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Dolor y Felicidad (Orejas mi amante) | Relatos Eróticos de Autosatisfaccion

Publicado por JoMa el 17/08/2022

EL DOLOR Y LA FELICIDAD
Orejas

Quiero que me conozcan como Jairo, hombre de 40 años. Este es un día muy especial, desde hace mucho tiempo no he podido dedicarme a mi, en soledad. Voy a contar mi historia desde el principio, cuando tenia entre 5 a 7 años de edad, somos cuatro hombres y dos mujeres en mi casa, además vivía con algunas primas. Mi mama cuando nos castigaba, nos vestía con la ropa de mis primas y por esta razón no podíamos salir a jugar fuera de casa porque nos veían vestidos de niñas. El castigo a veces duraba varios días, llego el momento que no me disgustaba estar así, mis primas jugaban conmigo en la parte de atrás de la casa, jugábamos a la familia, descubrí a los 5 años la diferencia entre hombre y mujer. Un día me dejaron castigado y quede solo en casa, llego mi primita de la escuela, era un poco mayor tenia 7 años, empezamos a jugar al papa y la mama, me dijo que me quitara el pantalón porque iba a lavar, lo hice y me vio sin pantalón y lo que hizo era solo mirarme y no hacia nada, recuerdo que le pregunte, que porque me miraba así, ella me dijo que no tenia lo que yo tenia, le dije que me mostrara lo que ella tenia, se quita los cucos y claro quedo completamente extasiado mirándola, sentí algo en el estomago, ella cogió mi pito, razón por la cual se puso duro, por instinto le mire la cuquita y no se porque razón, le di un beso, le dije que también me besara el pito, ella lo hace y me gusta, esto quedo para los dos porque me decía que no contáramos, siempre que jugábamos los dos nos besábamos las partes intimas, varias veces y todo quedo en eso no más.

Cuando tenía 18 años de edad mi mama me castigó enviándome a la finca de mi tía política, era muy retirada de la Ciudad, en tierra caliente, entre 24 a 27 grados centígrados, a ninguno de nosotros nos gustaba porque teníamos que trabajar en las labores del campo y menos aún en vacaciones del cole. La finca quedaba a una hora y media del pueblo más cercano, mi tía sale al pueblo para recogerme en su jeep que tenia, me abraza y se siente muy feliz de volvernos a ver ya que la última vez fue en el entierro de mi tío, yo tenia cono 13 años. Llegamos a la finca y bajamos lo que yo traía, llevó mi maleta al cuarto de mi prima, que era mayor que yo. En ese tiempo mi prima se había ido a estudiar una carrera a España, llevaba dos años de estudio y mi tía vivía sola, le gustaba que mama nos enviara acompañarla. Cuando vivía mi tío, el le construyo un baño en la habitación de mi prima, porque el baño de la casa era fuera de la casa de la finca y mi prima se asustaba mucho cuando salía en la noche a orinar. Mi tía desocupo un cajón del armario de ropa de mi prima y depositó la mía, el cuarto era grande, la cama semidoble, un armario de ropas de tres cuerpos, con un espejo de arriba a bajo. Mi prima había terminado bachillerato dos años antes, a los diez y nueves años de edad. Estuvimos con mi tía en la sala hablando de la familia, cenamos y me dijo que me fuera acostar, que tenía que levantarme a las siete de la mañana, ella lo hacia a las cuatro de la mañana, así lo hice, cuando estaba en el cuarto, cerré la puerta por dentro y me dio por revisar el armario, mi prima había dejado ropa desde que estaba en el colegio, tenia uniformes de gimnasia, del colegio y otra de la que se ponía en la casa, me llamo a atención su ropa interior, me la medí y me quedaba muy bien, esa noche dormí con esa ropa, en la mañana siguiente mi tía golpeó la puerta a las siete y media y me dijo que me levantara, me desperté y me vi con la ropa de mi prima y me asusté porque me podía ver mi tía. Desayunamos y me dijo que labores tenía que realizar todos los días. Mi tía iba al pueblo a sacar a la venta lo que se produce en la finca los días Domingo y miércoles al mercado, el Domingo se demoraba más tiempo en llegar porque era el mercado grande y llegaba en la noche, el miércoles llegaba a las 4 de la tarde, para esos días ya tenia las labores para hacer. Se me olvidaba tenían mi tía un perro criollo que era de mi prima, el cual quería mucho, lo llamaban orejas, siempre nos acompañaba por todos los lados de la finca, cuando llegábamos a casa se le daba de comer y se acostaba debajo de la mesa del comedor.
Llego el día sábado y nos tocaba dejar el jeep cargado porque mi tía salía al otro día a las 3 y media de la mañana, me dio las indicaciones que tenia que hacer en el tiempo que ella no estaba en casa, esa noche me fui acostar y me dio por medirme varia ropa de mi prima, recordaba cuando mama nos vestía de niñas, y me gustaba, me quede durmiendo con su ropa, al otro día me despierto y rápidamente, pensé que mi tía ya se había ido para el pueblo, abrí la puerta y así como estaba me fui hacia la cocina y llamaba a mi tía, sin recibir ninguna respuesta. El perro al verme vestido de esa forma se lanza y pone sus patas en mi pecho y trata de pasarme la lengua por la cara, corrí rápidamente al cuarto y me quite la ropa y me fui a bañar, cuando Salí del baño me puse un toalla alrededor de la cintura, como lo hacia siempre, me di cuenta que las pantuflas no se encontraban donde las había dejado, paso la puerta del baño, mirando donde estaban y me doy cuenta que una se encontraba debajo de la cama, me agacho para sacarla y vi la otra pantufla al fondo de la cama, me retiro la toalla y la pongo en el piso que era de baldosa para no lastimarme las rodillas, no podía alcanzarla, separe bien mis rodillas y me resbale hacia dentro de la cama, cuando de pronto siento la lengua del perro pasándola por mis piernas y mi ano, quede quieto y asustado, el perro se ensaña apunta de lengua, mojándome con su saliva, toda la parte de atrás, trate de espantarlo y me quise mover, pero mi espalda quedo trabada debajo del paral de la cama, orejas dejó de pasarme la lengua vuelvo a tratar de salir, cuando siento algo caliente tocando mis nalgas y puyándolas, me asuste más, cuando algo me chuzaba el ojo de mi ano, fueron dos toques y siento que el perro estaba penetrándome eufóricamente, en segundos sentía una presión en mi ano, junto con un ardor y una temperatura alta, y le llevo al perro pocos segundos, cuando siento una presión aún más alta dentro de mi ano, no lo podía soportar, se quedo quieto el perro y miro por debajo de mis piernas y lo veo que se gira, quedando abotonado, desconocía que esto le pasaba a un ser humano, solo lo veía en animales, me quede completamente quieto esperando que me pasara como le sucedía a las perras, trate de estar tranquilo para que pesara el fuete dolor y ardor en mi ano. Pasaron algunos minutos, cuando el perro trato de tirar hacia él, para que no me doliera mucho trate de deslizarme hacia fuera de la cama, entonces el perro tiraba más, sacándome de ese lugar, por el dolor me toco tomarle la cola y no permitir que tirara más. Pasaron varios minutos, relaje hasta lo máximo, estaba cansado del brazo que me apoyaba sobre el piso, trate de colocar mi pecho sobre el piso, sintiendo un alivio, el perro de vez en cuando tiraba haciéndome sentir un dolor mas moderado y yo volvía a traer hacia mi, sentía algo en mi estomago, entonces soltaba un poco la cola y el perro tiraba y yo lo traía hacia mi una y otra vez, convirtiendo el dolor en placer, hasta que de pronto empecé a eyacular sobre el piso, generándome un placer que jamás había sentido, eso izo que me relajara más y el perro de un tirón saca su miembro dentro de mi, acostándose frente mío, viéndole una bola en la parte trasera del pene, lo miraba como se lamia el miembro hasta que se le oculto por completo, comprendí que el orejas tenia planeado esto, él fue quien escondió las pantuflas, me quede un minuto más y me levanto, adolorido y con ardor dentro de mi recto. Limpie el cuarto, me escurría agua por entre mis piernas, me bañe de nuevo. Me sentía incomodo, hasta el punto de llegar a colocarme hielo en mi ano, calmando un poco ese dolor, paso el día, llego mi tía y me traía comida, trataba de caminar bien porque sentía que lo hacia mal.

Pasaron los días, el perro siempre se la pasaba conmigo y en algunas de las ocasiones se quedaba dentro del cuarto escondido y no me daba cuenta. Llega el Miércoles y de nuevo mi tía se va al mercado, ese día me vestí con un uniforme de mi prima y Salí hacer mis labores y el perro siempre conmigo, se ponía inquieto al verme con la ropa de mi prima, para ese día el dolor anal ya había desaparecido, me tocaba rociar las matas del jardín de la parte trasera de la casa, después de terminar, me senté en una banca, debajo de unos arboles no muy altos, el perro se acerco y puso su cabeza sobre mis piernas y el uniforme de mi prima, lo quede mirando y pensando que este era el amante de mi prima, sentí su mirada queriéndome pedirme algún permiso, le dije que es lo que quiere, inmediatamente metía su osico por debajo de la falda, le dije que no y saco su cabeza entendiendo lo que le decía, lo quedo mirando y recordando lo que el perro me podía hacer, empiezo a sentir mariposas en el estómago, y le digo bueno, pero sin hacerme daño, él lo entendió y volviendo a meter su osico por debajo de la falda, empieza a pasar su lengua por enzima de los interiores de mi prima, entendí su mensaje, me saque los cucos y separe mis rodillas tratando de llevarlas a mi pecho, así quede bien expuesto, ese fue el mejor regalo que le podía dar, lamia mi pene y mi ano, me empuja con su osico y entendí que tenia que colocarme en cuatro, así lo hice, él inmediatamente se monta y empieza hacer lo que ya sabe, cuando ya sentía algo raro me iba hacia delante haciendo que saliera su pene y así la pasamos como una hora, molestando, mi ano dolía pero no como la primera vez, fui y me bañe antes que llegara mi tía, esa noche el perro se quedo en el cuarto y como siempre me vestía con la ropa de mi prima, razón por la cual el perro se vuelve demasiado inquieto, vuelve y juega me hace botar al piso para poderme poseer, después de tantos juegos yo ya estaba a mil y no percate lo que estaba sucediendo, de nuevo quede abrochado, frente al espejo, que al mirarlo me sentí como una perra, le dije al perro que no me fuera a tirar y así lo hizo hasta que se despego, esta vez sentí un 60% de dolor y pensé que ya lo podía resistir, al otro día me puse el hielo varias veces, como lo hice anteriormente, esto sucedió varias veces.

Ya me quedaba unos días antes que se terminaran las vacaciones, llega el último domingo que pasaría en la finca, ya que el miércoles mi tía me llevaba al pueblo para viajar a mi casa. Después que se fue mi tía y haberme bañado me vestí con una ropa de porrista de mi prima y Salí a recorrer la finca para ver si traía unos plátanos para la casa, el perro me acompañaba como de costumbre, de pronto se desapareció como lo hacia algunas veces, estaba en la platanera muy cerca de la quebrada, cuando me dio la necesidad de hacer del cuerpo y cuando eso pasaba uno tenia que abrir un hueco en el piso, hacer su deposición y luego tapar con tierra, no tenia papel y me toco ir hasta la quebrada y bañarme la cola, lejos del platanal, iba de regreso pasando por un bosquecito de pinos cuando aparece el perro junto con otro más bajito que él, de pronto el perro que no conocía, empezó con su osico a meterlo por debajo de la falda, dándome golpecitos, quede sorprendido, mire al perro orejas y el estaba sentado frente a mí impidiéndome el paso, comprendí lo que iba a pasar porque orejas y yo nos entendíamos muy bien, como no tenia los cucos, porque me los quite para bañarme en la quebrada, me puse en cuatro y orejas se puso de lado pero en frente a mí, a unos 30 centímetros de mi cara y su perro amigo empezó a pasarme la lengua por mi ano, para ese entonces eso para mí era muy excitante que me hacia gemir, veo que el pene de orejas se le salía, él me miraba y movía su cadera, mientras el otro perro estaba entretenido con mi ano, estire la mano hacia el pene de orejas y lo empiezo acariciar, ladro y me miro diciendo que le gustaba, sin pensar se acerca más hacia mi cara y entendiendo lo que quería empecé a pasar mi lengua por su pene, como sabiendo las cosas, sube la pierna sobre mi hombre diciendo que eso era lo que tenia que hacer, alterno a lo que estaba pasando el otro perro se monto y empieza su accionar, no me sentía preocupado porque era más pequeño, empiezo a sentirlo como iba entrando y como cosa rara sentía ardor y un poco de dolor, pero no me quise preocupar, de repente su accionar se torna violento y siento como se me inflama el recto como nunca antes, se gira el perro quedando abotonados y yo con orejas chupando el miembro de mi amante, en la posición que teníamos no había espacio para moverse y al tener el pene dentro de mi boca se empieza a mover más rápido llenando mi garganta y entrando su bola dentro de mi boca e inflamándose dentro y no podía hacer nada, garganta con su pene y boca con su bola, él sabia como era que se hacían las cosas, y yo su amante como debería aprender, me estaba enseñando. Minutos después pude sacar su bola de mi boca y luego su pene, pero yo todavía estaba pegado de su amigo, trataba de hacer lo mismo que hacia con mi amante, pero gasté el doble de tiempo para desprenderme. Gire y mire al perro, que me sorprendió al ver su verga tan gruesa y larga, y su bola tres veces más grande que la de orejas, quede como al principio cuando orejas me desvirgó, el dolor era mas grande, sentía que me había hecho daño en mi intestino.
Me fui para la casa a ponerme hielo y tranquilizarme. No pude darle la despedida a mi amante, porque ese dolor me duro varios días, casi, hasta llegar a mi casa en la ciudad, comprendí que mi amante me tenia esa sorpresa para la despedida, él ya lo sabia.

Paso el tiempo y se fue olvidando, llegue y ser profesional y tener una familia, pero el recuerdo siempre existirá.

 

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