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Los pies de Alicia | Relatos Eróticos de Fetichismo

Publicado por Anónimo el 30/11/-0001

Me llamo Alex, trabajo en un gran bufete de la ciudad, me levanto a las 5 am todos los dias para ir a trabajar, es un bufete muy importante de la ciudad. Esa mañana del lunes pasado jamás se me olvidara porque un sueño se me hizo realidad.

Como de costumbre llegue a la oficina a las 5:30 am, toda la ciudad aun estaba en tinieblas mientras conducía mi Audi TT, llevaba mucha prisa porque tenia que preparar una demanda para la reunión de las 9 am con mi director. Entre a mi oficina directo a buscar mi taza de café cargado, me quite la chaqueta e inmediatamente me afloje la corbata, encendí mi laptop y la otra computadora, me puse a trabajar como si se me estuviese acabando el día acabado de empezar.

Estaba sumergido en las profundidades legales cuando de repente llego Alicia, la chica nueva que acababa de incorporarse al bufete. Sus referencias eran impecables, graduada con honores de la facultad de derecho, directora del periódico estudiantil y estaba tan buena que era imposible mirarla como abogada. Alicia mide 1.70 mts, tez blanca, pelo castaño claro, delgada diría que pesa unas 130 libras y todos los dias parecía vestir el mismo atuendo de chaqueta y falda azul marino, y unas sandalias color negro que dejaban al desnudo unos pies largos y blancos, con el pedicure francés hecho como tallado en columnas griegas, dedos y unas de un largo calentísimo (confieso mi fetichismo de pies, me parecen sensuales).

Hola, me dijo apenas entro, - que estas haciendo - conteste haciéndome el desentendido ante la impresión que me dejo - preparando una demanda importante - Inmediatamente me dijo que apagara la computadora que ella se habia quedado toda la noche trabajando y estaba harta de las computadoras, quería hablar conmigo. Asi lo hice, y comenzamos a charlar acerca del tiempo, de las noticias de todo un poco. No podía dejar de verle los pies, a veces ni siquiera la miraba a los ojos, solo a los pies, tenían un arco perfecto y jugaba con su sandalia sensualmente.

Se quito las sandalias porque decía que le dolían y que quería dormitar en el sillón de mi oficina, yo le dije que por mi no se preocupara que estaba bien. Acostada en el sillón me pidió un vaso de agua y acudí en su ayuda como por arte de magia, fui por el vaso y lo llene de agua. Cuando estuve cerca del sillón me acerque por la parte de los pies para extenderle el vaso de agua, intencionalmente lo llene al borde asi que cuando llegue a la altura de sus pies derrame un poco. No habia comenzado a disculparme cuando un gemido de éxtasis salió de su garganta como si yo hubiese vertido una cubeta de agua encima de un pequeño incendio.

Me dijo que si le podía hacer un pequeño masaje en los pies, le conteste que por supuesto, asi que me senté a los pies de ella que todavía estaba acostada y puse sus pies en mis piernas. A estas alturas mi verga estaba a mil, la tenia dura, muy dura, asi que comencé a acariciar sus pies. Eran delicados y largos con dedos flacos y muy cansados. Los acaricie para excitarme, tenían un olor exquisito, olían a pata, pero eso me ponía mas caliente. Deslice lentamente mis dedos por toda la planta del pie y ella no sentía cosquillas. A medida que aumentaba el ritmo Alicia emitía suaves quejidos que se iban intensificando. Subía por los tobillos y como la pequeña falda se habia subido podía ver sus pantaletas, eran un hilo dental que descubría un muy bien depilado clítoris y una pequeña toalla sanitaria se aferraba a la pequeña tanga.

Me arme de valor y puse su pie izquierda encima de mi verga parada a través del pantalón, ella dijo - Huy papi, que rica la tienes, parece un palo - A continuación me pidió que le chupara los pies y asi lo hice, tome su pie derecho y lo olí, lo olí profundamente hasta que la cabeza de la verga me cabeceo queriendo acabar. Lo seguí oliendo y me lo lleve a la boca. Primero el dedo gordo, muy exquisito, luego lo chupe con dedicación como un dulce. Pose mi lengua en la parte de abajo de sus dedos y el sabor me enloqueció, me metí los cinco dedos de su pie derecho en mi boca. Estaba tan entretenido en mi tarea de chupador, que no me di cuenta que ella se masturbaba por encima de su pequeño bikini. Seguí chupando los dedos de los pies y sus tobillos, tome una sandalia de las que se acababa de quitar y la olí, olía espectacular, una mezcla de sudor y jabón de baño, la etiqueta de la marca del zapato estaba un tanto gastada por el andar del tiempo, la olí todo de arriba abajo y seguí chupando mi nuevo juguete.

Ella acabo cuando me miro lamer el zapato y se saco la toalla sanitaria que llevaba debajo y me la mostró. Ando con el periodo mira mi toalla, en efecto estaba empapada de sangre, me la lanzo y la olí tambien, la chupe como si fuera una esponja y no pude más. Me saque la verga y restregué la toalla en todo el glande, jamás la habia tenido tan parada, subí inmediatamente y la penetre con una furia de perro en celo. Solo le di tres embestida cuando la verga se me lleno de semen, ella me dijo, llena mis pies de tu leche, saque la verga y le heche encima cerca de ocho chorros de una espesa leche, todos sus dedos se llenaron de ella, incluso en medio de los dedos que luego comencé a limpiar con mi lengua.

 

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