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Mi primera vez en el sexo gay. | Relatos Eróticos de Gays

Publicado por KarmaRelatos el 08/05/2023

Yo he tenido toda mi vida la seguridad de ser heterosexual, aunque eso cambio un poco cuando lo conocí, era médico, con un cuerpo bien formado por el ejercicio que realizaba, el fue el encargado de darle un tratamiento a mi vergonzoso caso de hemorroides y vaya que lo curo.

Había llegado a mis citas finales ya con mi padecimiento controlado, el horrible bulto de mi ano había desaparecido, y el debía revisarme para que no volviera a presentarse otro caso, como de costumbre iba con un pantalón de mezclilla y una camisa casual. Tan solo llegar me dijo que debía bajarme el pantalón para que pudiese revisar que todo estuviera en orden y recibir por fin el alta médica.

El examen transcurrió con normalidad aunque está vez lo sentí algo diferente, pues al llegar al examen en dónde debía introducir su dedo en mi ano para asegurarse que el padecimiento no era interno, su dedo como siempre helado por el gel que aplicaba entraba y salía de mi con una sensación extraña, sentía corrientes eléctricas recorrer mi cuerpo y mi pene que al llegar estaba completamente flácido, había conseguido tener una formidable erección, el seguía con su tarea, yo estaba nervioso pues aunque trate de disimularlo, aquello que su dedo me estaba haciendo me había excitado de tal manera que estuve a punto de eyacular.

Hasta que escuche un "Listo! Terminamos", ahí suspiré de alivio pero a la vez pensaba en la monstruosa sesión de masturbación que me esperaba al llegar a casa, cosa que de un momento a otro cambio.

De momento pensaba en llegar a casa, desnudarme e intentar una especie de estimulación anal con mi nuevo dildo, experiencia que les contaré en otro relato, pero mi médico, al intentar salir o despedirme de el me detuvo inesperadamente, y pegando su cuerpo más a mí solo pudo mediar unas cuantas palabras, las cuales aunque yo sabía que era heterosexual a pesar de mis fantasías me terminaron de explotar la cabeza. Y sus palabras fueron estás:

M: Espero hayas disfrutado de mi dedo dentro de tu culito, nunca te lo dije pero, me gustas, y voy a hacer que hoy la pases bien.

Esas palabras fueron mi perdición pues sabía lo que quizás seguiría.

Finalmente mi excitación y calentura pudieron más que mi razón y cordura, las cuales hicieron que pegará mis labios a los suyos sin remordimiento alguno, sus labios eran suaves y tenían un delicioso sabor, en ese momento las lenguas empezaron a entrar en acción, las dos calientes y juguetonas dentro de nuestras bocas, sobra decir que para ese punto cerramos la puerta del consultorio y como también ese lugar era su casa decidimos quedarnos ahí a disfrutar el uno del otro, la ropa desapareció poco a poco quedándonos los dos semidesnudos solo con los calzoncillos mismos que terminaron en mis tobillos tan solo unos segundos después.

Sin darme cuenta su caliente y traviesa boca ya recorría sin ningún pudor mi ya duro pene, subía y bajaba y lo desaparecía dentro de su boca provocando en mi una sensación de placer que no puedo explicar.
Después de algunos minutos en dónde me estaban dando una espectacular mamada, se levantó dejando el sabor de mi precum en mi boca, mismo que disfrute desde la boca de mi sexy amante.
Sin pensarlo dos veces baje hasta su entrepierna y me deshice de sus calzoncillos, los cuales también terminaron en sus tobillos fue tanta la excitación que cargaba, que de un momento a otro yo también recorría ese enorme pedazo de carne centímetro a centímetro tan solo con mi lengua aunque no era muy grande al principio me costaba creer lo que estaba haciendo, estaba comiendo un buen pene, sin saber lo que vendría después, estuve así durante unos minutos saboreando y sobando aquel miembro que a estas alturas ya había conseguido su máximo esplendor me desprendi de el solo para que mi médico me dejara en cuatro sobre la camilla misma posición que ayudo a qué pudiera comerse el culo que había curado de su ya inexistente padecimiento.

Si lengua se sentía tan bien que no dude en abrirme las nalgas con el fin de que llegara hasta el fondo si hubiese podido, recorría mi culo y mi perineo con una lentitud que me volvía loco, también alternaba mi culo y mi pene lo cual hacia que llegase a sentir un inmenso placer.

Después de haberse disfrutado mi culito, saco de su bata un paquete de preservativos, lo cual me puso muy nervioso pues sabia que después de mi enfermedad llegar a ese punto podría volver a aquel sufrimiento pero fue todo lo contrario, unto el mismo gel que utilizaba en mis chequeos sobre su verga y también unto un poco sobre mi culo, el cual ya se sentía relajado y listo para recibir a mi amante de turno, primero frotó su pene sobre mi entrada anal y aunque sabía que podría pasarlo bien también sabía que podría dolerme un poco debido a que mi cuerpo no estaba acostumbrado a recibir ningún tipo de visitas, así que me relaje tome aire y mi sexy doctor comenzó a introducir y empujar su verga dentro de mi.

Yo solo suspiraba y de mi boca salían pequeños gemidos.

S: Aaaaaaah mmmmmmm aaaaah
M: Tranquilo primero sentirás un poco de dolor, pues además de que eres virgen, tu culito paso por un duro tratamiento pero eso lo voy a arreglar, relájate.

Dicho esto me besó y espero unos minutos para moverse, mi verga seguía con una dureza impresionante, la cual empecé a sobar de una manera suave y placentera.

Ya a estas alturas el dolor ya era del pasado y solo sentía entrar y salir ese rico pedazo de carne que dejaba a su paso rastros de puro placer y deseo.

Ya mi mente y cuerpo estaban desconectados de la realidad y solo me dedicaba a gritar y disfrutar.

S: Así papi así dame duro aaaaaaah hasta el fondo cura mi culito, dame esa verga dura.

Mi amante levanto una de mis piernas sobre la camilla y sobaba mi verga mientras entraba y salía de mi.

Eso provocó una inimaginable y deliciosa excitación en mi cuerpo y mente.

S: Duro duro mas mas metemela toda aaaaaah aaaaaaah

Finalmente después de un rato salió de mi y se recostó en la camilla era mi turno de cabalgarlo como siempre había querido hacerlo dentro de mis fantasías, acomode su verga en mi sensible culito y sin más me deje caer con mis piernas a los lados teniendo un vaiven digno de película porno, de adelante hacia atrás ese duro pedazo de carne cada vez me hacía casi llegar al orgasmo.

Sobaba mi pene mientras seguía con mis movimientos y de un momento a otro mi amante solo se limito a decir.

M: papito me corro me corro.

Sin mas me baje de él y sin importarme me metí su duro pene en la boca mismo que baño su interior con su semen, chorros y chorros de semen invadieron mi boca, finalmente para terminar con nuestro idilio de pasión junte nuestras vergas la de el tenía aún rastros de semen y la mía un poco de precum, la sensación era deliciosa y finalmente varios chorros de leche saltaron sobre su abdomen, este mismo lo probó llevandose uno de sus dedos a la boca eso me hizo sentir satisfecho, finalmente nos limpiamos estuvimos besándonos un poco más y después me dejó partir a casa sin más pero con el recuerdo de haberme dado la experiencia sexual más importante de mi vida y sobre todo la más deliciosa y excitante que alguien puede tener.

 

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