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Con el sobrino del cómico | Relatos Eróticos de Gays

Publicado por Ernesto el 11/11/2020

COMO LE DI LAS NALGAS AL SOBRINO DEL COMICO
Hace mucho tiempo en la ciudad de México, cuando yo tenía unos doce años conocí en las calles de mi colonia al sobrino de un famoso cómico que salía en la televisión y aunque este muchacho eventualmente me llego a coger y no una, sino muchas veces, nunca supe su nombre.
Él tenía por lo menos unos diecisiete o tal vez hasta más años, fornido y chaparrón para su edad con cara de depravado y quien empezó a seguirme y acosarme queriendo intimidar conmigo diciéndome que me dejara cachondear que me iba a gustar mucho, yo lo evadía y hasta me echaba a correr.
Hasta que hubo una vez que caminando a la vuelta de mi casa en la tarde, cuando ya empezaba a obscurecer, me acorralo contra la pared afuera de una casa y me abrazo agarrándome las nalgas, yo al principio me resistí, pero siendo el más grande y fuerte me sometió y me empezó a toquetear por todas partes, me agarro el pene y los testículos, me pellizcaba los pezones, pero sobre todo jalándome hacia él, me apretaba las nalgas y me las abría con sus manos, después de un rato yo lo deje hacer porque la verdad es que si me empezó a gustar, el al notar que yo ya no oponía resistencia deslizo sus manos por debajo de mis calzones y sobándome las nalgas llego a la raya buscando mi hoyito que al sentirlo empezó a sobar moviendo su dedo de en medio, sentía yo riquísimo, se me acelero el pulso, se me paró la verga y con el aliento entrecortado casi inconscientemente empecé a gemir, al notar eso el bruscamente me bajo hasta las rodillas los pantalones con todo y los calzones y ensalivándose el dedo me lo empezó a meter en el culo, primero poquito a poco doblándolo y luego todo hasta el fondo moviéndolo en círculos lo que me enloqueció, él también se bajó los pantalones y calzones hasta las rodillas y teniendo la verga bien parada y babeando liquido pre seminal empezó a masturbarse mientras con la otra mano me dedeaba el culo, estando yo empinado, se puso atrás de mí y estaba por meterme la verga cuando pasaba un coche que se paró y unos muchachos nos gritaron que están haciendo pinches putos… de momento, con las nalgas al aire los dos, quedamos sorprendidos y no reaccionamos, los del coche se nos quedaban viendo y se dieron cuenta de la diferencia de edades porque entonces gritaron y tu cabrón métete con alguien de tu edad y no te andes cogiendo a niños… hijo de la chingada… Con todo, este alboroto, yo reaccioné y me subí los calzones y los pantalones como pude y me eché a correr rumbo a mi casa, no supe que fue lo que él hizo, pero me imagino que también se echó a correr para otro lado.
Llegando a mi casa, en la noche recordando lo acontecido, excitado como nunca antes, me tuve que masturbar como cuatro o cinco veces.
Después de esa aventura, en varias ocasiones me interceptó en la calle y me volvió a fajar, pero no como esa primera vez, aunque me sobaba las nalgas y me tocaba el culo y me pedía que me dejara coger, diciéndome, casi rogándome, ándale vas a ver cómo te hago disfrutar, me decía que se me notaba como caminaba yo y como movía las nalgas paraditas que me gustaba la verga, lo que me causaba mucho morbo oír, pero por pena y miedo lo ignoraba.
Después de haberme seguido muchas veces cuando salía del colegio y haberme fajado y pedirme que me dejara coger, un día caminábamos por una calle por donde había una barranca y a la fuerza me jaló, me abrazó y me empezó a manosear apretándome las nalgas y metiendo sus manos debajo de mis calzones tocándome el culo, al principio me resistí un poco, pero como sentí rico me deje hacer, cuando me dijo ahora si te voy a meter toda la verga por el culo, me asuste y le dije que no, que por favor no lo hiciera, el me amenazo con golpearme y me torció el brazo obligándome a bajar con él a la barranca diciéndome, si te dejas y haces lo que te diga, después de que te meta la verga te dejo ir y tan amigos como siempre, pero si no te dejas te voy a madrear y de cualquier manera te la voy a meter a la fuerza, yo tenía sentimientos encontrados pues aunque me daba miedo también sentía mucha curiosidad y deseos de que si me cogiera.
En la barranca había una cueva que casi no se veía desde arriba. Dándome empujones bajamos y me metió a la fuerza en ella, supe después, que utilizaba esa cueva para cogerse a muchos niños que ahí llevaba, entramos con una de sus manos tocándome las nalgas y la otra sin que me soltara del brazo, aunque la cueva estaba algo oscura, poco a poco pude apreciar un petate en el suelo, unos cojines, papel sanitario a medio usar, muchas revistas pornográficas viejas y tres o cuatro calzoncitos de niño tiesos con manchas amarillentas de semen con popo y algo que parecían gotitas de sangre. Según parece esta cuevita la utilizaba para cogerse a muchos niños de la colonia y ahora obviamente la iba a usar conmigo. Sabía yo en ese momento, que de todas a todas me iba a meter la verga por el culo, que me iba a coger y sentía mariposas en el estómago de la emoción. Honestamente a pesar del susto, si tenía, yo muchas ganas de probar que me cogiera.
Entonces, se bajó los pantalones y los calzones hasta los tobillos y me ordenó que le mamara la verga, como a mí me daba asco le dije que no, pero él me dijo que más me valía porque me la iba a meter por el culo de cualquier manera y si no la tenía bien ensalivada me iba a doler mucho más. Muy a mi pesar me arrodille y me lleve su verga a la boca mientras él me decía que tuviera cuidado con los dientes y que ni se me ocurriera morderlo porque me tundiría a golpes si lo hacía.
Le estuve mamando el glande como si fuera un helado y apretándolo con mis labios, a pesar de todo, no me pareció tan desagradable ni el olor ni el sabor de su verga y de hecho empecé más o menos a disfrutar el hacerlo, el gemía de placer y movía sus caderas como cogiéndome por la boca pero después de un rato me ordenó que parara porque todavía no quería venirse para hacerlo después, dentro de mi culo, me dijo que me bajara los pantalones y los calzones y me empinara levantando las nalgas en el petate, así lo hice y él se arrodillo atrás de mí y empezó a besarme las nalgas lamiéndome y ensalivándome el culo, me inserto un dedo en el culo y luego dos y hasta tres y los empezó a mover como en círculo lo que aunque me dolía un poco, me gustó bastante, yo todavía estaba algo asustado, pero la verdad que si me estaba gustando y empecé a gemir de placer, entonces se arrodilló atrás de mí y ordenó que me abriera las nalgas con mis manos lo cual hice quedando como torito recargando mi cabeza en el petate y las nalgas levantadas entonces me colocó el glande a la entrada del ano que además de lo ensalivado, su verga estaba babeando muchísimo líquido pre seminal y empujando y jalándome de las ingles empezó a penetrarme con su inmensa tranca.
Aunque con toda la lubricación si se me estaba resbalando para adentro con cierta facilidad, sentí bastante dolor, puje y grité como desesperado tratando de zafarme, le dije que me soltara porque quería hacer caca, pero el siendo más fuerte que yo me inmovilizo y me ordenó que me aguantara y me callara o me iba a madrear y siguió empujando y jalándome más cuando se me fue deslizando hasta el fondo toda su verga tibia hasta que sentí su vello púbico como estropajo rozándome las nalgas. Fue una mezcla de dolor, morbo y placer lo que sentía… me percate entonces que se me había parado la verga a reventar cuando después doblado encima de mí, empezó a embestirme metiéndome toda su verga hasta el fondo para sacarla tantito y volverla a meter toda con fuerza y así lo estuvo haciendo por lo que me pareció una eternidad hasta que empezó a bufar y a embestirme más rápido y aun con más fuerza, sentí claramente como su verga se hinchaba todavía más y como temblando lanzaba chisguetes de semen caliente dentro de mí que para entonces ya estaba yo disfrutando mucho la cogida y con su venida caliente en mi recto sentí riquísimo… después de que se vino se quedó quieto estando pegado a mí por un buen rato hasta que teniéndola todavía semi erecta me la sacó haciendo un pop como cuando destapas una botella dejándome tendido boca abajo en el petate con el culo entreabierto y chorreando sus mecos como él le decía a su semen.
¿A poco no te gusto? me decía, si gemías de placer y hasta tenías el pito parado y te empezaste a mover y te clavabas tu solito, se me hace que ya te habían cogido y solamente te estabas haciendo del rogar conmigo. Con sentimientos ambivalentes estaba yo en shock.
Ahora ya eres mi putito y ay de ti donde te escondas de mí, porque vamos a coger diario si me da la gana, pero te advierto que no le digas a nadie lo que hicimos porque además de que se van a enterar todos que eres puto y te gusta la verga, te voy a tener que madrear si alguien se entera. Con esas palabras me ayudo a levantarme y a vestirme, subimos a la calle juntos y me repitió acuérdate que ya eres mi putito personal, no te me escondas y no le digas a nadie que ya te cogí, entonces se fue rápidamente en dirección opuesta a mi camino a casa.
Yo por mi parte me fui caminando lentamente pues me temblaban las piernas y me dolía y ardía bastante el culo y cuando me lo toqué para sobarme me percaté que estaba escurriendo de sus mecos. No quería encontrarme con nadie conocido, pues tenía sentimiento de culpa y vergüenza y estaba seguro que se darían cuenta que me acababan de coger.
Cuando llegue a la casa me fui rápidamente al baño para cagar y cuando me senté en el excusado solamente saque pedos arrojando más de sus mecos y nada de materia fecal. En la noche estuve soñando con lo que había pasado y aunque todavía estaba en estado de shock tuve una fuerte erección y me empecé a masturbar recordando todo. Quedé con el culo adolorido por un par de días y con sentimientos encontrados me sentía culpable y algo avergonzado, pero también con deseos de repetir y en los siguientes días que no apareció por ninguna parte me sentí un poco decepcionado.
La primera vez que lo hizo prácticamente me violó porque, aunque yo se lo permití y si coopere con él fue por miedo a que me golpeara, pero después le agarre el gusto a que me cogiera y cuando no me estaba esperando a la salida del colegio para llevarme a coger, lo buscaba yo hasta encontrarlo para irme con él a la cueva de la barranca.
Siempre que me cogía se venía copiosamente dentro de mi dejándome el ano y recto llenos con su semen que luego andaba yo escurriendo y mojando los calzones que quedaban tiesos como si estuvieran almidonados…
Meses después de esa primera vez y muchas otras cogidas que me había dado un día que andaba yo muy caliente y con ganas de verga nomás no aparecía, me fui caminando a la barranca de la cueva esperando encontrármelo. Con morbo bajé a la barranca y me dirigí a la cueva, estando a punto de entrar alcance a oír ruidos de que como mi amigo se estaba cogiendo a otro nene que pujaba, se quejaba y gemía adentro, ahí estuve tratando de espiar para ver y después de un rato alcance a ver que salía mi cogedor con un muchacho güerito como de mi edad a quien a todas luces se acababa de coger, pues estaba todo despeinado, chapeado, con los ojos llorosos y trataba de acomodarse los pantalones y los calzones. Estando ya más cerca me percate que se trataba de un compañero del colegio, quien a decir verdad tenía unas nalgas de ensueño que yo ya le había visto desnudas cuando en el baño del colegio, otro compañero le había bajado los calzones y lo había dedeado enfrente de mí y yo me había masturbado varias veces imaginándome que me lo cogía. Al verlos sentí hasta celos por el entonces ya, mi macho Alfa, por andarse cogiendo a alguien diferente a mí y también de que se estuviera cogiendo a quien me gustaría yo hacerlo, una mezcla muy complicada de sentimientos. Resulto que nos andaba cogiendo además de a mí por lo menos a otros tres o cuatro cabroncitos entre ellos a mi vecinito quien, aunque era más chico que yo desde siempre le encantaba la verga y tiempo después me lo anduve cogiendo yo, inclusive algunas veces en la misma cuevita.
Muchas otras veces fui a asomarme a la cuevita donde vi cómo se cogía a otros chavos entre los 10 y 12 años de edad lo que siempre me excitaba mucho. Evidentemente tenía un verdadero harem de jovencitos que a todos nos gustaba que nos metiera la verga, y a quienes probablemente como a mí, nos había forzado la primera vez, pero y le habíamos encontrado el gusto volviéndonos adictos a su verga.

 

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