Relatos Eróticos Filial

Historia de un amor | Relatos Eróticos de Filial

Publicado por Anónimo el 30/11/-0001

Hola: mi nombre Roberto y me dicen Berto. Esta es una historia absolutamente real y me ocurrió cuando yo apenas tenia 12 (ahora tengo 43) en el receso del colegio. Los nombres de algunos de los involucrados fueron cambiados por razones obvias. Debo de hacer una pequeña introducción para que tengan una idea de lo fantástico de esta historia. Somos 6 hermanos, 4 varones y 2 mujeres (3 de padre y madre, 1 de madre y 2 de padre) yo soy el numero 3 (de padre y madre). Nuestra situación económica no era buena por lo que mi padre era un agricultor (era recogedor del grano del café, y en la estación del cote de caña de azúcar) y mi madre (aun vive) por muchos años fue recogedora de café, costurera y cocinaba para unos ancianos e incluso les lavaba. Por la situación económica mis dos hermano mayores de 15, 16 (de padre) estaban con mis tíos paternos en una cuidad cercana, y la más pequeña de 2 y el hijo de mi madre de 15 vivían con mi abuela materna. Mi hermana mayor “Maria” (de 13 años) estaba encargada de cuidarnos a mí a mi otra hermanita “Linda”(de 5). Estando en casa aprovechando de que estábamos solos entré al cuarto de mis padres, donde sabía que mi padre tenía unas revistas de mujeres teniendo sexo con todas clases de hombres. Ya para ese entonces tenía erecciones (aunque no eyaculaba). Sin que mi hermana se diera cuenta me empecé a masturbar y así pasaron un par de días, hasta que fui descubierto y amenazado de ser descubierto antes mis padres.

Cosa que me aterrorizaba, pues mi padre tenía un mal carácter. Por un par de días estuve calmado y volví a entrar al cuarto. Pero mis padres tenían sexo casi todas las noches, pero una noche no me sentía bien tuve que ir al baño al salir, tremenda sorpresa mi linda hermana María (no es su verdadero nombre) estaba de pie espiando a mis padres, al acercarme noté que tenía sus manos entre las piernas y al darse cuenta de mi presencia me hizo una señal de silencio y me llevó a mi cuarto. Y vi. mi gran oportunidad de vengarme de ella por haberme amenazado el día que me descubrió en el cuarto de nuestros padres. Y le dije que me dejara verla desnuda (cosa que ya había ello mientras se vestía) y se negó y le dije que iba a llamar a mi madre, así que la llamé, con la mala suerte de que mi madre estaba saliendo del baño en ese momento.

Y respondió preguntando que quería al oírla mi hermana aceptó con tal de que no le dijera a mi madre lo que había visto. Momento después escuchamos como mi madre se acercaba y le hice señas a mi hermana de que se escondiera debajo de mi cama. Cosa que hizo inmediatamente y justo en ese momento mi madre entró al cuarto preguntando que quería y sólo se me ocurrió decirle “que no me sentía bien del estómago”. Y lo que hizo fue darme un beso en la frente y decirme duerme, mañana te sentirás mejor. Esperando unos minutos para asegurarnos de que ya se había acostado. Mi hermana salió de debajo de mi cama y se desnudo para mi pero que no la tocara. Así pasaron un par de días en que cada vez que mis padres tenían sexo nosotros (ahora ambos) los espiábamos para luego desnudarnos uno frente al otro, pero un día yo estaba más excitado que de costumbre. Y le pedí que si podíamos hacer lo que momentos antes habíamos visto hacer a nuestros padres. Y con un NO retundo salió del cuarto. Un par de días después fue ella la que entró totalmente excitada pidiendo que la tocara. Cosa que hice con total agrado hasta que ella empezó ha moverse y retorcerse en mi cama. Ella estaba alcanzando un orgasmo cosa que yo no sabía. Pero después de que se calmó un poco me dijo: “mañana te toca a ti”. Me quedé pensativo y algo asustado por las palabras de mi hermana. Al otro día mi madre tenía una cita médica con Linda, y puesto que no teníamos auto mi padre pidió prestado un carro tirado por caballo, y nos dijeron que nosotros no podíamos ir con ellos. Antes de salir mi padre nos dijo que llegarían al atardecer y que no saliéramos de la casa (cosa que planeábamos no hacer).

Cuando estuvimos seguros de que estaban lo suficientemente lejos cerramos las puertas y les pusimos los cerrojos para no ser molestados. Rápidamente nos desnudamos y entramos al cuarto de nuestros padres y mi hermana me dice: “acuéstate y empezó a besarme el cuerpo (cosa que me gustó demasiado) hasta llegar a mi pene ya erecto. Se lo introdujo en la boca, del susto le di un empujón que la tiré al piso y salí corriendo pensando que mi hermana se había vuelto loca y me iba comer. Pero ella había buscado las revistas de mí padre y me explicó de que eso era lo que ella había visto hacer a mi madre con mi padre, y que todavía lo tenía (el pene). Entonces la dejé hacerme el sexo oral. Después de un rato me preguntó si quería poner mi cosita en su cosita, a lo que respondí afirmativamente. Y así lo hicimos. Fue la mejor experiencia sexual que he tenido, aunque algo difícil por virginidad de mi hermana. Y desde ese día cada vez que teníamos la oportunidad teníamos sexo oral y luego vaginal. Y pasaron los años y mi hermana cada vez que estaba segura de que nuestro padres dormían ella entraba a mi cuarto y se desnudaba entraba en mi cama teníamos sexo casi todas las noches y alguna que otra vez teníamos sexo mientras espiábamos a nuestros padres teniendo sexo. Cuando mi hermana cumplió los 15 mis padres le hicieron una gran fiesta en el patio, donde todos los adultos bebieron hasta la saciedad y algunos jóvenes también. Yo como no bebía, mi trabajo era mantener los vasos llenos de licor. Al ir a buscar más botellas de licor entré a la casa y me dirigí a la cocina, al ir acercándome pude distinguir la silueta de mi madre y mi tío Roberto (en cuyo honor ese nombre) y me detengo para oír lo que están hablando. Y escucho claramente que mi madre le dice al tío que ya no pueden hacerlo que ya son adultos y que alguien los pueden descubrir teniendo sexo.

Pero el tío le insiste hasta que ella acepta rápidamente mi madre se quita los pantys y mi tío se baja los pantalones hasta los tobillos. En ese momento veo a mi hermana y le hago señales para que acerque sin hacer ruido. Y le expliqué al oído lo que estaba pasando y juntos nos dirigimos hasta un mejor lugar para observar sin ser vistos. Y el lugar adecuado era detrás de un estante de la cocina de donde podíamos ver y escuchar todo sin ser vistos, y si alguien entraba tampoco nos podían descubrir. Nos acomodamos mi hermana recostada de unas cajas de madera y yo detrás de ella. Desde nuestro escondite teníamos visión perfecta de cómo mi tío entraba y sacaba el pene brilloso por los fluidos vaginales de mi madre. Yo tenía una erección como nunca antes, así que me acerco a mi hermana para que sienta mi erección. Y su reacción fue incorporarse y decirme al oído: “eres un sucio y me da un beso en la mejilla” y se sonríe en forma maliciosa y vuelve a la posición anterior. Comprendiendo le subí el hermoso vestido blanco, esperando ver las acostumbradas pantys blancas. Para mi sorpresa no las traía. Rápidamente y sin hacer ruido me bajé los pantalones y me situé para penetrarla desde atrás y le fui introduciendo poco a poco cada centímetro hasta que todo mi pene estuvo dentro de la vagina de mi hermana. Muy pronto mis movimiento de entra y saca estaban sincronizados con los de mi tío. Estando en esta situación escuchamos mi hermana y yo algo que nos dejo helados… mi madre recordaba la última vez que habían tenido sexo. Y fue justo 9 meses antes de que yo naciera.

Ahora me daba cuenta el por que yo llevaba el nombre de mi tío. Mi tío no era mi tío, sino mi padre y la cosa no terminó allí, escuchamos a mi madre decirle a mi tío: ¿“viste lo hermosa que está nuestra hija?”. Mi hermana tampoco era hija de nuestro padre… sino de nuestro tío Roberto. Mi hermana y yo éramos hijos de una relación incestuosa. Mi erección se bajó aunque esta dentro de mi hermana. Mi tío termina dentro de mi madre la cual se arrodilla al frente del tío y pone el flácido pene de mi tío en su boca hasta que esta listo otra vez. El tío le dice: “te quiero como cuando estabas embarazada de Linda”… rápidamente mi madre saca el frasco de una reconocida crema facial, y se la ofrece al tío. El cual abre e introduce la punta de su pene en la crema y mi madre se da la vuelta y le da la espalda al tío. Mi tío le esparce parte de la crema entre las nalgas a mi madre. Al ver esto mi erección vuelve más dura que antes y mi hermana lo nota y mueve la cabeza hasta besarme en la boca. Mi tío introduce todo el pene muy despacio por el ano de mi madre al tiempo que mi madre decía: “que rico, nadie lo hace mejor que tu mi adorado hermano”. Mi hermana había tenido por lo menos tres orgasmos, y ahora era mi turno. Cuando traté de retirarme para eyacular fuera, mi hermana me sujetó para que terminara dentro de su vagina. Lo que hice y me mantuve dentro de ella hasta que mi madre y mi tío se retiraron de la cocina. Nunca antes había podido hacerlo así porque siempre ella se negaba que terminara dentro de su vagina. Nos quedamos unos minutos más para calmarnos, asearnos y reponernos las ropas. Para que nadie sospechara de lo que habíamos hecho.

Esa noche después de que todos los invitados se habían marchado y los demás estaban durmiendo la borrachera. Fue nuestra noche. Mi hermana entró con su hermoso vestido blanco de quinceañera. Se veía más hermosa y juguetona que nunca, cosa que me excitó sobremanera. Nos desvestimos uno al otro como si fuéramos recién casados. Esa noche cuando introducía mi pene dentro de su vagina… fue algo mágico. Algo que no habíamos sentido en todas las otra veces que habíamos tenido sexo. Nuestros besos eran más ardientes. Nuestros cuerpos tenían fuego por dentro. Esa noche fue la primera vez que le hacia el amor a una mujer. Esa noche marcó para siempre nuestras vidas. En esa noche tuvimos sexo vaginal, sexo oral y por primera vez sexo anal. Desde esa noche nuestra relación se hizo más fuerte y profunda. Pero lo bueno no dura para siempre, un año después muere mi padre y mi tío se hace cargo de nosotros (de mi madre, mi hermana Linda, de mi hermana Maria y de mi). Un año después mi hermana (que tiene para ese entonces 17) decide irse a estudiar a un mejor colegio, el cual estaba en un pueblo bastante distante. Lo que le impide vivir en casa de mi madre.

Está estudiando un año y al regresar, regresa con un novio para casarse. Yo quedé deshecho. El novio vino para conocer a la madre de su futura esposa. Tuvo toda la tarde y se hacía de noche por lo que decidió macharse dejando a mi hermana en la casa de mi madre. Esa noche como de costumbre mi hermana entró a mi cuarto vistiendo solo su hermosa sonrisa. Discutimos un rato, yo le reclamaba que me había traicionado. Que se iba a casar y me iba a dejar solo. Un rato después de pelear y llorar (ambos) nos abrazamos y besamos como antes de que se marchara al colegio. Hicimos el amor y tuvimos sexo vaginal, sexo oral y sexo anal. Nuestro encuentro fue tan apasionado y agitado que nos quedamos dormidos desnudos uno en los brazos del otro. Al despertar volvimos a tener sexo. Yo estando de espalda y mi hermana sobre mí, entrando sacando mi pene de su vagina y yo con sus bien desarrollados senos en mi boca. Mi hermana cuando siente que va llegar orgasmo se inclina para besarme en la boca y justo en ese momento mi madre entra al cuarto (buscando a mi hermana, porque ya había ido al cuarto de mi hermana y no estaba) y se queda paralizada sin hacer ningún ruido.

Mi hermana está a punto de llegar al orgasmo y yo quiero terminar junto con ella. Así que
cambiamos posición, ella de espalda y yo sobre ella. Mi hermana cruza sus piernas sobre mis caderas para que termine dentro de ella. En esa posición obtuvimos un orgasmo al mismo tiempo. Y en eso mi madre reacciona peleando y golpeándome en la espalda con una de sus pantuflas. Y diciendo que eso no se hacía que éramos hermanos, era pecado. Así desnudo como estaba la sujete por las muñecas y les dije que sabíamos que éramos hijos del tío Roberto y de ella. Que habíamos escuchado y habíamos visto como ella y su hermano tenían sexo. Y lo aceptó luego se marchó y se encerró en su cuarto. El ser descubiertos nos excitó más aún y volvimos a tener sexo, esta vez nos dejamos llevar por la pasión y sin la necesidad de tener que aguantar las ganas de gritar con cada orgasmo. Ese día mi hermana Linda no estaba. Así que salimos de cuarto desnudos nos bañamos juntos y luego fuimos a la cocina desnudos. Nos sentamos a comer desnudos y luego nos sentamos desnudos en el sofá de la sala a ver una película en la tele. En eso mi madre salió de su cuarto y se sentó en una butaca se tapaba la cara y nosotros como si tuviéramos vestidos.

Mi madre nos preguntó que desde cuando teníamos sexo y le contamos toda la verdad. Ella me preguntó si yo lo había hecho con mi hermana Linda. Le contesté que no (la verdad). Esa situación poco natural de tener a mi hermana desnuda a mi lado y a mi madre viéndonos desnudos. Hizo que tuviera una erección tremenda. Al verla mi hermana como si fuera natural la cogió con una mano se inclinó y se la introdujo en la boca. Y luego se sentó sobre mi pene hasta que tuvo todo dentro de su vagina. Mi madre no podía creer lo que sus ojos veían. Y así tuvimos haciendo el amor todo el día y esa noche. Al día siguiente el novio de mi hermana la vino a buscar temprano. Y no volvimos a tener sexo hasta un año después (el día de su boda). Mi hermana se vistió en la casa de mi madre para salir hacia la iglesia y yo era el que la iba entregar a un hombre que no me caía bien. Pero ese era el hombre que la persona que más yo quería había escogido. Así que todos habían salido para
la iglesia. Y nosotros nos quedamos atrás porque la novia tiene que llegar después de todos los invitados.

Mi hermana se veía más hermosa que nunca y a la misma vez algo triste. Le dije lo mucho que me importaba y la quería ver feliz y me abrazó y besó en la mejilla. Y me dijo que tenía un obsequio de despedida. Y al preguntarle que era me dijo: “Este vestido es señal de que me entrego al hombre que amo, y solo él me lo puede quitar. Pero quiero que la persona que más amo y quiero; me haga el amor con el puesto”. Al oír eso me acerqué la besé en la boca y la conduje hasta mi cuarto, la acosté sobre mi cama, le levanté el vestido le quité las pantys y con el saco puesto me bajé los pantalones y mi erección saltó fuera y le fui introduciendo poco a poco mi pene hasta que lo tuvo todo adentro. Hicimos el amor en la forma más dulce que no habrá otra pareja lo podrá repetir. Mi hermana se casó y se mudaron a los EEUU. El matrimonio duró diez años y después de un divorcio nada amable, mi hermana quedó con custodia de su única hija y una pensión de hambre. Después convivió tres años con un tipo que le pegaba, dejó ese y convivió con otro por dos años y se cansó de las infidelidades y lo dejó. Y desde entonces vivió sola con su hija hasta que esta se casó a los 24 años.

Entonces su hija la llevó a vivir en una casa contigua a la suya, pero tenía problemas con el esposo y decidió regresar a su propia casa. Mi madre se fue a vivir con una hermana solterona y yo me casé, no tuve hijos, me divorcié y me mudé a la casa donde crecí. Y esta mañana me llegó una sorpresa… mi hermana. Dejo a Roberta y su esposo (¿por qué ese nombre?) con los tíos paternos. Ya hicimos el amor y ahora esta sentada (desnuda) en mis piernas mientras escribo esto con una sola mano y con la otra la estoy abrazando contra mi pecho. Ella quiere regresar a vivir en esta casa. La idea me tiene fascinado y excitado. ¿Qué piensan la debo dejar vivir en esta casa, como hermana y esposa?

 

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