Relatos Eróticos Gays
La piscina de mi vecino | Relatos Eróticos de Gays
Publicado por Pedro dani el 04/05/2015
Resulta que un dia , en una tarde calurosa, me disponia a quitar un poco la maleza que ya tenian cierto sembrados en el jardin del patio trasero de mi casa y de pronto empece a escuchar el sonido de la piscina de casa del vecino, y como yo soy curioso me atrevia subir en una ecalera que tengo yo ahi... para poder asomarme hasta lo alto de uno de mis muros que la verdad no son muy elevados.
entonces ya empinado ahi que me asomo y veo a mi vecino nadando de un lado a otro de la piscina la verdad es que ese hombre siempre me habia atraido por sus fuertes brazos y barba partida la cual la traia siempre a medio razurar, pero lo que me atrajo para asomerle y verle era su cuerpo desnudo el cual para mi sorpreza lo tria muy bien marcado por el ejercicio y completamente velludo , mmmm era delicioso el panorama que estaban veindo mis ojos.
y cuando mas disfrutaba que me ve asomarme yo con el nerviosismo de que me vio me resbale de una altura de 1 metro mas o menos solo escuche que dejo de nadar y desde el otro lado del muro me preguntaba - "eres tu aleandro?" si estas bien asomate, y asi lo hice le salude y me escuce diciendo que me proponia a podar un arbol pero con tanto calor y como me veia sudado el me sugirio que brincara a su terreno para que nade con el un rato.
total que ya estando en su terreno me desvesti solamente quedandome con mi boxer, pero pude observar que el me veia desde adentro de la piscina con una mirada morbosa y me di un clavado , al principi juguetetabamos con el agua pro un una de esas el me rozo con su cuerpo y yo ya no pude mas y me dispuse al cortejo, siguiendo nadando y aproposito volvia chocar con el a los cual el contesto abrazandome llevando sus manos a mis nalgas propinandome a la ves una beso prolongado me dijo que ya me tenia ganas desde hace tiempo y que este era el momento para saciarce conmigo. yo accedi a sus besos porque al final de cuantas era lo que mas habia querido en esos ultimos meses, ecoria mi cuerpo con su lengua como si quisiera secarme cada goda de agua que escurria de mi cuerpo me subio al barandal de la pisisna y me giro con delicadeza para poder darle a flote mis nalgas, las cuales el espezo a acariciar y a meter su lengua en mi hollito negro creo fue la caricia mas puerca pero mas linda que he tenido jamas solo sentia su lengua dentro de mi ano entrar y salir.
yo ya estaba supercaliente y queria que en lugar de sus dedos metiese su rica verga, asi que me volte y se lo dije , pero el quizo que se la mamara primero , el se sento en el barandal y yo me deje caer de nuevo en el agua para poder quedar al nivel de esa enorme verga que ya la traia superparada como apunto de explotar, la tenia dura , y gruesa, sus vellos eran lacios como si acariciaran su hermosa polla de 19 cm. al menos era la impresion que me daba se la lami como si se tratase de un caramelo, y solo veia su cara de exitacion y sabia que le gustaba cada lenguetazo que le daba yo sali del agua y extendi una toalla sobre el suelo y me puse de cuatro patas para que el me penetrara, el entendio y se acerco hacia mi y de nueva cuenta ensalibo mi ano y poco a poco me la dejo ir, al principio me dolio un poco pero tambien era algo que habia querido siempre empece a culear rico y en cada envertida que me daba el daba un gemido de gusto mmm, haaaa solo escuchaba eso y yo disfrutaba aun mas , entonces llegado el momento saco su falo de entre mi y dejo escurrir entre mi raja ese liquido exquisito caliente el cual yo acaricie para untarmelo entre mis nalgas.
fue delicioso ese dia, lastima que el se mudo a otra colonia.
Hace unos días mis amigos y yo decidimos pasar el día en la piscina de uno de ellos. Somos siete, amigos desde pequeños, y desde hace un tiempo se nos han unido al grupo las siete novias de cada uno. Ese día no pudieron venir todas porque tenían que preparar exámenes. La novia de Carlos y la mía fueron dos de las cuatro que no pudieron venir. No importaba, no era la primera vez.
Ese día hizo mucho calor, fue buena idea lo de la piscina. Como la mayoría éramos tíos, las parejas se ignoraron un poco y estuvimos casi todo el día cada uno por su lado. Ellas aprovecharon para tomar el sol y para entablar esas interminables conversaciones que tanto gustan a las mujeres, mientras que nosotros estuvimos todo el tiempo sin parar de jugar a todo tipo de deportes, especialmente con una pelota en la piscina. Lo pasamos genial. Nos reímos, nos tiramos al agua hasta el agotamiento, nos peleamos, discutimos las jugadas, nos volvimos a pelear, etc…
Como a todos en verano, nos gusta llevar los bañadores de bermudas largos, pero como para bañarse son un poco incómodos, algunos llevamos debajo un bañador deportivo de slip. En cuanto empezamos a jugar en el agua, nos quitamos las bermudas y nos quedamos sólo con los Speedo. Los que no los usan se rieron de nosotros, como siempre: "que si se nos marca el paquete", "que si no es para tanto", "que si Carlos esta empalmado"...
La verdad es que entre broma y broma, alguna de las cosas que nos decían eran verdad, entre otras lo de mi amigo Carlos. Cuando se quitó las bermudas estaba realmente empalmado, y ahora que lo recuerdo, él fue el primero que dijo: "las bermudas son un estorbo en el agua, fuera bermudas!". Si yo hubiese estado con la polla tiesa como él, hubiese esperado para quitármelas, me daría vergüenza especialmente por las novias de mis amigos, pero Carlos siempre es así de lanzado. Después de lo que pasó aquel día comprendo mejor porqué quiso quitárselas…
Entre juegos y risas, mientras jugábamos en el agua, como es normal, nos tocábamos, nos agarrábamos y el contacto físico era el normal entre amigos que se divierten. Varias veces Carlos no sólo cogía la pelota de jugar, cogía también las mías y entre salto y salto casi nos arrancábamos el bañador unos a otros. Varias veces pude comprobar como Carlos se excitaba muy fácilmente, a pesar de estar en el agua. Su polla, cuando llegaba a rozarlo, estaba bien dura.
Después de tanto juego y diversión estábamos agotados. Algunos se salieron del agua y se tendieron en sus toallas al borde de la piscina. Carlos y yo nos quedamos en el agua. Las chicas estaban lejos de nosotros enfrascadas en su conversación. Sin saber cómo, terminamos hablando de mujeres y sexo, como siempre. Como el tema iba subiendo de tono, nos acercamos aún mas al borde de la piscina para estar más cerca de los que estaban fuera. Mi amigo Carlos apoyado en un escalón por debajo del agua y yo a su lado con los brazos cruzados debajo de la barbilla me agarraba al borde de la piscina mientras jugueteaba con las piernas en el agua.
La conversación se calentaba y nosotros con ella. Algunos de los que estaban fuera más de una vez se llevaban la mano al paquete para colocarse bien la polla, que evidentemente la tenían tiesa. Uno de ellos hasta tenía la mano metida por dentro del bañador y se tocaba la polla y los huevos sin disimular. Nosotros dos seguíamos en el agua, yo no es que estuviese realmente empalmado pero sí estaba calentándome por momentos. Imaginé que Carlos, si antes estaba empalmado mientras jugaba, ahora tendría la polla como una roca.
Sin hacer ni decir nada que provocase la situación, me encontré de pronto que Carlos no se agarraba con las dos manos en el escalón del interior de la piscina. Con su mano derecha me agarraba mi paquete. Fue tal mi sorpresa que no hice ni dije nada, yo disimulaba antes el resto de mis amigos, entre risas y comentarios subidos de tono. Cada vez me agarraba con más fuerza y yo lejos de retirarme, no podía separarme de su mano. Al principio me agarraba por los huevos, yo colaboraba abriendo las piernas cuanto podía. El masaje que me estaba dando me provocó una erección tan grande que la polla casi no me cabía en ese bañador de slip tan pequeño y apretado. Subió la mano como si estuviese comprobando el estado de mi polla. Llegó hasta el capullo, que no podía salir por arriba, se lo impedía el cordón anudado de la cintura del bañador.
Metió sus dedos suavemente, buscó el extremo del cordón y tiró. A la vez que se deshacía el nudo, el capullo salió por la cintura del bañador, libertad que le duró poco. Inmediatamente sentí como lo agarraba con su mano, apretándolo aún más de lo que antes me apretó los huevos. Yo sentía cómo palpitaba prisionero de su puño y cómo se hinchaba cada vez más. Mientras, seguíamos disimulando como podíamos, los de fuera no eran conscientes de lo que estaba pasando dentro del agua.
Sentí cómo aflojaba la mano, me soltaba el capullo y tirando del bañador lo volvía a meter dentro. Me tiró tanto del bañador que me estrujó los cojones y al tener las piernas abiertas se me metió en la raja del culo provocándome un extraño placer. Sentí como pasó su mano por mi culo, que rebosaba por el bañador y agarrándolo por detrás con un tirón seco, me quedó todo metido en la raja del culo como si fuese un tanga. Bajó su mano acariciándome el culo y pasándola por debajo de mis piernas me agarró los huevos de nuevo. Me encontraba sentado sobre su mano mientras me acariciaba los huevos apretados en el Speedo.
Acariciándome el muslo, pasó su mano hasta la ingles y con mucho cuidado la metió por el pernil izquierdo del bañador hasta agarrarme con fuerza la polla. De un tirón me la sacó por el pernil provocándome un gran placer. Volvió a meter la mano y esta vez me sacó los huevos. Todo el bañador de slip me quedó enrollado en la ingle derecha. Por un momento noté el placer de sentir los huevos libres en el agua. El placer se me multiplicaba.
Él, mientras, reía y no dejaba de participar en la conversación de todos los demás. A mi cada vez me costaba más pronunciar palabra y para disimular la excitación bajaba la cabeza sobre mis brazos y fingía estar descansando mientras flotaba en el agua. Y tanto que flotaba. Carlos me pajeaba la polla agarrándola con fuerza en su mano. Cada vez que subía rozándome el capullo parecía que me lo arrancaba. No hicieron falta muchos intentos para terminar corriéndome como nunca me había corrido. Sentía como la leche me salía a borbotones contrayéndome los testículos, que me dolían de placer.
Me solté del borde de la piscina, me metí bajo el agua y buceé un poco mientras me colocaba bien el bañador con disimulo, aunque no era fácil, no me bajaba la erección.
Durante el resto del día Carlos y yo nos evitamos y seguíamos como si nada hubiese pasado, pero a la vuelta a casa, él tenía que venirse conmigo en mi moto, igual que habíamos ido. Cuando estábamos llegando a su casa se me acercó al oído y me dijo:
- No pienses que después de lo que ha pasado hoy yo voy a dejar a mi novia, ni pretendo que tú dejes a la tuya. Esto sólo ha sido sexo, sexo entre dos tíos y nada más.
- Vale, de acuerdo.
Fue lo único que se me ocurrió decir, y añadió:
- Cuando quieras lo repetimos. Por cierto nos compenetramos muy bien, nos hemos corrido los dos a la vez. Sí, yo mientras te la meneaba a ti, también me masturbaba. Ha estado genial.
Mientras terminaba la frase bajó sus manos por mi cintura y me agarraba por ultima vez con fuerza los huevos. Esta vez no me sobresaltó, sólo me provocó un grato placer.