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Así empezó el gusto por los pies de mi primo | Relatos Eróticos de Fetichismo

Publicado por Hugo el 18/06/2022

Hola, mi nombre es Hugo, tengo 21 y esto pasó cuando tenía 18.
En ese entonces con mi primo, a quien llamaremos Dan de 19, teníamos una relación muy normal, el iba seguido a mi casa para jugar a la play, salíamos a andar en bici y esas cosas.
Llego entonces el viaje de mi tía, la mamá de Dan, por lo que él se quedaría en mi casa durante una semana, al ser vacaciones lo tomamos como una semana de puro juegos, y así iba, el primer y segundo día jugábamos a la play en mi habitación, en una tele no tan grande, sin embargo, mis padres tuvieron un compromiso por el cual tenían que ir a un pueblo cercano y no regresarían en dos días, nuestra idea entonces fue jugar a la play en la sala, donde la tele era más grande.
(Deben saber que el dormía en un colchón al lado de mi cama).
La primera noche así fue, preparamos bocaditos, gaseosas, y colocamos la play, estábamos jugando un juego donde uno tenía que perder, y como no le gustaba mucho dormir en el colchón, propuso la apuesta de que el que perdía dormía ahí, ambos dimos todo para ganar pero yo terminé perdiendo, era de madrugada y apagamos la play y nos dirigimos a la habitación, como era de esperar me recordó la apuesta y me dijo que yo debía dormir en el colchón y como buen perdedor así lo hice, ya teníamos rato durmiendo y me levanté de la nada, el estaba profundamente dormido, y para hacerle una broma pensé en hacerle cosquillas en los pies, me acerqué a la parte de la cama donde estaban y al levantar la manta, ví sus pies con unas medias blancas delgadas de tobillo y desprendían un olor no desagradable, era raro porque me empezó a interesar el como olían más de cerca y el ver que mi primo tenía los pies pequeños y con un arco pronunciado me sentí extraño al querer tocarlos, pero así fue, empecé a acariciar sus pies de los dedos al talón y acerqué mi nariz para olerlos, estuve un buen rato como hipnotizado que no me di cuenta que tenía una erección y me sorprendí, me gustaba lo que hacía, pero pensé que sería muy incómodo y me aparte de ahí, estaba tan excitado que cogí un par de sus medias de días atrás y fui al baño ha hacerme la mejor paja hasta ese momento oliendo sus calcetines, terminé y regresé a dormir, aún pensando en lo que había pasado.
Al día siguiente nos despertamos y al parecer el no había notado nada, por lo que hicimos lo de siempre, desayunar, salir a comprar, ver películas, pero yo aún con el pensamiento de lo mucho que me había prendido tener sus pies.
Llegó otra vez la noche y prendimos la play, todo tranquilo hasta que el se acostó en la alfombra boca abajo para estar más cerca de la tele, yo por otro lado, me quedé con sus pies al costado, podía sentir su olor por lo que habíamos salido a comprar y había estado con sus zapatillas todo el día, también notaba como el sudor de sus deditos hacia que los calcetines se peguen a ellos, dejando notar muy bien su arco, generando una erección.
Esta vez jugábamos algo en equipo y se me vino la idea de cambiar el juego por otro donde podríamos apostar, así lo hice, el sin moverse de la posición, me decía "quieres que te gané otra vez je", yo quería que lo hiciera porque tenía el plan perfecto, le dije que como habíamos caminado bastante, el que gane recibiría un masaje de pies del otro, intentando sonar muy convencido de que ganaría, el acepto sin más y empezamos a jugar, obviamente perdí a propósito esta vez, quería sentir el sudor de sus pies, tener su olor en mis manos, sacándome en cara que le dolían mucho los pies, pero que quería seguir jugando, así fue y no había momento es que me dijera que cumpla el reto, se hacía ya muy tarde y tenía que hacer algo, a lo que le dije "ya me cansé, me duele un poco la cabeza, creo que iré a dormir", el sin pensar nada dijo "no, ya no juegues entonces pero perdiste y tienes que cumplir algo", intentando simular disgusto acepte y puse un juego para que estuviera el solo, me senté detrás de sus pies con la espalda en el sofá y la excitación me empezaba a invadir, el olor empezaba a hacerse notorio y eso me gustaba mucho, le dije que solo un rato para que no pareciera raro y el puso sus pies sobre mis muslos, a lo cual yo me asusté pensando que podría sentir mi erección, por lo cual baje un cojín y los puse ahí, mi excitación estaba al tope al poder tener sus pies tan cerca, me sentía muy nervioso de tocarlos, pero lo hice, acerque mis dos manos primero a uno de sus pies, los cuales llevaban calcetines gris de tobillo muy pegados, empecé a acariciar suavemente ese pie, acercándolo a mi nariz de por momentos, el solo seguía jugando y yo notaba que le estaba gustando, por lo que fui un poco más duro, presionaba más mientras lo masajeaba, y el empezaba a agitarse, lo que hizo que me atreviera a quitarle el calcetín, fue de manera lenta, dejándome ver su talón primero y subí sin apuros hasta poder ver sus pequeños dedos, el olor fue mucho, me prendió demasiado y se notaba que él estaba ya muy agitado, sin pensarlo más agarre firme su pie y pase mi lengua por sus dedos, el se movió un poco, volteo a mirarme pero no dijo nada y se regreso pero ya no jugaba, solo se recostó, al notar eso, metí su dedo gordo a mi boca y lo empecé a chupar, el empezaba a retorcerse, estuve un rato así con su pie, chupando cada uno de sus deditos, pasando mi lengua desde su talón, pasando por su exquisito arco, hasta llegar a sus dedos otra vez, el volvió a mirarme y me quito el pie de la mano, yo me asusté por esa reacción pero para mi sorpresa y excitación, retiró el cojín con ese pie y levantó el otro hacia mi cara, mientras yo chupaba el otro pie con calcetín el movía el otro por mi miembro, yo sentía que me iba a correr y le saqué el otro calcetín, y ahora subí a chupar los deditos de sus dos pies, estaba un rato así hasta que el me dijo "bájate el pantalón", sin pensarlo dos veces lo hice, quedó mi miembro al descubierto y el bajo sus dos pies y empezó a jugar con mi pene, ver ese espectáculo me puso a mil y en un par de minutos me termine corriendo sobre sus pies, termine exhausto que recosté mi cabeza en el sillón, y para mí sorpresa el me volvió a mirar y me dijo que se los limpiara, yo muy obediente lo hice, empecé a chupar otra vez sus deditos y las plantas de sus pies limpiandolos por completos.
Terminando esto apagamos la play y nos dirigimos a la habitación...

 

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