la pintura de la pared. Tu gimes y jadeas


-Pellízcame las tetas, muérdeme, machácame contra la pared, quiero sentirte contra mí


-Desde atrás pellizco tus pezones con todas mis fuerzas. Tú gritas. Después te muerdo en el cuello hasta hacerte una señal profunda. Vuelves a gritas y a jadear. Me pego a ti con desesperación, abro mi coño para que tu culo lo note y me muevo en círculos


-Ahhhhh, sigue, sigue, no puedo más, me voy a correr


-No, espera, todavía no, quiero correrme en tu boca. Te tiro al suelo boca arriba y coloco mi coño a la altura de tu boca. Chúpame, trágate todos mis jugos, me voy a correrrrr


-Rosa, me corrrrrroooooooo, me corrrrorrooooo, ahhhhhhhhhh


-Yo tambíennnnnnnnn ohhhhhhhhhhhhhh, me voyyyyyyyyyyy, me corrrrrrrrrroooooooo


-oooooooooooooooooooooooooooooooooooooohhhhhhhhhhhhhhhh


-¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡


-Qué corrida mas largas, todavía me dura, ufffffffffffffffffffffffff


-Nunca había tenido un orgasmo así, ha sido increíble


-Hacía tiempo que no me corría con tantas ganas, eres una maravilla, me vas a matar de placer


-No quiero matarte, quiero gozarte


-Me he quedado sin fuerzas, estoy como si me hubieran dado una paliza, joder Rosita, que buena eres...


-Me alegro que te haya gustado. Contigo hago cosas y digo cosas que nunca haría, contigo se me va la cabeza, me vuelvo chalada.


-Bueno, Rosita, son las cuatro de la mañana, habrá que irse a dormir ¿no?


-Sí, habrá que irse a dormir, aunque no sé si podré dormir ahora, le voy a dar vueltas a todo lo que ha pasado


-Mañana por la mañana cuando me folle mi marido, que seguro que lo hará, pensaré en ti y en lo que hemos hecho esta noche..., soy una cabrona


-¿Sobre qué hora calculas tú que será eso?


-Yo creo que sobre las 12 más o menos, ¿por qué?


-Para poner el despertador a esa hora y hacerme una paja pensando en ti mientras tú follas con tu marido ¿te parece mal?


-Me parece perfecto, tú piensa en mí y yo pensaré en ti. ¡Vaya dos putonas que estamos hechas!


-Adiós, Anaïs, te quiero


-Hasta mañana, Rosa, por cierto, ¿hiciste algo con la chica que te pilló masturbándote en la cena?


-No, no pude, pero casi, una copa más y lo consigo


-¡Que pena! lo siento por ti. Otra vez será


-Sí, otra vez será. He disfrutado hoy mucho contigo.


-Y yo contigo. Sabes me ha excitado mucho hacer algo de sado. Nunca lo había hecho


-Lo que hemos hecho no es sado, o sí


-Es un principio de sado-masoquismo, un apunte, pero a mí me ha entusiasmado. Hubo un momento que estuve a punto de pedirte que me pegaras, pero no me atreví.


-Yo nunca te pegaría a ti, Anaïs


-Ya lo sé, cariño, pero el juego es el juego. Adiós, y hasta mañana a las 12


-Hasta mañana a las 12. Te quiero, te quiero, te quiero


-Un beso, yo también te quiero

 

Relatos Porno
Los relatos eróticos más leídos

 

ENVÍA TU RELATO ERÓTICO

 

Más relatos eróticos

Relatos eroticos