Relatos Eróticos Filial
Atrapados por papa | Relatos Eróticos de Filial
Publicado por Anónimo el 30/11/-0001
Desde que había jugado a los médicos con Jorge, mi cuerpo había cambiado, anhelaba las sensaciones que aquel juego inocente me había enseñado, estaba en la oscuridad de mi habitación, acariciando mi senos, mis manos empezaban a recorrer mi cuerpo buscando sentir aquellas sensaciones que Jorge me había enseñado, me dejé llevar, acariciándome, tal y como él me acariciaba, empecé a meter mis deditos dentro, sin darme cuenta que alguien podía escuchar mis gemidos.
Jorge me escuchó, pensó que no me encontraba bien y entró en mi habitación medio asustado, me preguntó que si me encontraba mal, yo le dije que si, que me sentía como el día que jugamos a los médicos, su cara cambió de golpe de preocupación, a una cara de vicio, le hice un espacio en mi cama, se quitó la ropa corriendo y se metió entre mis sábanas, empezamos a besarnos apasionadamente, nuestros cuerpos pegados el uno al otro, noté como la verga de mi hermanito estaba cálida, me escondí entre las sábanas, y empecé a besarla, a lamerla y a saborearle, mi hermano me propuso que nos pusiéramos de forma de que él pudiera saborear mi dulce néctar, levantamos las sábanas y nos pusimos a hacer un 69, su lengua era muy experimentada debía de serlo ya que lo hacía muy bien, yo le decía a mi hermano que estaba muy malita que necesitaba una inyección como la del otro día.
Cambiamos de posición para que me pudiera dar la inyección, me penetró lentamente y con delicadeza como la otra vez, ummm me encantaba sentirla dentro, empezó a moverse rítmicamente y yo a gemir y a gritar, sin pensar que nuestros padres estaban en la habitación de al lado, estaba disfrutando tanto como mientras jugábamos a los médicos, de repente alguien apareció dentro de la habitación, no atinaba a avisar a Jorge que papá había entrado, empecé a sentir miedo, papá encendió la luz, Jorge y yo nos mirábamos temiendo una reprimenda terrible, seguro que sacaba la correa y nos atizaba, como hacía cuando nos comportábamos mal, sin embargo sonrió, y dijo: Ains mis bebés como habéis crecido, así no se juega, os voy a tener que enseñar.
Papá ordenó a Jorge que saliera de encima mío, yo no le quitaba los ojos a papá que lucía un enorme bulto en el pantalón, papá se percató que la miraba y me dijo pequeña no seas ansiosa que dentro de nada la probarás. Me obligó a levantarme de la cama, e hizo que Jorge se tumbara en el centro, me situó a mi encima de Jorge con las piernas separadas alrededor de su cuerpo sentada encima de su verga, yo notaba debajo la verga de Jorge, cálida, aunque no estaba dentro, papá se situó detrás mío y me dijo pequeña vamos a meterte dentro la verga de tu hermanito, hurgó por debajo de mi coñito para encontrar la verga de Jorge y la situó en la boca de mi vagina, poco a poco me iba empujando a mi con su otra mano para que entrara, situó sus manos en mis caderas y me balanceaba, yo empezaba a sentir el mismo placer que cuando me penetraba Jorge, empecé a moverme sola, y papá me frenó diciendo viciosilla espera un poco no tengas ansias que tu papito quiere que tengas ambas para ti, cogió mi mano y la acercó hacia su verga, la verga de papá era mucho más grande y dura, así que ahora se una buena niña y obedece, hizo que mi pecho se juntara con el de Jorge sin sacar de dentro la verga de mi hermano, colocando mi culito en pompa, se chupó un dedo, y lo introdujo por mi culo, era una sensación extraña, molestaba un poco, me dijo qué iba a meter la suya por allí, que fuera una buena niña, papá acercó su verga cálida a mi culo, la sentía cerca, de repente de un solo golpe la introdujo, se me saltaban las lágrimas de dolor y no pude evitar pegar un grito, papá me tapó la boca con su mano. Bebé no grites que despertarás a mami. Yo solo lloraba me dolía tanto.
Jorge me besaba dulcemente hermanita no llores, que eres muy linda, intentaba consolarme mientras papá me embestía por detrás, causándome más y más dolor, la verga de Jorge me seguía produciendo placer ya que papá me movía tanto que hacía que la verga de Jorge también se moviera dentro de mi, poco a poco el dolor se transformó en placer, empecé a gemir tan y tan fuerte que mami se despertó, entró furiosa en la habitación gritando, con un cacharro en la mano, de repente era papi quien empezaba a gritar, y mami le decía eres un papi muy malo mira que hacerle eso a nuestros bebés, mami le metía y sacaba ese artefacto desconocido con forma de verga a papi, y él gritaba, pero seguía embistiendo cada vez más fuerte, de repente Jorge me llenó de leche, yo seguía gimiendo y gritando, hasta que caí extasiada encima del pecho de Jorge y papi no dejaba de embestirme mientras gritaba a mami: así mamita dame duro siiiii. Contra más duro le daba mami, más duro me daba a mi, al final papi también me llenó de leche, leche muy caliente y espesa que me maravilló como me chorreaba toda, Jorge abrazaba mi cuerpo tembloroso, feliz y muy satisfecho, nuestras lenguas se unieron una vez más presagiando más placeres, pero nuestros ojos estaban con lo que nos ofrecían solo para nosotros tanto mami como papi.
Mami empezó a lamer la verga de papá, su lengua, muy experta, la recorría abajo arriba mientras le chupaba los huevos enormes, Jorge y yo los observábamos muy atentos, la verga de papá volvía a estar dura. Mami se puso a cuatro patas en la alfombra, y papi le empezó a dar por su coñito mientras que nosotros los mirábamos sin perder ningún detalle, papi cogió el artefacto con forma de verga, lo humedeció con los jugos del coño de mami y se lo metió por el culo a mami, Jorge y yo no podíamos apartar la vista del espectáculo que estábamos viendo, mami no paraba de gritar así papito dame duro más duro, hace gozar a tu perrita sumisa........... ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh, así, asiiiiiiiiiiiiiiiii Nosotros los observábamos aún asombrados por lo sucedido, de repente mami empezó a gemir como hacía yo, bramando como una loca, gritándole a papi más, más y se veía en sus ojos como lo estaba gozando, se corrió dos veces, con cada uno un alarido de placer, y con el rabillo del ojo espiaba a Jorge como diciendo:..... aprende que la próxima serás tú el que me haga gozar como una perra,..... papi la llenó de leche desbordando su coño de semen, y le sacó el vibrador no sin antes, con movimientos muy sutiles le hizo acabar una vez más. Papá y mamá nos dejaron dormir juntos a Jorge y a mi en la habitación, nos arroparon a los dos en la camita, y nos dieron un beso a cada uno en los labios. Ellos salieron abrazados de la habitación.
Jorge y yo nos quedamos un buen rato conversando de los sucedido, ambos estábamos asombrados, esperábamos una buena reprimenda, sin en cambio aquello, fue mejor que un castigo, ya no teníamos que ocultarlo, ya que ellos lo consentían. Quien nos iba a decir que nuestros padres eran tan viciosos, pero tan viciosos y muy morbosos y eso nos encantaba y yo me veía nuevamente con esas dos vergas dentro de mi llenando de placer todo mi cuerpo.