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Ama de casa cruel

Publicado por Anónimo el 30/11/-0001

Sono el teléfono, era Ángela, no nos conocíamos personalmente, había hablado muchas veces por teléfono con ella, muchas veces me paraba a pensar como seria en persona, solo sabia que era mayor que yo, era una mujer madura pero no sabia su edad, también conocía alguno de sus gustos y que era una mujer sencilla que le gustaba dominar y humillar pero no imaginaba que hasta tal extremo.

Por fin íbamos a conocernos, me dio una dirección que era su casa y me dijo una hora y allí estuve puntual, llame al timbre y me abrió la puerta una mujer madura de unos 45 años, ancha de caderas y brazos, estaba algo obesa y fuerte, iba vestida con una bata fina y con unas sandalias de tacón, Mi primera impresión no fue muy buena, quizás la esperaba de otra forma no estaba muy impresionado pero con el tiempo me enamore incluso de ella.

Me dijo que pasara, ella desde un principio dejo claro que ella mandaría sobre mí y estaría a su completo control, me pregunto si tenía algo que decir porque sería mi única oportunidad, me dijo que no hablara sin su permiso o seria duramente castigado. Yo no dije nada, estaba algo asustado, era una mujer fuerte, seria y muy dominante y más adelante averigüé que también muy cruel, ella dijo que a partir de ahora estaba a su servicio.

Me ordeno que me desnudara y me pusiera de rodillas ante ella, así lo hice, ella me examino de arriba abajo y mientras se quito su bata y se quedo en un body negro que la marcaba mas su cuerpo fuerte y algo obeso. Yo la mire y de pronto recibí un fuerte bofetón, me dijo que la ultima vez que la miraba sin su permiso, con un fuerte tirón de pelo me agacho la cabeza, empecé a darme cuenta que era una mujer muy estricta y severa. Sentía el ruido de sus tacones alejándose y de nuevo volver, me cogió las manos y me las puso en la espalda, con una tela fina me las ato con fuerza, y encima de esa tela fina siguió atándomelas con una cuerda, me había atado con fuerza, la tela y la cuerda mordía mis muñecas, sentía una presión en mis muñecas, no lo intente pero hubiera sido imposible desatarme, después hizo lo mismo con los pies, me los ato con fuerza, ahora estaba bajo su control, con un tirón de pelo me levanto la mirada hacia ella y me dijo que no quería escuchar ni una sola queja.

Yo estaba algo asustado, me gustaba la situación en la que estaba sometido pero reconozco que tenía algo de miedo y ese pequeño miedo aumento cuando mi nueva Ama me abofeteo con algo suave que pude ver que eran unos guantes de goma, y acto seguido empezó a ponérselos, se los ajusto bien, eran unos guantes de goma amarillos y usados por el color que tenia y luego pude ver que olían un poco mal, sin duda era una forma de humillarme, ella empezó a tocarme con sus manos, y me introdujo dos dedos en la boca, me dio algo de repugnancia y aparte la cara, algo que no debí hacer, porque se enfado, con un tono serio me dijo que cualquier cosa que haga o tenga su ama la debía adorar, con un fuerte tirón de pelo me dijo si lo había entendido, y en tono burlón me pregunto si me gustaban sus guantes, respondí que si, y me dijo que la pidiese de forma educada que me dejara adorar sus guantes y manos, y así lo hice, ella se rió y se burlo de mi, y acto seguido me metió dedo por dedo en mi boca y me dijo que los lamiese, lamí sus guantes dedo por dedo y luego enteros, ella disfrutaba humillándome.

Ella se acerco a un cajón y de el saco un cinturón, doblo el cinturón y empezó a darse despacio en las manos para que escuchara el sonido al chocar el cinturón, me dijo que fuera hasta ella, yo fui poco a poco, estando atado no podía casi moverme, ella abrió un poco sus piernas y me ordeno introducir mi cabeza entre sus piernas, así lo hice y después las cerro con fuerza, mi cabeza estaba fuertemente presionada por sus piernas, ella se inclino y empezó a tocar mi trasero suavemente y empezó a darme unas palmadas con la mano, y de pronto sentí un azote medio fuerte, empezó a usar el cinturón, y recibí otro, no eran fuerte los golpes pero si continuos y cuando llevaba unos pocos ya empezaba a dolerme más y más y no tarde en emitir algún quejido, pero ella hizo caso omiso, y al momento paró y me dijo que estaba cansada de mis quejidos de niña, me libero de mi posición y cogió un pañuelo que me lo introdujo en la boca, y después saco cinta de embalar y me dio varias vueltas sobre la cabeza con la cinta. Ahora si estaba completamente a su disposición, atado y amordazado, y volvió a cerrar mi cabeza sobre sus piernas y prosiguió la azotaina, y recibí una muy dura azotaina, apenas pude sentarme en varios días.

Por fin me libero y paro la azotaina, bueno eso creía yo, volvió a coger otra cosa, se acerco con un pequeño dildo, me puso de rodillas y con la cabeza en el suelo, me levanto la cabeza por el pelo y me enseño el dildo, se empezó a reír y empezó a untarlo en vaselina, después se inclino, se sentó sobre mí y empezó a utilizar el dildo, empezó a introducirlo poco a poco, y empezó a sacarlo y a meterlo, recibí un castigo tras otro.

Durante el tiempo que estuve con ella, recibí castigo tras castigo, quizás algunos más dolorosos que otros, pero acepte mi condición y disfrutaba siendo su sumiso. Mi ama dijo que habíamos terminado, me llevo al baño, y me dijo que me quedaría allí hasta que me lo ordenara, pero de una forma muy humillante me puso contra la pared y note un ruido, se puso a orinar, cuando termino me dio la vuelta y empezó a reírse, cogiéndome por la cabeza me enseño su retrete y su orina, me pregunto que si me gustaba su orina, la respondí que si y me dijo que entonces la disfrutaría, se quito los guantes y los metió en el retrete sacándolos mojados de su orina y me los introdujo en la boca, y después me introdujo la cabeza en su retrete y bajo la tapa y allí me dejo en aquella posición oliendo su orina y saboreándola con sus guantes mojados. Ella empezó a reírse y me dijo que estaría en esa posición hasta que me lo ordenara y se marcho.

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