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Un hermano que fue pareja seis años | Relatos Eróticos de Gays

Publicado por Oscars el 28/03/2017

Un hermano que fue pareja por seis años
Los (no tan) juegos sexuales de mi niñez son claramente recordados porque desde su inicio, allá lejos en el tiempo, los traigo a diario a mi mente.
La dulzura de una pareja como fue la de mis padres, el compartir habitación con mi hermano mayor y el ir a una escuela de varones, fueron las cosas que minaron mi vida de sexo, especialmente gay, aunque soy casado y con hijos grandes ahora.
Comenzare parte de la historia narrándoles las calenturas que me llevaba de muy chico cuando sentía desde mi habitación los jadeos de mi madre cuando con mi padre hacían el amor de mil maneras.
En ese entonces, el pasillo que dividía las habitaciones de la casa era un tanto corto, y nuestra habitación tuvo una época en la que solo tenía cortinas, total éramos chicos y dos varones; la de nuestros padres tenía puerta pero casi nunca se cerraba totalmente.
Mi hermano era mayor que yo, me llevaba seis años, lo que hacía que muchas veces a la noche yo estuviese solo, él solía pasar en casa de primos o amigos, ya casi tenía 15 años y era todo un hombresito, yo tenía casi 9 años , muy pequeño.
Una noche de calor, son las que mas recuerdo, mientras me estaba entre durmiendo, sentí gemidos que venían del pasillo, ya los había escuchado antes pero nunca me había animado a moverme de mi cama cuando los oía, eso si, me calentaba enormemente a pesar de mi edad (ya me hacía la paja aunque no largaba nada, solo eran cosquillas).
Esa noche me animé y me levante muy despacio para salir al pasillo y estar cada vez más cerca de la primer vivencia externa y sexual que tuve. La puerta de la pieza de mis padres estaba entornada pero no cerrada, lo que me permitió ver en penumbras algo…, más de lo que me llevaba a pajearme a diario imaginando.
Mi vieja estaba arrodillada frente a mi viejo que estaba acostado con las piernas colgando de la cama y le chupaba la verga, mucho no se veía, hasta que acostumbre mi vista, pero la imaginación y los ruidos me daban esa sensación. Si algo me contaba mi hermano eran historias de sexo por lo que aprendí muy de chico algunas cosas que ya les iré contando y que lleve a la realidad.
Lógicamente que al ver semejante acto, mi pequeño pito se empezó a poner durito con solo escucharlo a mi padre, en voz muy baja, gemir y a la vez pedirle que se la comiera entera, mientras acariciaba la negra cabellera de mi madre.
Ella, se ve que le gustaba demasiado sentir que mi padre gozara tanto, y mientras con una mano lo pajeaba y se la mamaba, con la otra se tocaba adelante y cada tanto las nalgas pasando su mano por la raja hasta el agujero del culo; luego, de grande, me di cuenta que se mojaba la mano en su conchita y llevaba ese flujo a su hermoso agujero negro, ahora lo se.
Recuerdo esta noche muy bien porque eran mis padres y porque fue mi primer aventura fuera de mi habitación…, papa se levanto suavemente mientras mama no largaba su gran pedazo de verga y mientras él le manejaba la cabeza de arriba abajo se la fue sacando para luego besarla en la boca…realmente me dio asco lo que hicieron pero también me recalentaba. Ella sin que se hablaran se subió a la cama en cuatro patas y él se paro detrás de ella con el arma en una mano y trataba de acomodarse, con la otra trataba de abrirle las nalgas a mama. Ahora cuando grande me acuerdo y me doy cuentas de cómo la hacían, pero en ese momento no entendía como hacía mi vieja: en cuatro patas, con la cabeza aplastada contra el colchón levantando la cintura bien alta y con sus dos manos abría sus nalgas ofreciendo el agujero bien caliente para se la enterraran entera. Y que aquel silencio se transformó, supongo en dolor, quejidos y luego en gemidos de placer; Yo colorado de caliente, me pajeaba despacio en la puerta mientras veía como se bamboleaban armónicamente hasta que unos empujones seguidos de pequeños gritos de mi viejo me asustaron, y viéndolo sacudirle el cuerpo a mi madre iba quedándose quieto pero sin dejar de tenerla ensartarla y ella pidiendo más y más.
No se si la había sacado o no, solo se que mi madre se pajeaba así , quietita y en cuatro patas hasta que él le pidió que se diera vueltas y se la chupara para que le quede limpia; ella obedeció y sin dejar de tocarse, se dio vueltas se la chupo mientras se acababa pajeandose. Recuerdo que cuando mi madre se la saco de la boca y mi padre miro hacia la puerta para ir al baño, yo salí disparado a mi habitación con la pijita en la mano y super caliente. Claro que me hice la paja pensando en lo que había visto, fue una de mis primeras pajas; me hice mil viéndolos y nunca supe si me veían o no, pero yo gozaba con ellos.
II
Fueron mis inicios una casualidad o una causalidad???...entonces, fue así que una noche mi hermano había salido con unos amigos del barrio y volvió un poco tarde, mis viejos no le decían nada por lo tanto hacía lo que quería, mientras yo, el más pequeño, dormía.
Cuando entro a la habitación, en la cual ya había puerta, el ruido me despertó, solo me di vueltas y lo vi en las penumbras desvestirse, nada anormal, trate de seguir durmiendo.
Un rato más tarde, y como pasaba muchas veces, sentí movimientos entre sus sábanas y algún resoplo de aire extenuado, me di vueltas tratando de no pensar sabiendo que otra vez mi hermano se estaba haciendo la paja; no quería calentarme pero no lo logré, a los segundos estaba más caliente que él.
Volví a darme vueltas y lo vi ya sin la sabanas encima con el mástil bien arriba subiendo y bajando sus manazas, las que dejaban entrever la cabeza de su pija aparecer y desaparecer. Me moví con fuerza para que se diera cuenta que me había despertado y también me saque las sábanas de encima para tocarme, obviamente que mi pijita ni sombra hacía.
Él se inclino hacia mi cama y me miraba mientras se pajeaba con suavidad, yo traspiraba de caliente y de aguantarme y solo me tocaba disimuladamente, mirándolo en las penumbras.
Nunca supe cómo, pero en un momento él estaba en mi cama corriéndome y tratando de ponerme de costado, y así quedar mi espalda contra su pecho ( o mi culo contra su pija). En ese momento yo no sabía de que se trataba esto , todo fue tan rápido…), pero la calentura me hizo dejar llevar y deje de tocarme quedándome quieto porque si se escuchaba algo desde la habitación de mis viejos, nos mataban.
Él se apoyo contra mi espaldas y con la mano izquierda me pasaba la verga por la raya del culo, sentía que me mojaba con algo y me asuste, trate de ponerme boca arriba pero no me dejo…
- Si hablas o te quejas nos matan boludo, tranquilo…, no te va a doler, ya vas a ver lo lindo que es... me dijo
Del susto mi pijita estaba muerta y mi calentura había desaparecido, y de eso se dio cuenta mi hermano que inmediatamente largo su verga y pasando su mano por encima mío me agarro la pija para pajearme suavemente mientras me besaba el cuello, me quería bien caliente, y lo estaba logrando; Mientras con la otra mano, aunque incómodo, seguía pasándome la verga por el agujero pero sin hacer nada más que eso. Comencé calentarme, él sabía hacerlo, e instintivamente moví mi cola contra su cuerpo, creo que fue la necesidad de tenerlo más cerca, casi adentro mío. Aprovechando el movimiento volvió a besarme el cuello y esta vez apoyo su verga en la puerta de mi culito. La tenía de unos 17 cms y gordita y yo virgen de 10 años, parecía imposible que me la metiera; pero yo moría por sentir aquello que reeplazaba tanta porquerías en mi culo…, estaba desesperado.
Su pija, ya mojada con su saliva y con el liquido preseminal patinaba en mi raja pasando de largo de arriba abajo por la puerta del culo cuando el presionaba, ambos éramos inexpertos y mi agujerito era inmensamente pequeño para semejante hermosura de verga.
Ya no soportaba la calentura y me anime a iniciar el juego; Pase mi brazo libre para atrás y se la agarre para acomodármela bien en la puerta; estaba caliente, dura como una piedra y cabezona; aún así la calentura me ganaba y en mi inocencia quería que me rompiera el culo, creyendo que iba a ser sencillo, ya muchas cosas habían pasado por allí.
Él, se quedó un poco quieto, ahora yo me pasaba su cabezota por el culo haciendo redondeles alrededor de la puerta y mojándome bien para que de a poco él la metiera. Recuerdo que su cabeza era grande y esponjosa y eso me hacía gozar cuando estaba casi en la entrada.
Yo le manejaba la verga y cuando me la pasaba por la puerta el empujaba un poquito, el placer era inmenso y a mi me gustaba seguir así, pero me paro la mano y me dijo…
- Nooooo, para que me voy a acabar sin metertela.
Inmediatamente se la solte y me quede quieto…yo la quería adentro, bien adentro.
Volvió a apoyarla y como yo ya estaba dispuesto y un poquito dilatado alcanzó a meterme la puntita…, fsssssss que dolorrrrrrrrrrrrrrrrr. Eso no me lo olvido, eran puntadas en la puerta del culo y un calor que me subía hasta la cabeza, creo haber derramado alguna lágrima sin llanto.
Su cabeza había entrado toda y era insoportable tenerla adentro, me estaba partiendo…
- Quedate quieto…, le pedí por favor frenándolo apoyando mi mano contra su pierna.
Pasado unos segundo yo solo comencé a moverme suavemente, cada tanto le pedía que no empujara y haciendo movimientos circulares con mi culo fue entrando n poco más que la cabeza; me dolía horrores y no podía ni hablar, ni gemir, ni nada y eso me estaba matando. Su verga sin que ninguno de los dos nos lo propusiéramos fue entrando y el dolor pasando. Desesperado del susto me pasaba la mano por el borde del agujero, o quería saber como me estaba quedando o quería saber cuanto había entrado…, lo poco que quedaba de borde con semejante verga ocupándolo, estaba todo muy mojado, pensé que era sangre y quise sacármela pero él no me dejaba. Su cuerpo tremendamente más grande y su fuerza me retenían y en esa retención el vaivén de su verga en mi culo se hacía cada vez más ligero y sin darme cuenta…, mas sabroso.
Solo tardo unos minutos y sentí que me apretaba fuertemente empujando su verga hasta los huevos, me la metió más dura de lo normal y latía mientras empezaba a largar su leche caliente en mis entrañas, un placer desconocido por mi, pero espectacular.
Con ganas, casi sin darme cuentas pase mi mano para atrás; esta vez no para ver como me quedaba el agujero, sino para acariciar sus fuertes piernas que aún estaban pegadas a las mías, mojadas y calientes. Tome el tronco de su verga que aún estaba dura y dentro mío y lo fui separando, sintiendo en el culo y en mis manos como salía centímetro a centímetro aquel pedazo de carne que luego me comería por varios años y de distintas formas. En ese momento también disfrute porque a medida que me la sacaba pude sentir su medida, su calor y ya no su tanta rigidez , luego si me toque el agujero para ver como me había quedado…un poquito salido, muy caliente y baboso…apenas.
Me di vueltas, lo enfrente, no lo bese, manotee lo que pude entre huevos y verga, me fui deslizando hacia abajo y se la chupe para limpiarla, mientras sacudía mi pija y me acababa sobre las sábanas.
El fin de semana siguiente fuimos de pesca con mi viejo y unos amigos…pero esa historia se las cuento pronto, también fue real pero con más aventura.
mi e-mail de contacto: oscars556@hotmail.com

 

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