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Otra travesura de mi hermana | Relatos Eróticos de Fantasias

Publicado por Anónimo el 02/03/2018

Los albañiles tres llegaron como a las 8 de la mañana y subieron a la azotea para trabajar, estaban levantando una barda de contención. Yo les abrí la puerta y me fui a dejar el coche de mi padre al autoservicio, me entretuve más de una hora platicando con un amigo, y como había otros dos carros delante del mío, mejor me fui a la casa y después regresaría por el auto.
Regresé por el camellón de una larga avenida y lo hice a paso lento, recreándome con las muchachas que salen hacer ejercicio o simplemente son transeúntes que están como quieren, de manera que tardé otro poquito en volver a casa, y cuando entré me hallé a mi hermanita Oris con la toalla envuelta en su anatómico cuerpo, que realmente se dibujaba e insinuaba a través de la húmeda toalla que la hacía ver tentadoramente curvilínea y hermosa.
Le dije que por qué andaba así casi encuerada, que si se había acabado de bañar se hubiera vestido porque en cualquier momento podría bajar algún albañil, ella se rió y dijo que si bajaba Jair no importaba, y que no sabía que ellos estuvieran arriba trabajando y hasta se había bañado en el lavadero del tragaluz con agua tibia, ¿me han de haber visto verdad? Dijo, y yo le dije sí pinche puta, y como estaba calentando leche en un recipiente me acerqué por atrás y le di una nalgada, medio fuerte, pero más que nalgada fue una fuerte caricia, ya que sentí la firmeza de sus carnosas nalgas y la apretada división de de su respingado trasero.
Ella se hizo la molesta, y luego de servirme una taza de leche se fue a su recámara para vestirse, no tardó y cuando bajó de su cuarto yo estaba comiendo una gelatina, Oris traía un mini vestido de algodón blanco con botones al frente, y se agachó según a sacar unas cosas del trinchador, fue cuando vi que traía un bikini de nylon blanco transparente y remarcaba la belleza circular belleza de su culo, le dije que estuviera al cuidado de los albañiles para que no bajaran y se fueran a llevar algo de valor, porque yo tenía que irme por el coche.
Oris ni me fumó y se fue hacia un traspatio llevando unas servilletas para lavar, yo me hice como que me fui pero entré a mi cuarto y cerré con llave para estar más seguro a la expectativa de lo que hiciera mi caliente hermana, y así fue, no pasaron ni cinco minutos cuando ella salió al patio y le gritó a Jair, quien bajó casi corriendo el pinche muchacho, ella le dijo que le ayudara a lavar el traspatio y empezaron la tarea, Oris tallaba la loseta y Jair echaba agua, y mi hermana se empinaba en sus narices poniendo la transparencia de su riquísimo culote a medio metro de distancia, y Jair hacía hasta bizcos y así lo trajo bien pendejo un buen rato, hasta que ella le dijo que se lo quería mamar que se bajara la bermuda, el muchacho como que no quería y le daba pena, pero ella insistente lo puso contra la pared y le bajó la bermuda, dejando ver los grandes huevos y el diminuto pito que casi no se le veía, y así dormido no medía más de una pulgada, Oris se lo buscó y paró con le lengua y ya que estuvo parado, le estuvo chupando la verguita que no medía más de siete Ct, después ella se puso contra la pared de espaldas se levantó el micro vestido y se quitó el calzón, y agachada le dijo que le chupara el culo, él se hincó y empezó a chuparle el fundillo y el ano.
Yo tras la persiana de mi cuarto veía claramente la escena, y el culo con las nalgas abiertas de mi hermana era algo maravilloso, y todo estaba bien hasta allí... pero lo que no me gustó fue cuando mi hermana le dijo que le metiera su pequeño pito por el culo, fue cuando reaccioné porque ese culito, ese orto, ese ano lo quería para mí, y aunque Jair lo tuviera así de chiquito yo no iba iba a permitir que se lo metiera aunque sea un cachito a mi hermanita, por eso rápidamente salí de mi cuarto y fui directo al traspatio, y como Jair no podía porque se le dormía de la impresión, por eso llegué con tiempo, y cuando me acerqué a ellos, mi hermana se puso el calzón y el muchacho se fue a trabajar.
Entonces, yo encabronado, le dije a mi hermana que se pasaba de puta, y que si quería verga por el pedorro yo se la iba a dar y la jalé para llevarla a mi cuarto, ahí la desnude y primero la puse a mamar, y ya después hice con ella lo que anteriormente hice con ella dormida, cuando la "serenata sin calzones", nomás que esta vez estaba bien despierta y como estaba en celo se dejó hacer lo que sea, al grado de darme las nalgas, mejor dicho el recto por primera vez.

 

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