Relatos Eróticos Fantasias

Fantasías II | Relatos Eróticos de Fantasias

Publicado por Demian1558 el 28/12/2020

Soy Pablo, ya pasaron unos días desde que Máhia me había contado lo que había con su primo Sebastián y no podía sacármelo de la cabeza, así que hoy le pedí varias veces que me contara que había pasado días después con la hermana, pero me sonreía en forma sarcástica pregutándome si me había quedado calentito, yo le respondía que claro que me había quedado caliente _ Mirá como me tenés!_ dándole forma a la pija parada dentro del pantalón con la mano.
Ella se limitó acariciármela a la pasada y decirme que linda que la tenía, que ahora estaba ocupada terminando una traducción y que mientras tanto me la tocara para mantenerla así hasta dentro de un rato, que a lo mejor me lo contaba.
Me fui al dormitorio, me desnudé y me tiré en la cama boca abajo apretando la pija contra el colchón, cerré los ojos, y traté de imaginarme la cara de Mahía mientras le acariciaba la pija al primo, sé que cuando está en esas situaciones su cara se transforma, como si todo el deseo se trasladara a esa expresión morbosa, los ojos fijos en eso que la excita, la boca entreabierta con la punta de la lengua asomando apenas en una de las comisuras de los labios brillosos por la saliva que se le escapa. Solo pensar en eso me hizo comenzar a moverme como si se la estuviera metiendo, despacito como le gusta a ella, sentir como la poronga, como ella la llama, le resbala en sus jugos entre los labios de la concha hasta que se le clava bien adentro, y entonces volver a sacarla toda, y empezar nuevamente a meterle la cabeza de a poco, frenándome con las manos para gozarla bien en todo su largo.
Pensaba también la cara de su prima Ana, con una expresión parecida, mirándola a Máhia fijo, corriéndose con una mano la bombacha y metiéndose dos dedos, imaginándose que los dedos del hermano no se estaban metiendo en la concha de Mahia debajo de la mesa sino en la suya, como lo había visto cuando se agachó a buscar la servilleta.
Me di vuelta y empecé a pajearme ahora sí con la mano tratando de recordar la cara de turrita que pone Ana las veces que la vi tratando de seducir con sus 15 años a alguien, incluso varias veces a mí, recordé sus tetitas paradas con esos pezones oscuros, demasiado grandes para esas tetas chiquitas, más excitantes cuando los deja escapar a propósito de los corpiños de las mallas, me imaginé chupándoselos y no aguanté más, hundí la mano hasta la base de mi pija y mientras gemía el nombre de Ana comencé a apretármela para hacer saltar la leche bien lejos como si la estuviera llenando a ella.
M_ A la mierda que linda cogida que le diste a Anita! Así te la vas a coger cuando te la traiga?
P_ Si me la entregás vos me la voy a coger mejor, pero ahora dale vení vos que todavía tengo ganas!
M_ No mejor recostate en las almohadas y seguítela tocando que me encanta verte, y pasame los almohadones que yo me desnudo y me quedo acá frente a vos pajeandome mientras te cuento lo que pasó el miércoles siguiente cuando Ana me llamó para hablar conmigo, yo ya sabía que se salía de la vaina por hablar de lo del domingo, e imaginate, yo también me moría por hablarlo con ella, tanto que cuando llegue a la casa ya estaba empapada.
M _ Anita me recibió muy cariñosa, estaba descalza, solo con una bombacha rosa y con una camisa larga media abierta que me pareció era de Sebastian, cuando la vi me sonreí pensando que se había estado pajeando con la camisa de su hermano puesta, enseguida me llevó a su cuarto y nos sentamos en su cama, ella apoyada en la cabecera y yo a los pies como estamos nosotros ahora, desde donde estaba pude comprobar que no estuve equivocada, tenía un lamparón en la bombacha. Lo primero que me preguntó es si sabía porque me había llamado, le contesté que creía que sí.
A_ Decime vos te estás cogiendo a mi hermano?_ me lo preguntó no con bronca sino con ansiedad
M_ La verdad que todavía no_ Le contesté acentuando el todavía.
A_ O sea que todavía te tiene tan caliente como a mí?_ me preguntó abriendo más las piernas para mostrarme lo mojada que estaba.
M_ Fijate, más o menos_ le contesté con una sonrisa mientras me levantaba la pollera para mostrarle la mía manchada, las dos largamos una carcajada.
A_ Pero vos el otro día por lo menos le tocaste la garcha, no sabés como me pusieron, cuando vi debajo de la mesa como lo hacías desear agarrándosela apenas entre dos dedos, él con la toalla entreabierta y la pija saliéndole entre las arrugas como si la estuvieras viendo desde adentro de la concha, las ganas que tenía de agarrársela yo, y además verte a vos con los dedos de él metidos en la concha empapada. Después tener que soportar tu cara sensual mirándome como diciendo: te gustaría estar acá, no? Porque vos sabías que me hubiera gustado, se te notaba! Por eso me tenés que prometer que me vas a ayudar a cogérmelo, porque yo no sé cómo hacerlo y después de lo del otro día no aguanto más! Dale me vas a ayudar Máhia? Si me ayudás hago lo que vos me pidas_ me propuso con una sonrisa seductora, segura de lo que le iba a pedir.
M_ De acuerdo, yo te ayudo cuando vos quieras.
A_ Ahora quiero, mirá Seba está por llegar del gimnasio, así que andá pensando algo rápido, sino me equivoco acaba de abrir la puerta de calle.
M_ Al rato Seba entró en el cuarto de Ana, estaba aún con la ropa de gimnasia, un jogging y una musculosa, generalmente no se bañaba en el gimnasio porque estaba a dos cuadras, así que estaba transpirado, dejó el bolso en el piso y se tiró atravesado en el medio de la cama entre Ana y yo.
S_ Qué hacés prima, mi hermana te está contando algún pete que le hizo a un noviecito?
M_ No exactamente, en realidad me está extorsionando por algo que vio.
S_ Y con qué te extorsiona?
M_ La miré a Ana con una sonrisa, y le seguí contando a Seba_ En realidad no me extorsiona a mí sola sino a nosotros dos, dice que nos vio el otro día tocándonos debajo de la mesa y se calentó mucho, y si no hacemos lo que ella dice le va a contar a tus padres y se nos va a armar un quilombo bárbaro.
S_ Y qué nos pide que hagamos?
M_ La volví a mirar a Ana_ Decile que querías que hiciéramos.
A_ Me quedé con ganas de que repitan acá en vivo lo mismo que se hicieron debajo de la mesa el domingo. Bajate un poco el jogging y que ella te la pajee haciéndote desear como el domingo
M_ Ahí fue Seba el que me miró con una sonrisa, parece que le estaba gustando la idea, se estiró en la cama y se bajó un poco el elástico del pantalón, lo suficiente como para que la poronga salte ya casi parada, Ana abrió los ojos de tal manera que yo pensé que se la iba a agarrar ella, tragó saliva y me preguntó que estaba esperando para empezar, me arrodillé en el piso y se la agarré entre el índice y el pulgar y comencé a subir y bajarle el prepucio, con lo que la erección iba creciendo, le pregunté a Ana si así estaba bien.
A_ No más despacio, quiero que desee más.
M_ No serás vos la que querés desear más?_ Le pregunté porque los ojos de Ana crecían con la pija de Seba, lo empecé a hacer más despacio, Seba subía y bajaba la pelvis tratando de intensificar el goce, desde la perspectiva donde yo estaba veía, en primer plano la poronga de Seba subiendo y bajando y detrás a Ana con las piernas abiertas en u, casi tapada por la pija que parecía abarcarla toda hasta el cuello, como si la estuviera empalando. Con un hilo de voz Ana le preguntó:
A_ Seba? Te pajeaste alguna vez pensando en mí…?
S_ No sabés las veces que te espié cuando te cambiabas mientras me la sacudía!_ esta vez giró la cabeza hacia ella fijando la mirada en la bombacha mojada.
A_ Y porque nunca me trataste de coger? No te diste cuenta que trataba me veas las tetas con las camisas abiertas, no te diste cuenta como te miraba siempre ese bulto tremendo que tenés y trataba de roarte el culo, mirá ahora cómo la tenés parada, está linda para chupársela, no Mahia?
M_ Imaginate Pablito que ni hacía falta que me lo pidiera y yo ya estaba sacando la lengua y pasándosela por el glande mientras la miraba a Ana con lujuria y le preguntaba si ella se había pajeado pensando en Seba.
A_ Sabés las veces que le pregunté a Claudia la novia de este guacho cómo se la cogía, le pedía detalles, quería saber si la tenía muy grande, que me mostrara cómo de grande, si le cabía en la mano, si era muy gruesa, si le gustaba chupársela, que fantasías tenía y con quién, si se la refregaba por la concha para hacerla desear, y después que ella me contaba, me encerraba en el baño y empezaba a reproducir todo lo que ella me había dicho y acababa metiéndome un desodorante de esos con forma de pija.
M_ Y no te da ganas ahora de chupársela?
A_ Si me da ganas? Veo cómo te la metes en la boca y me enloquezco! Me dejás que te la chupe un poquito Seba?
S_ Si, pero las quiero ver a las dos juntas chupármela.
M_ Seba se terminó de sacar el pantalón y tiró la musculosa en el piso, no sé Pablito si lo viste alguna vez en malla, pero tiene un cuerpo bárbaro, trabajado en el gimnasio, y así transpirado estaba para chuparlo todo. Ana se arrodilló en la cama se la agarró cubriendo mi mano y empezó a pasarle la lengua por el otro lado de la poronga, las dos terminábamos el lengüetazo uniendo la punta de nuestras lenguas. Eso a mí me ponía a mil, los dedos de la otra mano me los empecé a pasar sobre la bombacha a lo largo de mis labios empapados. Ana ya se metía la cabezota en la boca y no me sacaba la vista de mis ojos.
A_ Te calienta mi lengüita no es cierto guacha? Porque no me preguntás si me pajeo pensando en vos? Te gustaría saber si me pajeo por vos?
M_ Mientras me deleitaba con la saliva que dejaba en la punta de la poronga, le contesté que me encantaría saberlo.
A_ Desde el domingo pasado cuando te vi esa concha carnosa que tenés y la mirada de lujuria con que me mirabas, no hago más que pensar en cogerte, sacate la bombacha que quiero vértela.
M_ Te imaginas Pablo que no me hice rogar, me saque la pollera y la bombacha, y separe las piernas para que la pendeja pudiera vérmela bien
A_ Ay que linda la tenés! dejame chupártela, estuve mirando videos de tortas, y vas a ver cómo aprendí.
S_ Para nena, que yo me quedé el otro día con las ganas de cogérmela a Mahia, y no voy a seguirme pajeando como estos días. Y vos Mahia no me tenías ganas de cogernos, no te pajeaste cómo nosotros?
M_ Y no se imaginan cómo! Claro que yo lo hice mientras cogía con otro, recordando tu poronga debajo de la mesa y la forma que mueve la lengua en la boca esta putita cuando me mira no me la voy a olvidar más. Los puedo satisfacer a los dos, quedate así Seba que te monto dándote la espalda y vos guachita ayudame a metérmela y me la chupas arrodillada en el piso, pero sacate la bombacha que no te la ví nunca.
Arrodillada todavía en la cama se la sacó y no sabés Pablo lo irritada que la tenía de tanto tocársela, el flujo le caía por los muslos, yo todavía seguía arrodillada en el piso agarrándosela a Seba, y esta guacha me dejo la concha ahí nomás, el olor me enloquecía, no podía frenar las ganas de probarla, y lo hice, la agarré de los glúteos y le empece a pasar la puntita de la lengua por el clítoris primero y después se la hundí en la argolla, no sabés, es divina la mocosa, la tiene chiquita y te cuesta entrar, o sea que la sentís un montón, me imagino lo que va a ser para tu pija! Ana me apretó con las dos manos la cabeza contra la concha, y comenzó a mover la pelvis desesperadamente, acabó en dos sacudidas.
A_ Ay qué bien me la chupas! Dale, ahora móntate a Seba que quiero ver cómo te la entierra!
M_ Yo hubiera querido seguirme llenando de sus jugos, su concha era un manantial, pero mi concha también estaba pidiendo pija, así que me arrodille a horcadas de Seba y Ana arrodillada en el piso comenzó a rozarme la punta de la pija a lo largo de los labios, yo intentaba empujar para enterrármela, pero la guacha la movía refregándome el clítoris y me volvia loca, tanto Seba como yo le pedimos por favor que la metiera, pero nos dijo que no, que ella había sufrido el otro día con nosotros y ahora era ella quien manejaba la cosa, aparte cada vez que mandaba la pija para atrás me pegaba un lengüetazo en el clítoris.
A_ Que grande que tenés el clítoris, es porque te pajeas mucho? Yo lo quiero tener así, te imaginas con los labios gruesos que yo tengo y un clítoris como el tuyo la cantidad de tipos y minas que me puedo coger?
S_ Mirá nena con esa cara de putita adolescente ya nos tenés a todos enloquecidos, hasta el viejo te mirá con ganas, y con lo que te vamos a coger a partir de ahora Mahia y yo no te van a quedar ganas!
M_ En ese momento la poronga pasaba justo por el centro de la concha, empuje con ganas hacia abajo y me la metí hasta los huevos de golpe, me quedé así, revolviéndomela con esa hermosa poronga, me saque la remera y me tiré hacia atrás para sentir el pecho transpirado de Seba, él me agarró las tetas y comencé a moverme para sentir mis nalgas chapoteando contra su pelvis, Ana se había prendido a mi concha y yo gimiendo a los gritos.
P_ Se te dieron los dos juntos, y te cabía toda la pija, la tiene muy grande Seba? Yo las veces que lo vi con algo apretado se notaba un buen bulto, interesante.
M_ Ahora te fijas en los bultos?
P_ Así como me ponés me fijo en cualquier cosa.
M_ No me digas que tocarías un pija o te la dejarías apoyar, porque me vuelvo loca, vos no sabes lo que es esa poronga adentro, con lo grande que es te roza todas las paredes de la concha y yo la tenía adentro y la boquita de Ana como una sopapa en mi clítoris, ella terminó de desvestirse y comenzó a girar hasta ponerme las piernas a cada lado de mi cabeza, quedé en el medio del sanguche de los hermanitos, a partir de ese momento fue un festival de caricias, con la humedad de las bocas, los sexos y el sudor los dedos de los tres dibujaban el deseo en nuestra piel, cambiábamos de posición en forma sincronizada, no hacía falta pedir nada, los tres nos dábamos todo lo que deseábamos, terminamos los tres con nuestros cuerpos convulsionándose en un triangulo donde yo se la chupaba a Ana, ella lo pajeaba a Seba y él me metía tres dedos en mi concha.
P_ Y después de eso te seguiste encamándote con los dos?
M_ Otro día te contaré, ahora sí métemela por favor, quiero que con la tuya adentro me ayude a pensar en ellos.
P_ Sos una perversa! Pero me encanta que seas así! Y pensás que después de tanto tiempo, todavía a ellos les gustaría hacernos una visita?
M_ Y? se puede hablar…

 

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