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FUE SIN QUERER, Parte II | Relatos Eróticos de Gays

Publicado por JOSÉ EDUARDO el 09/04/2017

Ayer me animé a contar sobre la situación que viví en un penal de Argentina y como fue la primera vez que me cojieron estando preso.
Los detalles de lo ocurrido fueron algo que me parece que por ser mi primera vez en escribir sobre lo que era Manuel, como persona y amigo con derechos resultaron ser quizás no tan bien espresado.
Seré breve hoy porque quizás no se publica lo que escribo para recordar los únicos buenos momentos que tenía cuando me encontraba preso en esa oportunidad.
Manuel tenía un cuerpo bien formado parte por parte, su manera de ser era muy agradable con una buena sonrisa en sus labios cuando algo le gustaba y enojado por algo que no le gustó mucho de le notaba en seguida. Nunca discutimos sobre nada, pero lo vi muy enojado con otro hombre que estaba también preso por eso lo comento.
Su cuerpo era hermoso muy bien marcado por la gimnasia y el fútbol que se practicaba en forma diaria excluyendo los días de visita.
Su estómago era duro tanto que parecía una tabla de planchar, sus piernas bien torneadas que daban gustó de ver y recorrer con mis manos y boca, los brazos con buena musculatura y unas tetillas de color un poco más oscuro que el resto del pecho que saborear eso siempre resultaron ser un manjar.
Su pija que era de tamaño normal un poco más gruesa que la cabeza que yo siempre le decía que era de las pijas desvirgadoras (cosa que le hacía sonreír) siempre estaba dispuesta a hacer de mi boca y mi orto una fiesta de goce y placer, llenando de leche espesa y muy abundante mayormente en el culo a pesar de que yo siempre le pedía que me la diera en la boca, pero el prefería terminar dentro de mi culo y no es que no me agradaba, porque evidentemente me encantaba sentir como se le ensanchaba llenando de leche espesa, abundante y caliente mis interiores, gimiendo de placer mordiscando mi espalda y cuello que son los lugares de mi cuerpo más sensibles a las caricias que tengo cuando me están dando por el culo.
Chuparle la pija y ver con el contacto visual que lo disfrutaba mucho era como tocar el cielo con las manos y sentir como me daba la leche que al momento mismo me tragaba sin dejar que no escape una sola gota era el mejor de los néctar que se puede imaginar (no fueron muchas las veces que me acabo en la boca) pero aún hoy recuerdo el sabor de ese manjar que salía con fuerza y pegaba en mi garganta haciéndome sentir el mayor placer jamás sentido.
Hoy ya retirado de mi actividad delictiva, recuerdo cada uno de los momentos que pase con Manuel y son muy excitante tanto que cada tanto me gusta recordar y pajearme en honor a los polvos que me echo.
Si es bueno para leer y hacer que le guste a alguien seguiré con la historia eso es lo que espero.

 

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