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Soy hombre bi y mi ex cogedor nos haces sus putas a mi hija y a mi | Relatos Eróticos de Filial

Publicado por Raul el 17/04/2016

Soy hombre bi y mi ex cogedor nos hace sus putas a mi hija y a mí

Primero me voy a presentar, Raúl, 39 años, bisexual, desde adolescente me sentí atraído por hombres y mujeres y mi primera vez fue con un chico de 18, yo entonces tenía 18, pero ya había mamado antes varias vergas, hasta que por fin me estrenaron el culito, me casé a los 20 con una chica que supo de mis preferencias sexuales y me abandonó, me dejó y se fue con otro, pero la muy mierda me dejó a nuestra hija, cuando la nena recién había cumplido sus quince años.
Pues bien, ya sin mujer comencé a frecuentar antros y lugares donde van personas gay, a veces ligaba y a veces no, eso lo hacía cuando no encontraba a mis amigos, pero siempre con discreción, a casa solo llevaba a los de mi entera confianza, que eran dos y siempre lo hacíamos cuando mi hija no estaba, cuando se iba con amigas a pasear o bien a hacer tareas con alguna o algunas de ellas.
Bien esto que voy a escribir sucedió hace dos años, tenía yo 37 años y mi hija Gema 16.
Un viernes se me ocurrió que fuéramos a comer a un restaurante bar. En el centro, donde algunas veces ya habíamos ido. Llegamos y nos fuimos a una mesa, al fondo, alejados de los demás clientes y ordenamos.
De pronto vi entrar a un viejo amigo, el buen Arturo, uno de aquellos que habían disfrutado de mi culito y yo de su verga, que es de muuuy buen tamaño, al verlo se me alborotó el culo y de inmediato le hice una seña, para que viniera a sentarse con nosotros, de inmediato se acercó y aceptó la invitación, lo presenté con Gema, luego él también ordenó.
Durante la comida platicamos de cosas baladíes, sin mayor trascendencia, pero sucedió un detalle, a mi hija se la cayó un poco de comida sobre el short que llevaba, era blanco y ajustado, y Arturo se apresuró a tomar una servilleta para limpiarle, la comida le había caído en medio de las piernas, donde tiene su rajadita y el cabrón de mi amigo se afanaba en restregarle la servilleta en ese lugar, yo me sentí incomodo, mi hija estaba entre sorprendida, avergonzada y divertida, solo se reía, yo supuse era de nervios.
Luego del incidente seguimos con la conversación, pero me di cuenta que Arturo discretamente seguía metiendo mano y Gema estaba como asustada y también en forma discreta bajaba la mano para retirársela.
Terminamos de comer y nos tomamos Arturo y yo dos copas, mientras seguíamos con la charla.
Al terminar la segunda copa propuso que fuéramos a un bar, donde hay reservados para continuar la plática y acepté, pero el problema era dónde dejar a Gema, pues yo sabía lo que haríamos en el reservado, otras veces habíamos estado Arturo y yo ahí, pensé en mandarla de compras, pero ella no aceptó y dijo que nos acompañaba, que ella solo tomaría limonada.
Llegamos al bar y pedimos un reservado, hubo cierto problema, pues notaron que Gema era menor de edad, les dije la verdad, que era mi hija y solo iba a tomar limonada, como soy cliente asiduo del lugar aceptaron, pero debí darle al encargado una propina.
Ya en el reservado, Arturo y Gema se sentaron en uno de los sillones, frente a la pequeña mesa y yo no tuve otro remedio que sentarme en el otro sillón, frente a ellos.
Me di cuenta que Arturo comenzó de nuevo con el manoseo, pero por no avergonzar a mi hija me hice el disimulado, aunque me costaba trabajo. Hubo un momento que ya parecía Arturo perder el control, pues era muy descarado como lo hacía. Yo no quería parar aquello porque estaba caliente y quería ir, como ya antes lo he dicho, con Arturo a coger.
En un momento determinado le dije a Arturo que me acompañara al baño y aunque no de muy buena gana aceptó. Ya en el baño le reclamé.
- No mames güey, te estás pasando de verga con Gema, es mi hija, respétala!.
- No te preocupes, me dijo, es solo un leve cachondeo, ya sabes, a ti es al que le voy a dar verga.
Luego, como habíamos acabado de orinar, me mostró el garrote bastante duro y me dijo.
- Mira, todo esto es para ti, la chavita es solo para ponerme más cachondo, para darte como te gusta, no hay pedo, no te pongas celoso.
Íbamos de salida del sanitario cuando me dijo.
- Sabes, quiero cogerte en tu casa, se hace?
Con las ganas que ya traía le dije que si, pero el problema era Gema, me dijo.
- Es temprano, a lo mejor se va con sus amigas de rol, o a ver que se nos ocurre y así nos quedamos solitos tú y yo.
Me pareció buena idea y el solo pensar que me iba a dar verga, me hizo disipar alguna duda o temor. Nos fuimos de nuevo al reservado. Ahí Arturo siguió con el manoseo y yo con mi coraje y mi calentura.
Luego de cinco copas decidimos salir del bar, ya en la calle, le propuse a Arturo que fuéramos a mi casa, ahí podríamos tomar otra copa, pasamos a una vinatería y compramos una botella de volkda y un sixs de agua quina y emprendimos el camino a casa, tomamos un taxi.
Llegamos a casa, nos sentamos en la sala, menos Gema, ella fue por vasos, limones y hielo, pero llevó un vaso extra.
-Los voy acompañar, aunque solo poquito.
Me di cuenta que el short tenía una leve mancha en el frente, supuse que el muy cabrón de Arturo la había hecho venirse.
Nada le dije, me hice el disimulado. Pasaron las horas, una, dos, y ella no parecía tener ninguna intención de salir, pero me di cuenta que el vodka ya había comenzado hacer efecto en ella, yo también ya estaba algo pedo y la verdad muy caliente.
Como a las 8 de la noche la botella iba a menos de la mitad y gema dijo sentirse mareada y con sueño; “ay, todo me da vueltas pa”, efectivamente, parecía que ya había perdido y le dije, si quieres te llevo a tu cuarto para que descanses, para que duermas. Apenas pudo responder que si.
La levantamos Arturo y yo y entre los dos la llevamos a su cuarto: definitivamente se había quedado dormida, casi la llevamos cargada, Arturo aprovechó para volver a sobarle la puchita, sobre el short, igual hizo con los senos, por debajo del brassier. Yo lo dejé hacerlo, ya me importaba madres, solo quería volver a probar su rica verga y mientras más caliente estuviera mejor para mí.
La dejamos en su cama y cerramos la puerta, nos fuimos a la sala y entonces comenzamos con un rico faje, luego mis manos se fueron a buscar su verga, la encontré y le desabroché el pantalón. Ahí estaba, en todo su esplendor, grande, gruesa, cabezona y venuda. Comencé a mamársela, a masturbarlo con la boca.
Me ordenó que me quitara el pantalón, no me hice repetir la orden y me quite no solo el pantalón y el boxer, sino también la camisa y la camiseta, quedé totalmente desnudo, él igual, los dos en pelotas.
Volví a mamársela y ya deseaba que estuviera adentro de mi culo así que dejé de chupársela y le acomodé de a perrito, en uno de los sillones, me abrió las nalgas y me la acomodó en el culo. Me dio el primer empujó y entró sin dificultad, yo comencé a mover el culo en círculos, para disfrutar mejor la cogida.
En voz baja le pedía que me cogiera fuerte, como siempre lo hacía, que me hiciera su puta, como siempre lo había hecho.
Pero de pronto, por el espejo de la coqueta, vi algo que me dejó helado; mi hija estaba ahí, a unos metros de nosotros, no estaba viendo y no parecía estar ebria; Dios mío, que vergüenza! Ver a su padre ensartado por un amigo.
Sentí morir, quería que en esos instantes la tierra me tragara, no sabía que hacer, lo único que hice fue darme el sacón de la verga de Arturo, traté de cubrirme, mientras Arturo seguía parado, con la verga tremendamente parada.
Yo apenas pude balbucir algunas palabras.
- Hija, yo, este, perdóname, la verdad es que, bueno yo…”.
Gema solo respondió.
- No creas que te espío, pasa que vine a tomar un poco de agua y pasar al baño, al contrario, perdóname tu a mi por haber invadido tu privacidad.
Se retiró, fue al baño y yo me vestí, Arturo entre medio divertido y serio se puso también la ropa. Gema regresó unos tres minutos después y al vernos vestidos dijo.
- Ah, terminaron?, así es de rápido Arturo?, no, mira pa’ si lo que estabas haciendo te gusta, no soy yo quien para juzgarte o reprochar nada, si eres homosexual o bisexual, eso no modifica en nada el cariño que te tengo, simplemente sé tu mismo, lo que quieras ser, quiero que veas en mi a una amiga o una hija y amiga, nunca te voy a reprochar nada, no tengo derecho, eres mi padre y si lo que haces te gusta, no te reprimas, yo te entiendo.
Traté de dar una y mil excusas.
- Es que el vino me hizo hacer tonterías, pero no volverá a suceder, te lo prometo.
- No sabes mentir pa´, cuando lo viste en el restaurante vi algo extraño en ti, luego cuando comenzó con el toqueteo, me di cuenta que si estabas conciente de lo que me hacía, pero lo dejaste, luego en el bar, cuando siguió con el toqueteo y seguías igual, como si nada pasara y se fueron al baño, tu lo invitaste, imaginé que algo iban a tramar, cuando salimos del bar y propusiste a Arturo venir a casa y comprar una botella, me intrigó el qué habrían planeado en el baño.
Luego se acercó a una maceta y dijo.
- Aquí está el vino que “me tomaba”, lo tiré a la maceta, lo demás, pues ya lo saben. Pero insisto, no te reprimas pa’, haz lo que te plazca, de mi no va a salir ningún reproche. Es más, te pido que lo hagas, para no hacerme sentir mal, que por mi culpa no puedas o no hayas disfrutado como esperaba, si quieres me vuelvo a mi recámara y tu y Arturo hacen lo que quieran hacer.
Se dio la vuelta para irse a su recámara pero se detuvo en la puerta.
- No hagas que me sienta mal, tu nunca me haz negado nada, que no sea esta la primera.
Enseguida se metió a su cuarto y cerró la puerta, yo quedé confundido, Arturo se acercó a mí y me dijo.
- Vas a defraudar a tu hija?
Al momento que comenzaba a masajearme las nalgas y pudo más el deseo que mi supuesta cordura, nos besamos y comencé a acariciarle la verga por encima del pantalón y ya excitados, ambos nos desnudamos, comencé a mamársela de nuevo.
Mamaba con deseo incontrolable, quería exprimir aquella rica verga y al mismo tiempo ya deseaba tenerla adentro, así es que me empiné para que ese tico miembro se introdujera por el culo.
Primero me lo restregó en las nalgas, luego lo bajaba lentamente de arriba hacia abajo y de abajo hacia arriba, yo estaba a mil.
Ya excitado le pedí.
- Ya cabrón, métemela de una vez.
De pronto escuche la voz de Gema, ya estaba de nuevo cerca de nosotros, me quise incorporar.
- Déjame tratar de enmendar mi error y darte confianza pa’, es muy grande y gruesa y te puede lastimar, deja ponerle lubricante y también a ti.
Yo apenas podía salir de mi asombro y me dijo.
- Quédate como estás, esto se arregla en unos segundos.
Cuando esperaba que llevara algún aceite, me sorprendí cuando por el espejo de la coqueta, vi a mi hija agarrar la verga de Arturo y llevársela a la boca. Mayor fue mi sorpresa cuando descubrí que lo hacía como toda una experta. No quise protestar, ya no tenía caso. De pronto dejó de mamarla y dijo.
- Ahora hay que ponerte lubricante a ti.
Me abrió las nalgas y comenzó a lamerme el culo, ahh, que delicia!, su lengua se adentraba en mi culo, ya abierto por la metida que Arturo me había dado antes de haber sido interrumpidos. Duró dos o tres minutos hurgando con su lengüita mi orificio.
- Listo Arturo, ya te lo puedes coger.
Ella le tomó la verga con una mano y con la otra, con sus dedos me abrió el culo y dirigió la verga a mi culo, al culo de su padre.
Arturo comenzó fuerte, con embestidas propias de un semental, yo estaba súper excitado y sin importar que estuviera mi hija presente le pedí que me diera fuerte, que me hiciera como hacía ya unos tres años me lo había hecho.
Vamos Arturo, dame fuerte, trátame como hace tres años!.
Arturo comenzó a tratarme como me gusta, me embestía con tal fuerza que el sillón donde estaba sujetado se desplazaba hacia adelante.
- Así te gusta puta, así te gusta perra, mira, voltea, tu hija te está viendo, sabe que eres una puta con apariencia de hombre, ya sabe que les di verga a ti y a Claudia (mi exesposa), que fueron mis putas?, ahora te estoy reestrenando perra!
- Si papacito, si, éramos tus perras, tus putas!.
De pronto Gema habló, había quedado en silencio, solo nos miraba con una mirada extraña, muy brillante y una mueca indescifrable.
- Ayúdalo pa´, muévete, para que pronto termine, bueno, si en verdad quieres que termine, es que yo me muero de ganas de ver como sale su lechita.
Le hice caso, quise satisfacer el deseo de mi hija y comencé a moverme, a mover en círculos el culo y funcionó. Arturo comenzó a bufar, y de pronto dijo.
- Ya, ya, ya van cabrón, que rico.!
Me la sacó y se fue adelante y me la puso en la boca, le di apenas la primer mamada y el semen comenzó a salir. Lo tragué todo, bueno, algo me quedó en la comisura de los labios y Gema se acercó, con su manita los juntó y los llevó a mi boca. Todos los tragué!.
- Lo disfrutaste pa´?
- Si hija, mucho, gracias por haberme comprendido…
Arturo se había retirado y se fue a sentar al sofá, con la verga flácida
Gema habló.
- Pa´ este… yo, bueno, es que, quiero pedirte permiso para, pues este…
- Quieres…coger con Arturo…!
- Bueno, este, Pues sí!, pa´, entiéndeme, no soy de palo!
- Pero él ahorita ya no está en condición…
- No te preocupes, ahorita lo ponemos en condición…
Se acercó a Arturo y se quitó el pequeño short, el cual por ser muy ajustado salió junto con su pantaleta, se desabotonó la blusa y enseguida el brassier, quedó completamente desnuda. Tomé el short y la pantaleta y me di cuenta estaban empapados en el lugar donde se acomoda su puchita.
Si, sin lugar a dudas estaba muy caliente, yo tampoco había terminado, la cogida había estado bueno, pero por disfrutarla no me había masturbado, vi la hermosa mata de vello púbico de Gema (debo confesar que me calenté) estaba de un negro brillante.
Se acomodó para mamarle la verga a Arturo, me pidió que la ayudara, lo hice, ambos, padre e hija comenzamos a mamar esa hermosa verga que poco a poco comenzaba a volver a tomar erección.
- Ahora si, ya está lista pa´.
Se acomodó boca arriba y Arturo se le subió encima, su rica verga comenzó poco a poco a taladrar esa hermosa puchita, los pelos púbicos de él se entrelazaban con los de ella, ella jadeaba y él solo gemía, muy levemente, ambos disfrutaban ese momento.
Mi hija tuvo pronto su primer orgasmo, lo supe por la forma como comenzó a gritar.
Mientras Arturo seguía con el mete y saca y en un momento le pedí que parara, no resistí las ganas de mamarle la verga y saborear los juguitos de Gema.
Gema aprovechó para pedirle que cambiaran de posición: quería coger empinadita.
- Pa’ me ayudas?
- Sí hija, solo dime cómo?
Como te ayudé a ti, nos lubricas a los dos, quiero que me de por el culo.
No había forma de negarme e hice lo que ella antes había hecho, le mamé la verga a Arturo y luego me pasé con ella, le abrí sus nalguitas y comencé a lamerle el culito, comencé a meterle la lengua en su orifico y tramposamente me pasaba a la vagina, cada vez que lo hacía se escuchaban sus “¡ha, ha, aaaahhhh!”.
Luego dejé de hacerlo, agarré la verga de Arturo y se la puse a Gema en la entrada de su culito…
- Despacio, despacio, si la aguanto, pero despacio, deja que se dilate mi culo, que se acostumbre, métela poco a poco!, ufffff!.
Arturo, como todo un experto, así lo hizo hasta que toda la verga estuvo dentro de la vagina de mi hija.
Luego de unos minutos cuando estuvo totalmente dentro comenzó con un leve mete y saca. Pero fue ella quien pidió.
- Ya, dale fuerte, fuerte!, quiero fuerte!
No se hizo Arturo del rogar, comenzó en forma frenética, diría salvaje, sus ya conocidas embestidas por mí, mi hija no gemía, gritaba de placer…
- Así, así cabrón, dame fuerte, no importa que me destroces el culo, dame fuerteee! así como te acabas de coger a mi papá, como te cogiste a mi mamá, quiero ser también tu puta, tu perra!.
Luego me llamó.
- Pa´ este bruto me está dando muy fuerte, como a ti, pero me gusta, sujétame porque me avienta, ponte adelante y sostenme de los hombros!.
Así lo hice, la sujeté por los hombros para amortiguar los empujones de Arturo.
Pero ocurrió algo!
Gema tomó mi verga que estaba bastante tiesa y se la llevó a la boca, mientras me masturbaba.
- Tu no haz acabado pa´ debes acabar para que descanses,
Ya no dije nada, ya todo estaba fuera de control, pero me gustaba, me excitaba.
Mientras Arturo le manipulaba la vagina con una de sus manos y así, entre gritos y groserías ella terminó, enseguida lo hice yo y finalmente Arturo, él y yo en la boca de mi hija y ella en la mano derecha de Arturo.
Al final, todo volvió a la “normalidad”, hablamos los tres, quedamos que lo que ahí sucedió, ahí se quedaba. Todos quedamos de acuerdo. Parece que nos habíamos puesto de acuerdo, porque salió una pregunta espontánea; “les gustó”, nos reímos y la respuesta fue; Siii!.
Ya la noche había caído, eran más de las once. Le dije a Arturo mira, ya es tarde, si gustas te puedes quedar a dormir, tenemos libre la habitación que fue de Claudia, él aceptó, pero mi hija terció.
- Pa´, esa cama es muy grande para uno solo, porqué no nos quedamos ahí los tres, así no tendrá nadie necesidad de salir en la madrugada a “gatear” a la habitación del otro, jijiji.
Nos pareció buena la idea y los tres, así desnudos nos fuimos a la habitación que había sido de mi esposa. Y qué noche!!!
Han pasado más, más cosas entre Arturo, mi hija Gema, yo, y algunos otros amigos… Tal vez más adelante me anime a plasmar esas “travesuras”, como les llama mi hija.

 

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