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Lo que da de sí ir a comprar churros. Sexo con mi suegra | Relatos Eróticos de Sexo con maduras

Publicado por Ricardo Martínez el 08/06/2015

Hola,
Me llamo Manuel y tengo 25 años. La historia que les voy a contar sucedió hace unos 2 años aproximadamente.

Era un domingo de verano, me levanté con ganas de comer churros, así que me di una ducha y bajé a la churrería para comprar unos churritos que tanto me gustan. Cuando estaba en la cola me acordé que de mis suegros que también les gustan los churros de vez en cuando, así que decidí darles una sorpresa y llevarles el desayuno.

Al llegar a casa de mis suegros me recibió mi suegra en pijama, con cara de haberle despertado el timbre de la puerta, entré y les dije que les traía churros para desayunar. Mi suegra, con la voz aún adormilada me dijo que me sentara que estaba preparando café para ella, puesto que mi suegro se había marchado a pasar la mañana fuera con unos amigos.

Me fuí a la cocina, cogí un par vasos, azucar, cucharillas y me los llevé al comedor junto con los churros. Volví a la cocina ya que se me había olvidado coger un cuchillo para cortar los churros, al llegar a la cocina me encuentro a mi suegra arrodillada con el culo en pompa intentando coger alguna cosa que se le había colado debajo del mueble, el momento fue brutal, en ese momento descubrí que mi suegra dormía sin bragas, llevaba una camisola de tirantes muy finita y se le transparentaba bastante el color de su piel, sin rastro de braguitas ni sujetador. En ese momento tengo que decir que ya me puse como una moto. La cosa no quedó ahí puesto que al verla en esa posición decidí ayudarla ya que la ví en apuros. Al ponerme también arrodillado pude verle una media teta, pero logré verle un poco de pezón, en esos momentos me quería ir al lavabo a descargar, que momentazo. Le ayudé a sacar la cuchara que se había colado debajo del armario y me volví para el comedor. No pasó nada. Mientras acaba de subir el café yo no hacía más que darle vueltas a lo vivido en la cocina, estaba en estado de excitación máximo.

A los pocos minutos llegó mi suegra con el café y desayunamos. Estuvimos un rato charlando como cualquier otro día, sin nada de particular. En un momento de la conversación se acordó que tenía en el altillo ropa que quería bajar y aprovechando que yo estaba por allí me dijo que si no tenía prisa, le ayudara a bajarla.

Fue a por la escalera mientras yo recogía el desayuno y lo llevaba a la cocina. Me dirigí al altillo de la habitación donde estaba mi suegra con la escalera preparada, me subí a ella y empezó a darme indicaciones. Desde arriba cuando bajaba la mirada, podía ver todo el canalillo de mi suegra, dios mío, otra vez en plena excitación. Fruto de la propia excitación no encontraba lo que ella decía, así que me hizo bajar y se subió ella para localizar lo que quería bajar del altillo.

Al subirse a la escalera yo me puse más excitado, tal era mi excitación que no pude contenerme y de manera discreta me agaché y me puse debajo de ella para intentar verle su coño, apenas pude ver nada, pero si lo suficiente para confirmar, que mi suegra el coño no lo tenía depilado. Yo en mi mente ya me estaba imaginando comiéndole el coño con mi lengua. Estaba muy excitado. Me levanté y me mantuve a la espera. Al final localizó mi suegra la bolsa que quería bajar y me la dejó medio sacada para que yo la bajara. Al bajar de la escalera mi suegra se medio resbaló y se hizo daño en un pie. Se quejaba bastante, se ve había hecho daño de verdad, se fue hasta la cama y se sentó. Yo me acerqué y le dije que me dejara ver, le cogí el pie y le dije que donde tenía crema antiinflamatoria, me contestó que en la mesilla, al abrir el primer cajón lo primero que vi fueron sus bragas, ella me dijo que en ese no, que en el tercer cajón. Cogí la crema y le dije que se tumbara. me puse de rodillas en el suelo, me puse crema y empecé a masajear su tobillo. Poco a poco ella se fue relajando, yo con mucha precaución, cada vez movía su pierna poquito más hacia fuera de tal manera que empezaba a verle parte de su coño, de momento solo los pelos negros, ella se relajó por completo, de tal manera que hasta cerró los ojos, en esos momento yo estaba que reventaba ya así que decidí mover la pierna aún más y ya empecé a ver su raja, que buena pinta tenía.

Decidí pasar a la acción y empecé a masajearle la pierna, poquito hasta la altura de la rodilla. Ella no se inmutaba, todo iba por buen camino para lograr mi objetivo. Fui subiendo hasta llegar a sus muslos, en esos momentos ya vi que ella estaba dispuesta a colaborar y también de una manera muy sutil fue abriendo sus piernas, dejándome ver todo su coño, que ya empezaba a notarse húmedo. Cambié de pierna e hice el mismo masaje, empezando por el pie. De repente, y sin saber bien bien como me encontré con el coño de mi suegra a medio metro de mi cara, podía notar su olor a sexo, así que sin pensármelo mucho más decidí recorrer su coño con mi lengua, ella empezó a jadear. Estuve como 20 minutos lamiéndole su coño. La desnudé y empecé a chuparle esos pezones que tanto me había excitado hacía un rato. Finalmente decidí ponerla a cuatro patas y penetrarla por detrás, ella acabó de explotar de placer y yo apenas duré 1 minuto en su coño, me corrí una vez, pero era tal mi excitación que mi polla seguía bien dura así que decidí darme otro homenaje a mi y a ella.

Después de un rato largo de sexo nos duchamos sin dirigirnos la palabra, me vestí y me fuí. Estuvimos unos 15 días que no nos atrevíamos a mirarnos a la cara prácticamente. En mi próximo relato os explicaré como continua la historia de mi suegra.

 

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