Relatos Eróticos Fetichismo

La criada | Relatos Eróticos de Fetichismo

Publicado por Anónimo el 30/11/-0001

Cuando hace unos años, el Servicio Diplomático, me envió a Sudán no me hizo mucha gracia. En aquel país hay una guerra desde hace mucho tiempo. Pero las condiciones eran muy buenas, disponiendo de mucho dinero para mis gastos. además me relacionaría con las autoridades del país y podría conocerlo.

Al principio no hice otra cosa que trabajar pero, unos meses mas tarde comencé a necesitar una hembra con la que fornicar. En aquel lugar eso solo se puede hacer con prostitutas o con la legítima. Yo no quería ni lo uno ni tenía lo otro. De manera que le comenté a uno de mis contactos públicos el tema, como de pasada. En aquella fecha, principio de los años 30, no era ni fácil ni difícil tener una mujer, mi problema era que, al ser yo cristiano, no podría acceder a mujeres musulmanas. A los pocos días me hizo saber que tenía solucionado mi problema.

Esa tarde llegó a mi finca (Tenía una casa en una zona residencial ), acompañado de lo que me pareció una muchachita de no mas de 15 años. Cuando pasamos a la casa me contó toda la historia. "En mi país está admitida la esclavitud, como sabe traemos chicas y chicos del sur para surtir los burdeles de aquí. Esta chica la capturaron hace un mes en el sur y la querían vender a un tratante de mujeres, pero resultó que no era virgen y la iban a matar". Yo me quedé de piedra y me fije en la chica, era delgada, alta y con unos ojos de miedo que daban pena. "Cómo cree que voy a entrometerme en una situación como esta?, No puedo comprar un ser humano". "No tiene que hacerlo, nosotros se la regalamos con todos los papeles para que no tenga problemas si viaja con ella por el país". Ni por esas pensaba entrometerme en esa situación. "¡Llevesela de aquí!" De acuerdo pero no vivirá mas allá de lo que tarde en llegar a donde estaba, a lo sumo se la entregarán a los empleados de la cárcel para que disfruten de ella, mientras viva".

Mire de nuevo a la chica y me dio pena. "¿Cuantos años tiene?. Según dicen 18 y debe ser recién casada, de lo contrario una chica no virgen sería una prostituta y esta dicen que no está usada mas que una o dos veces". "De acuerdo me la quedo. ¿Qué he de hacer para liberarla?, no puede y mejor será que nadie sepa sus intenciones o se la quitarán, por mucha protección que yo pueda darle. Los tratantes no admiten que se libere a los esclavos.. vivos."

Dicho esto se marchó. Yo me quedé mirando a fijamente a Swaci, que es como me dijeron que se llamaba la chica. "¿Me entiendes?" le pregunté en francés y luego en inglés y en español. Cuando le hice la pregunta en español me dijo que algo, mezclandolo con otra lengua que yo no entendía. Después de repetidos intentos me dijo que se había casado la noche anterior y que, cuando estaba durmiendo con su esposo, llegarán los traficantes moros, le mataron a él y se la llevaron. "¿Cómo sabes que tu marido está muerto?. Vi como lo hicieron"

Me dijo que aprendió español en la escuela de los misioneros entre los 5 y los 10 años. Luego volvió a su casa para cuidar a sus padres y permaneció allí hasta que estos murieron. después sus hermanos la casaron con un hombre mayor que había quedado viudo.

"¿Sabes que te han vendido como esclava?. Si y entendí a los hombres que me trajeron que me matarían, después que me reconoció el médico. En ese momento llegó su amigo y me fui con él." "¿cuantos años tienes?, 18".

Me fije en ella y le dije que se pusiera de pies. Tenía las piernas largas y delgadas y los pechos poco desarrollados. Sus caderas eran estrechas y su cara me resultó agradable. ¡Sigueme! le dije y la lleve al baño. Allí le fui quitando la ropa, pese a sus esfuerzos por taparse. Me fije en sus pechos, con una aureola mas oscura que el resto de su piel. (Olvidé deciros que era negra)

Cuando le quité la túnica que traía quedó al descubierto su pubis. Tenía un pelo corto y rizado.

Puse mi mano en su coñito y le dije ¿Te han usado tus captores?. No pues pensaron que era para un burdel y no les pagan si no son vírgenes". Para entonces mi polla estaba dura como la piedra. Había decido que fornicaría con esta muchacha, mientras pudiera y luego, quien sabe, me la llevaría a mi país.

Abrí el grifo del agua y le dije que entrase. Rápidamente me quite la ropa y me dispuse a enjabonarla. Ella me dijo que no le hiciera daño. ¿Cómo podría hacertelo chiquilla? ". Me miró a los ojos y luego a mi polla. Desde luego estaba excitado, pero solo quería lavarla antes de follarmela por todos lo agujeros de su cuerpo.

Me metí en la ducha y comencé a darle jabón. Nuestros cuerpos se rozaron y se me puso la carne de gallina. No había supuesto que llegaría a estar con una mujer sometida como esta. Dejé caer el jabón cuando me pareció que ya estaba limpia y tome el pezón de su tetita derecha, era duro y se puso mas cuando se lo estruje. luego me lo metí en la boca y le di un mordisco. hacía tiempo que quería hacer aquello y le apreté todo lo que pude, hasta que se le quedó el semblante blanco, si eso era posible en una negra. Después le chupe el otro pezón pero no se lo mordí, me di cuenta de su miedo cuando puse mis dientes sobre él.

Entonces me vino la idea de follarla allí mismo, le hice que se arrodillara y que se pusiera a cuatro patas, abrí con mi mano su rajita, por detrás y puse mi polla en la boca de su abertura. ella me miró desde el fondo de la bañera, cuando comencé a metersela despacio. desde luego no había follado mas de una o dos veces. Mi polla encontró su coñito apretado y cerrado. Se lo abrí poco a poco entrando despacio. Puse mis manos en sus caderas y la use como si fuera un saco, se la metí con furia y se la sacaba casi del todo. Luego se la volvía a meter hasta el fondo. Ella gemía pues estaba muy seca, de hecho mi polla me dolía al moverla dentro de su coño. Me corrí dentro de ella y dejé mi polla dentro dando los último estertores.

Luego la saque de la ducha y la lleve al salón, la senté en una silla que tenía allí, era un artilugio que dejaba las piernas de la mujer separadas y a la vista su coño. Me puse frente a ella y le metí la polla por delante sin ningún miramiento. "¡ Mírame a la cara mientras te follo!" le ordene.

Ella me miraba y yo veía como se nublaban sus ojos. Era bonita y parecía mas joven de los que era. Realmente, de no saber su edad, cualquiera diría que tenía 14 o 15 años. "Mira hacia abajo, ¿Qué ves?" ella no contestó. ¿Qué ves?" le repetí. "Tu cosa entrando dentro de mí". Es mi polla, ella será tu señora desde ahora, deberás hacer lo que ella te pida, chuparla, lavarla dejarte joder por ella. Y siempre que te lo diga me pedirás que te folla, hazlo ahora!.

"Follame señor, follame señor, follame", Lo decía con una vocecita que me puso como loco. Me corrí dentro de ella.

Esa tarde me la tiré no menos de 6 veces. Al llegar la noche yo estaba cansado y ella dolorida, nos bañamos juntos y nos acostamos. Se me puso en la cabeza que quería dormir con mi polla dentro de sus boca y la puse haciendo un 69, Me empezó a chupar la polla con miedo. Si no me haces daño no te pasará nada. De esta forma se quedó dormida, con mi pene dentro de su boca.

Hacia las 7 de la mañana me desperté y la vi allí, su coñito estaba a mi alcance, era de color rosado y se notaba un poco de semen que había quedado cerca de él. La polla se me puso dura. Puse a la chica boca abajo en la cama y me fui a la cocina por un poco de aceite. Cuando regrese ella seguía dormida. Puse el aceite al rededor de su ano y sobre mi polla. Además metí mi dedo engrasado en su culo para abrirlo un poco. Ella se movió como si sintiera mi dedo. Coloqué mi polla ante su culo y comencé a penetrarla, despacio para que no se despertase.

Conseguí metersela entera. En ese momento se despertó y trató de levantarse. Mi polla estaba clavada en su ano y el peso de mi cuerpo no la dejó moverse. "Estoy enterrado en tu culo, te duele?, No", me contestó. Y comencé a metersela y sacarsela con mayor rapidez. Ella estaba con las piernas separadas, de bruces sobre la cama y mi polla en su culo no la dejaba moverse. Me corrí dentro de ella como había hecho el día anterior y repetí ese día.

Entonces le explique sus obligaciones : "Será mi perra esclava, harás cuanto yo te diga. Si te pido que me la chupes lo harás, si cojo tus pezones y los muerdo (entonces le cogí las tetitas y se las apreté hasta ver aparecer el dolor en su rostro) lo haré cuando quiera. Y si decido follarte en la casa o en el coche o en cualquier otro sitio, lo harás sin rechistar. ¿Has comprendido?. Si señor haré cuanto me digas".

Desde ese momento fue mi ramera particular, me la tire ese día y todos los que quise, cuantas veces me apeteció. Estaba sentada en la mesa de la cocina (Se convirtió en mi cocinera) y entraba yo, la levantaba de la silla y la tumbaba sobre la mesa, le metía la polla en su coño, por detrás. Una de las cosas que mas me gustaba era atarle las manos a las rodillas, de forma que quedaba abierta de coño frente a mi. Entonces le metía la mano en su coño, hasta donde podía. Con el paso de los años se la metía entera.

Así seguimos durante los 10 años que permanecí en el país. Cuando termino mi estancia ella estaba mas rellenita. Me la lleve a Marsella y le puse un burdel. Allí seguía la última vez que la vi. Se había convertido en una señora, a la que debían favores varios ministros. FIN

 

Relatos Porno
Los relatos eróticos más leídos

 

ENVÍA TU RELATO ERÓTICO

 

Más relatos eróticos

Relatos eroticos