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VIAJE CORTO FILIAL | Relatos Eróticos de Filial

Publicado por ANÓNIMO el 11/12/2022

antes no me gustaba acompañar a mi hermana lorena dos años mayor que yo pero desde la feria donde bebió unas cervezas y de plano se hizo dormida en el coche y yo le estuve dedeando el rico fundillo saboreando la miel amarga de su exquisito culo, desde ese día quería acompañarla a dónde sea que volviera a viajar con su novio, y afortunadamente a los dos meses llegó ese día.
doña elena la mamá de mi cuñado sería madrina de una joven quinceañera, y como su esposo estaba en la usa trabajando por eso mi cuñado sería el padrino. y la señora vino a la capital en compañía de la futura ahijada pues le compraría el vestido que la muchacha llevaría a la santa misa.
a las seis de la mañana sonó el claxon del carro de mi cuñado y lore y yo no tardamos en salir y subirnos al vehículo, mi hermana subió por la puerta trasera y ocupó el lugar que acostumbraba tras el asiento de mi cuñado, la señora elena se acomodó en medio y la guapa muchacha quinceañera ocupó el asiento extremo y trasero al que yo ocuparía, ya que a mi cuñado le gustaba platicar para no aburrirse ni le diera sueño, y mi hermana al igual que su madre eran dormilonas.
en el viaje corto se hacía un promedio de tres horas y medio y antes de llegar a nuestro destino, bajamos a desayunar en una fondita paralela a la carretera, eran las ocho y media de la mañana pero ya había bastante sol por eso mi hermana se quitó el suéter negro y largo que traía puesto, quedando con un vestido tejido arriba de las rodillas, el vestido era holgado pero de todas formas insinuaba las carnosa anatomía, no jamona, de mi antojable hermana. la nena quinceañera vestía jean de mezclilla con una sudadera color rosa, era de tez apiñonada y pelo corto tono castaño oscuro, como de 1.62 Mt de estatura unas dos pulgadas menos que lore, pero la verdad ya estaba bien buena.
lore era descuidada para sentarse y además como que había nacido una complicidad entre ella y yo, por eso con cierta discreción por parte de ambos, ella entre abría las piernas durante el breve resto del camino... y yo veía la selva oscura de pelambre terso y rizado de su entrepierna ¡y qué muslos! canela pura ¡qué panocha! rajita linda.
a misa y la ceremonia lore llevó el vestido más sensual que a mi parecer tenía, era de tela de algodón color ladrillo de corte suelto y le llegaba hasta los tobillos pero se veía brutal, la caída de la tela resbalaba por las curvas de su monumental cuerpo. y esculturalmente dibujaba la circular forma de sus preciosas nalgas ajustadas por el pequeño calzón de encaje color beige. y cierto que en el baile había varias mujeres guapas y bien formadas, pero a mí mi hermana me arrebataba y por más que disimulaba no me perdía detalle de lo que hacía y con quién bailaba, pues varios primos y otros querían bailar con lore mientras mi cuñado se lo pasaba brindando con las amistades del pueblo. el festín concluyó como a media noche y nos fuimos lore y la mamá de mi cuñado a su casa, porque mi cuñado según se quedó a seguir disfrutando otro poco.
al otro día fuimos a casa de la quinceañera pues hicieron tamales, ahí almorzamos y estuvimos hasta la hora de la comida mientras mi cuñado seguía durmiendo y se reponía de la desvelada y de la cruda, porque más tarde volveríamos a la capital y era lo que en verdad a mí me urgía, para ver con qué ropa se vestía la caliente de mi hermana, aunque yo seguía embebido con el vestido ladrillo que seguía trayendo, ya que al parecer solamente se había puesto otro calzón tipo bikini pero de nylon color amarillo.
eran como las seis de la tarde y hacía calor, mi cuñado ya estaba algo repuesto y como le urgía ver al otro día a un cliente a esa hora abordamos el coche para volver, mi hermana en el lugar trasero que acostumbraba, y yo de copiloto alertando a mi cuñado y de vez en vez echando un ojo a mi hermana, que ya traía puesto un short corto de mezclilla deshilachado de la entrepierna y al recoger las piernas y abrirlas o hasta subirlas al asiento, dejaba ver la ribera de un calzoncito de nilón blanco sombreado por el césped de su pubis... y así seguí disfrutando lo más que pude con la suculencia de sus muslos y el saliente y exquisito tamalito de mi hermanita lore.





 

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