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Una noche de Burdel | Relatos Eróticos de Fantasias

Publicado por Anonimo el 10/09/2021

Casi sin saber cómo lo consentí, allí estaba yo, totalmente desnuda, solo con mi tapabocas y con un pastel en mis manos. El salón estaba a reventar, y los clientes gritaban y aplaudían al verme pasar, Al llegar a la mesa cinco clientes que querían celebrar el cumpleaños a su amigo y habían pedido que fuera yo quien llevara un pastel y agasajara al cumpleañero.

Hola, soy Ingrys, mi esposo, administra un burdel de la ciudad. Realmente yo estaba intrigadísima por el funcionamiento de un burdel, como vestían las chicas y el ambiente. No aguante más y le pedí a José que me llevara. Después de una larga semana de discutir el tema accedió pero me dijo que me mantuviera detrás del mostrador con él y así lo ayudaría con el despacho de bebidas.

La noche llego, un timbre anunciaba que la hora de abrir casi había llegado, todas corrieron a arreglarse y darse los toques finales para iniciar la faena. En ese momento José me entrego un pequeño bolso y me dijo toma, este es tu uniforme. Lo abrí y en el habían un conjunto de bikinis y sostenes, así como unos zapatos de tacones, pulseras y zarcillos. Yo no sabía que decir, José me insistió, si quieres quedarte debes uniformarte como las demás, no te preocupes todo va estar bien. Entre a un baño privado me di una ducha, me vestí, me maquille y salí a la sala, las chicas gritaron Auhhhhhh, miren a la jefa.

Llegaron los primeros clientes y se sentaron en la barra, de inmediato note como me miraban. Uno de ellos le comento que hacia tiempo que no traían culitos tan lindos a esta taguara. Eso me lleno de morbo, sentí una excitación en cada parte de mi cuerpo, me costaba respirar con naturalidad y ellos parecían darse cuenta de lo que estaba viviendo. Les serví las bebidas y siguieron con el coqueteo. El más atrevido me invito a ir la habitación, José me miraba con una cara de pícaro tal vez para ver cómo me desenvolvía, así que le dije con voz de gatica en celo que era muy lindo por escogerme pero hoy solo atiendo en la barra.

Era la primera vez que estaba desnuda frente a dos extraños así que realmente estaba excitada, José se me acercó y metió su mano en mi coño, y dijo, como supuse eres una perrita. Mi coño estaba totalmente húmedo, podía sentir en mis zonas sensibles lo apretado de la pataleta, mis pezones estaban duros y el brasear era como manos que me apretaban las tetas. Mi mente estaba desatada, no me podía controlar.

Así llego en momento de la noche, unos clientes solicitaron el servicio VIP para cumpleañeros y me habían pedido exclusivamente a mí para que lo llevara. El servicio consistía en dar una sorpresa al cumpleañero, una chica totalmente desnuda le lleva un pastel, se canta cumpleaños y se ameniza con los clientes, una de las chicas mas antiguas me explico te le sientas en las piernas y dejas que te fotografíen, al cabo traes tapabocas. Dos chicas mas te acompañaran para mantener el control de los clientes y recordarles las regla principal; en el salón no se tocan a las chicas.

Mire a Jose nuevamente, él se me acerco y me dijo: que rico se siente al ver a todos esos hombres como te devoran con la mirada. Desnúdate y lleva el pastel que no me aguanto las ganas de verte indefensa y excitada frente esos machos. Respire profundo nunca había visto a José tan inhibido y dispuesto a exhibirme, entre al reservado me quite todo y salí con un pequeño pastel y mi tapabocas.

Mi cuerpo temblaba. No podía identificar si de frio, nervios, pena o excitación. Aun cuando los clientes no pueden tocar a las chicas en el salón, yo por el contrario me moría porque me metieran mano y me apretaran el culo y el coño, ellos se tomaron unas fotos, cantamos cumpleaños y el cumpleañero me coloco merengue del pastel en mis pezones que estaban paraditos. Cuando le pedí a José que me llevara al burdel que el administraba nunca pensé que terminaría como una más de las chicas que aquí trabajaban.

Todo era un relajo para ellos, yo por el contrario me exitaba mas con cada roce. Como cosas de juegos uno de ellos con la excusa de tomarse una fotografía paso sus manos por mi culo y subió hasta mi espalda, eso me estremeció al punto de tener un orgasmo. Trate de disimular lo más que pude pero era muy evidente, las chicas que me acompañaban dieron por terminada la actividad y me acompañaron a la barra del bar. Nuevamente debía cruzar todo el salón repleto de hombres y yo totalmente desnuda.

Al llegar a la barra, José no estaba, una de las chicas me señalo el reservado privado. Con mi mirada fija en el suelo y con mis manos sujetándome mis tedas desnudas me apresure a entrar tras el asedio de algunos clientes que no paraban de decirme cosas. Al entrar José me tomo violentamente por la cintura y comenzó a besarme el cuello, las tetas y meterme mano en la concha. Yo estaba desesperaba, sentía orgasmos unos tras otros y solo quería que me metiera su verga. El saco su pene, me tomo una de mis pernas y lo metió de un solo tiron. No les voy a mentir, Jose parecía un salvaje y yo gemía y lloraba, era increíble el nivel de excitación, José se descargo en mi casi de inmediato, al parecer él también estaba muy excitado.

Tal vez fue el coito más corto pero más explosivo que haya tenido. Al terminar podía sentir mi corazón y mi respiración regresaban poco a poco a la normalidad, entonces fue cuando José me dijo, dúchate y prepárate que tienes unos clientes por atender, Supe de inmediato que esa fue mi iniciación y que mi vida había cambiado para siempre.

 

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