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Mi hija me sedujo y no pude resistirme a tal seducción | Relatos Eróticos de Filial

Publicado por Herman el 30/06/2016

Soy padre soltero, 1.70, 40 años de tez blanca y me mantengo en forma, tengo una enamorada que no esta del todo mal y que va con mi edad pero que no me satisface como lo que les voy a contar. Trabajo en un campamento minero y tengo mi departamento en la capital a 2 horas de viaje. Mi hija tenia unos 18 años, bonita, blanca y había desarrollado un cuerpo que ya no era de niña, tenía casi mi tamaño y sus formas ya se notaban, un precioso cuerpo.
Siempre la visitaba en la casa de su madre o ella me visitaba. Un día que estuvo en mi casa la llevé a la casa de mis vecinos para que se entretuviera jugando el Play Station, después de haber estado todo el día ahí, decidí que ya era tiempo de dejarla en su casa, así que le dije que ya nos íbamos y que se despidiera de la señora y sus hijas. Así ocurrió pero le dije que antes de llevarla a su casa pasaríamos por mi departamento para recoger su mochila y unas cosas que tenía que llevar a su madre. Fuimos y estando solos me pidió ir al baño, lo cual era normal, le dije que fuera, después de salir del baño me dijo un poco coqueta.
-Ay! Papá si vieras que me están saliendo vellitos, como he crecido.
Le respondí que era normal pues ya estaba en la edad de la pubertad.
-¿Quisieras verlos? me preguntó, risueña y coqueta
Me sorprendí, me sentí turbado y le dije que en otro momento y que más bien nos apuremos para ir a dejarla a su casa
Por mi mente pasaba la idea de ver esos vellitos que me había dicho... pensaba en como seria verlos y tocarlos y me excitaba fuertemente.
Me dijo
-Papá mejor me quedo a dormir aquí y ya mañana me llevas a mi casa. Accedí pero como no tenía otra cama le dije que yo dormiría en la sala y ella en el dormitorio.
Dijo que bueno. Llamé a su Mamá y le dije que mi hija se quedaría conmigo. No hubo reparos por parte de su madre, quien más bien se alegró pues me dijo que tenía una reunión ese día.
Al poco rato que nos fuimos a dormir, vino a la sala y me dijo.
-Papá, no puedo dormir sola, acompáñame. No hay nada de malo dormir juntos.
Bueno le dije. Pero ya la idea de que me estaba seduciendo me asaltaba y tenía sentimientos encontrados. Fuimos a dormir juntos y menos mal que supe controlarme y no provocar nada a pesar de que ella me abrazó y puso sus piernas encima de las mías. Yo estaba super excitado y con una gran erección, la cual trataba de esconder pero ella con su pierna sentía mi verga y la rozaba. Después de un momento de fuerte control nos quedamos dormidos.
Al día siguiente nos despertamos y la llevé a su casa. Nos despedimos y todo siguió normal.
Después de 2 años en que yo la seguía visitando en la casa de su madre, ella ya había llegado a los 15 y estaba totalmente desarrollada. Era una mujer por todos sus costados, y una mujer con formas bien pronunciadas y voluptuosas.
Como siempre, viajé al campamento, más o menos alejado de la. A la semana siguiente se aproximaron las vacaciones escolares, su madre me llamó y me dijo que mi hija quería viajar para visitarme, conocer el campamento y estar conmigo una semana, le dije que no había problema.
Cuando mi hija llegó, la presente a los amigos y amigas del trabajo, todos coincidían en que era una chica tremendamente desarrollada para sus 15 años y muy bonita por cierto, con su pelo castaño claro y sus finas formas. Por cierta precaución o para guardar las apariencias, pedí una habitación separada para ella. No quería que durmiera en la habitación que la minera me había dado pues solo había una cama y se prestaría a malas interpretaciones. Esto fue aprobatorio. Al día siguiente era el fin de semana, así que decidí llevar a mi hija para que conozca la ciudad más cercana, viajamos cerca de una hora y le mostré los paisajes turísticos del lugar. Nos registramos en un hotel y para ahorrar dinero o tal vez porque en nuestra mente ya estaba la idea, pedimos una sola habitación con 2 camas.
Esa noche fuimos a una taberna donde el dueño, que era conocido mío quien también tenía una hija de su edad. Mientras ellas conversaban y veían TV en su oficina, nosotros nos tomamos unas cervezas. Después de haber bebido lo suficiente y como a eso de las tres de la mañana, nos despedimos y nos fuimos al hotel. El frío era fuerte a esa hora, al ingresar a la habitación, cada uno se acostó en su cama. Pero no dejábamos de conversar y me decía que sentía mucho frío.
-Yo también siento frio le dije, a lo cual sugirió.
-Hay que dormir juntos para abrigarnos.
Accedí gustosamente y me di cuenta que el momento había llegado. El alcohol había cortado mis inhibiciones.
Me acosté en su cama y nos abrazamos tratando de transmitirnos calor, yo seguía un poco ebrio, pero a pesar de eso estaba muy excitado y totalmente erecto. Mi hija sentía el bulto y se pegaba más a mí. Baje mis manos y le pregunte
-¿De veras que tiene vellos, como me dijiste hace un tiempo?
-Si Papá y bastantes, me respondió sonriendo.
-No te creo, le dije y agregué ¿Puedo tocarlos? - mientras deslizaba mi mano hacia su calzón. Noté que estaba bien mojada. Metí mis dedos por encima de su calzón y toque sus vellos y luego baje mi mano y toque su preciosa y chiquita conchita, sentí como sus jugos fluían, mientras ella se reía y decía que le hacía cosquillas.
- Tienes tantos vellos como una mujer adulta, le dije.
Me abrazaba fuerte y me dijo
-Hay que jugar al Papá y a la Mamá.
-Ya - le dije, pero advertí que sólo sería un juego.
Casi sin darme cuenta le baje el calzón y ella me agarró la verga y siguiendo el juego me dijo
-Que grande la tienes esposo mío - después de todo no estaban mal los 17 cm que tengo.
Empezamos a menearnos y en un solo instante ya la estaba penetrando, me di cuenta que no era virgen o que tal vez tendría un himen complaciente.
Los dos estábamos echados de costado, sentí como gemía y respiraba entrecortadamente de placer, ¡Yo también estaba a mil!.
Me dijo -Yo me echo encima tuyo porque tu pesas mucho. Así lo hizo y a pesar del frió que hacia le quite la blusa y vi sus preciosos senitos vírgenes, redonditos y en punta con los pezones erectos. Suavemente empezó a colocarse y la penetre lentamente. Note como gozaba.
.Aaaahhhh!!!! Así Papi decía mientras seguíamos follando. Yo tenía miedo de venirme adentro. Así que la separe y le dije que mejor la daba afuera. Ella asintió pero me dijo que un rato más. Noté como llegó a tener un fuerte orgasmo. Luego cogió mi verga y empezó a masturbarme. Mientras esto ocurría y por lo avanzado de la hora y los tragos que me había metido me quede dormido. Cuando desperté ella estaba vestida y viendo la TV. Le dije que se echara a mi costado a lo cual no accedió y aunque la abrace y la acaricie, no quiso, me dijo que se sentía mal de lo que había pasado. Yo también tenía sentimientos de culpabilidad. "¿Cómo había podido haber hecho eso con mi hija?"."¿Qué tipo de padre era?" Me sentía con remordimientos de todo tipo.
Salimos a desayunar y luego paseamos por la ciudad. Al llegar la noche cuando regresamos al hotel, nos pusimos a mirar televisión y a conversar, en eso me dijo
-¿Papá, quieres que lo hagamos otra vez, como querías en la mañana?
Le dije que si pero que me había sentido mal, me dijo que no importaba, que sería nuestro secreto y que había estado bien rico.
Le pregunté con quien más lo había hecho, a lo cual respondió sorprendida.
-Con nadie Papá, tu eres el primero, no le dije que nada porque no quería herirla ni entrometerme en sus secretos, aunque me parecía que ya había habido otro por ahí.
Entonces le dije
Espérame un rato que voy a comprar unos condones.
No te demores -sonrió
Salí a comprar condones y al regresar ella estaba en cama y ligera de ropa.
-No tienes frío - le pregunté
-Si, respondió, pero ya me estoy calentando mientras se tapaba con la frazada y yo notaba como pasaba su mano por su conchita.
Apague la luz y nuevamente a la carga sólo que esta vez, me fui para abajo y empecé a besar su conchita, toda húmeda. Sentí como gemía de placer y me agarraba la cabeza acariciando mi cabello.
Luego le bese sus senitos y por ultimo la penetre lentamente, ella gemía y dijo
-Empuja Papá!!!! Hasta el fondo!!!!, que entre hasta el fondo!!!.
Yo la seguía penetrando de a poquitos y la besaba en sus hermosos y carnosos labios,
-¡Aaaaaahhhhhhhhh! ¡Que rico!!! Empuja más Papá! Me pidió.
Presioné lentamente hasta sentir el fondo de su conchita. -¡Aaaaaahhhhhhhhh! trenzó sus piernas con las mías y quedamos así entrelazados y moviéndonos en un rítmico compás
-¡¡Papá vente conmigo!! - gemía - ¡¡Por favor vente conmigo!!.-Gritaba toda excitada. Nos besamos hasta que ambos llegamos a tener un orgasmo conjunto. Me levanté al baño a votar el condón y asearme, ella hizo lo mismo y luego nos acostamos quedándonos dormidos.
Al día siguiente antes de viajar de regreso nos dimos una ducha caliente y nuevamente lo hicimos en medio del vapor, esta vez me agache y le besaba su conchita, luego ella hizo lo mismo con mi verga, la agarré por detrás y la penetré por su conchita mientras ella se apoyaba contra la pared de la ducha. Antes de llegar, me acordé de los condones, pero ya era tarde, saque mi henchida verga y la di en su hermoso y redondeado culito. Ella ya había llegado, así que solo se volteó, se agachó y se metió mi verga en su boca, mientras yo no creía que lo que pasaba era cierto. No salía de mi asombro.
Ese día y como había quedado con su Mamá regresó a la Capital y cuando la vi la siguiente vez, como a los quince días, me dijo que quería quedarse a dormir en mi casa nuevamente. Desde ahí y hasta ahora, siempre que podemos follamos en varias formas. Siempre es de lo más rico y me pregunto si está mal o no, porque a veces tengo sentimientos de culpabilidad, ella también me dice que tiene sentimientos así, pero que le parece divertido y bien rico. En cierta ocasión me dijo.
-Ok Papá lo hacemos pero después no hablamos nada del asunto.
-De acuerdo- le respondí
Ya han pasado 2 años más y cada cierto tiempo salimos a pasear y terminamos en mi departamento. Lo hacemos de distintas maneras, como 2 amantes, he querido penetrarla por el ano, pero no se ha dejado. Eso es lo que más quiero ahora. En realidad no pensé que hacerlo con ella iba a ser algo tan delicioso. A veces me masturbo pensando en ella, o cuando lo hago con mi enamorada, pienso en ella.
Cualquier persona que desee escribirme y aliviar estos sentimientos de culpa que a veces tengo, o compartir experiencias similares le estaré muy agradecido. Sé que también escribo esta historia por si algún día se descubriera nuestro secreto, contaría con el apoyo de esta página que encontré en Internet. Espero recibir correspondencia.
Gracias por leer mi relato, ahora mismo que lo estoy escribiendo, estoy excitado y creo que esta noche me masturbare pensando en ella.

 

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