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La criada y el masturbador | Relatos Eróticos de Autosatisfaccion

Publicado por Anónimo el 30/11/-0001

¿Creen que los casados no nos masturbamos como los solteros?, Pues se equivocan. Solo que, por los motivos que lo hacemos, por nuestra experiencia sexual, nuestras pajas son bastante más sofisticadas... A mí me gusta que me miren mientras lo hago. Tengo 46 años, casado, 3 hijos. Mi esposa acaba de cumplir 51años. Hace dos meses cumplimos 21 años de casados. Aun recuerdo cuando mi padre me aconsejaba que no me casara. Que mi esposa seria mayor y me traería problemas. En aquel momento... como todo joven, no lo entendí y no comprendía que quería decirme.

Debo aclarar que mi esposa es una mujer ejemplar en todo. Trabajadora, honesta, sincera, en fin, todas las cualidades, pero... sexualmente... ahí falla. Para colmo, yo soy todo lo contrario, o mejor dicho, siempre fui lo contrario, si por mí fuera, me lo pasaría cogiendo la mayor cantidad de veces posibles por día. Me encanta chupar la concha... ah! si! Cómo me gusta! Ese clítoris bien durito... mmmm chuparlo, lamerlo, acariciarlo, que hermoso! Ya se me pone dura... de solo pensarlo, de solo relatarlo en estas líneas.

Ahora bien, resulta que de todo esto, a mi esposa, no le gusta nada. Hacemos el amor una vez por semana y de forma convencional y más común. Y ahí termina todo. Intentamos si, alguna que otra vez cambiar... pero siempre caemos en lo mismo, a ella no le gusta, no le interesa.

Bien, al principio de casados, intente las mil y una formas, pensando que cambiaria, que más adelante le va a gustar... pero lamentablemente, no resulto. Ya a los 3 o 4 años de casados empecé con las benditas pajas, incluso me masturbaba acostado con ella durmiendo al lado. Roncaba y roncaba y yo con mi mano derecha sobre el falo, dale que té dale. Ufff, si me habré pajeado! Con el correr del tiempo, ya me di cuenta que acostarme junto con ella No servia para nada, así que empecé a quedarme levantado por las noches y a pajearme mirando películas pornos. Tanto fue así, que me di cuenta que me encanta pajearme mirando películas, y si hago un balance, hasta diría que me gusta mas pajearme que cogerme mi mujer. Una de mis fantasías sexuales fue y es, justamente, pajearnos mutuamente con mi pareja (hoy, sea cualquiera la mujer que este conmigo) mi sueño es pajearme delante de cualquier mujer mientras ella también se masturbe.

Ufff...!! De imaginarlo siento un hormigueo en el estomago.

Bueno, todo esto fue a modo de presentación. Resulta que hace apenas unos 6 meses, mi esposa contrato una joven de 23 años para que ayude en los quehaceres domésticos. Como ya dije al principio, ella realmente trabaja mucho. Su horario de trabajo es de 7 Am a 15 Pm, mi horario es de 9 Am a 13hs y a la tarde no es tan riguroso mi horario. A la joven se le pidió que venga a casa de 8,30 Am a 12,30 hs Bien, así transcurrió un mes, la empleada, mas bien bajita, pero muy bien de todos lados!.

Una mañana, no escuche cuando ella llegó, ya que normalmente entraba lo más silenciosa posible para no despertarme a mí justamente. Repito, yo no la escuche, pensé que no vendría ese día, me desperté y como siempre, muy caliente, pensé, mejor que no haya venido así me pajeo a gusto, con mi palo duro, así que, decidí pajearme tranquilamente antes de ir a trabajar. Saque por el costado del calzoncillo mi palito y comencé con el sube y baja. Quería acabar rápido ya que tenia que ducharme aun para ir a trabajar. Ya tenia la cabecita bastante hinchada y roja cuando escuche como un suspiro en la puerta del dormitorio. Me quede como paralizado, pensando y en el acto comprendí. Ella había venido y por lo visto me estaba espiando por la puerta semi abierta. Mire para el frente de la cama que esta el espejo y efectivamente, a través de el vi que había una persona, si bien no podía verle la cara, pero si, que había alguien allí. Al principio sentí como vergüenza de ser descubierto, a los 46 todavía pajeandome! Pero al notar que no se retiraba de la puerta, (quería decir que le gustaba lo que estaba viendo) entonces retome la actividad, lentamente y cada vez más ligero, esa persona seguía parada allí no se iba y eso me calentó mas, detuve de golpe todos mis movimientos y jadeos y ahí si pude notar también unos jadeos bastantes intensos desde la puerta Hice como que no me di cuenta y ahora si, acelere el ritmo y salto la lechita ajjjjj!! que bello!! Mientras dejaba caer las ultimas gotitas escuche clarito la puerta del dormitorio continuo que se abría. Era ella que se había ido.

(Supongo que debe haber acabado también o sino se debe haber dado después sola una vez que me fui al trabajo).

Desde ya, anduve todo el día, con lo vivido en la cabeza. Entonces me dije, planifica la segunda paja para ella.

Espere ansioso que llegara el lunes, y nuevamente sucedió lo del viernes. Ella entro muy despacito (pero esta vez pude escuchar sus pasos muy sigilosamente) y tal cual me lo suponía, se dirigió en el acto a mi dormitorio Yo había dejado como la vez anterior, apenas abierta la puerta.

Cuando note su presencia entonces comencé. Tirando el calzoncillo a un costado de la cama y abriendo bien mis piernas empecé con el sube y baja, muy lentamente, observando como la cabecita empezaba cada vez más roja y cada vez más grande. Sintiendo cada palpitación de mi pija, sintiendo como iba cada vez engrosando y endureciéndose más. Mojaba mis dedos con un poco de saliva y esa saliva la depositaba suave sobre el borde del glande para que el sube y baja sea más placentero. Con mi mano izquierda acariciaba mis bolas, también suave, lentamente. Movía mis caderas hacia arriba y abajo como como si realmente estuviera metiéndola en una conchita... suave... jugosa y dale y dale. Mi pija largo por si sola una gotitas de flujo de lubricación natural, ahí, apretando la cabecita bien roja le di unos tironcitos haciendo un anillo con los dedos índice y pulgar formando un aro. Ufffff! Que paja! Que hermoso! y suspendía los movimientos, prolongando ese momento, no quería acabar aun, respiraba cada vez mas fuerte, más intenso y otra vez, sube y baja y suspender cuando sentía que me venia, con mi mano izquierda me apretaba bien la base casi hasta el dolor para no acabar. Que placer! la cabeza ya era un rojo fuerte casi púrpura, parecía que iba reventar, no daba mas, mis caderas seguían subiendo y bajando también, junto con la derecha uuuufff! Entre mis gemidos y la cama era un ruido infernal, entonces cuando ya no di mas hable en voz alta, pero como si estuviera solo, “Mamita que me vieneeeee...!!” y zasssss que acabada... por favor! Me quede unos minutos así, panza arriba viendo salir el ultimo chorrito de semen y caer sobre mis bolas, mis movimientos de la mano ya eran suaves y entonces recién escuche otra vez la puerta de habitación de al lado quería decir que mi amiguita no se había perdido ningún detalle.

Ahora a pasado ser una practica casi normal.

Creo que por lo menos somos 3 las personas bien satisfechas primera mi mujer, ya que desde entonces no la molesto para cojer (tengo una forma de descarga genial). Segundo yo, aunque no he podido lograr mi fantasía y tercera la empleada. Porque estoy seguro que ella también se debe echar unas acabadas bárbaras.

 

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