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La gran mamada | Relatos Eróticos de Hetero

Publicado por Anónimo el 30/11/-0001

Se prendieron las luces anunciando un receso de 30 min. Mis compañeras y yo nos levantamos para despabilarnos un poco y hacer circular la sangre de nuestras piernas ya era nuestro cuarto o quinto congreso que hacia junto a mis compañeros de especialidad estábamos en esta y primera ocasión para mi en la ciudad colonial de Guanajuato México era el primer día y todos habían llegado de diferentes partes de México y Latinoamérica a oír la famosa exponente

Habíamos llegado casi todos los compañeros del postgrado un día anterior yo había llegado con tres compañeras en auto manejando desde México d.f. era jefe de grupo, responsable, serio atento a mis compañeros pues los representaba ante dirección, físicamente mido 1.80 atlético pues me gusta practicar los triatlones y carreras de resistencia, por lo tanto me mantengo delgado y marcado, pero había una compañera que no había podido por pendientes que la habían atrasado llegaría el mero día del evento, ella es muy insegura y con cierto problema de adaptación al grupo, cuando la vi aparecer parecía molesta y muy poco accesible

En ese receso me acerqué a saludarla y demostrarle mi entusiasmo porque pudo llegar y preguntarle si ya se había registrado tanto en el congreso como en el hotel, por mi parte me había alojado con las mismas compañeras de viaje que eran tres y yo en una habitación, sonara orgiástico pero la realidad es que de las tres solo una era realmente guapa, pero era casada y muy fiel, las otras dos una era llenita de unos 37 años no muy agraciada y la otra muy delgada recatada y morena y sin pretendientes que se le hubieran conocido así que ese plan era solo por ahorrar ya que no estaríamos todo el día en el hotel.

Ella, catalina cambió un poco su cara y seguimos el programa, al día siguiente viernes se planeaba una salida a la disco y nos quedamos de reunir todos allí, entrando un poco más en copas, el ambiente era estupendo, se había unido el grupo y junto con los otros doctores, el ruido era mayor, el recato era menor, me cambié de lugar pues las bocinas las tenia atrás de mi y no soportaba el ruido, me senté a lado de catalina, comenzamos a platicar y me comenzó a decir por lo que pasaba, y que le gustó que me acercara a recibirla cuando llegó que todos le hacían mala cara menos yo etc., etc., confirmaba sus problemas de autoestima aunque no se por que pues ella es realmente guapa, blanca cabello lacio largo rubio, ojos muy grandes y bellos y boca carnosamente irresistible y sonrisa amplia, cuerpo aceptable y pechos medianos.

Conforme pasaba la noche y con el pretexto de no oírnos por el ruido nuestra conversación, se iba acercando más y más, inclinando su cabeza hacia mi, apoyando sus manos y brazos en mis piernas y muy cerca de mi miembro que comenzaba a dar señas de placer ,una compañera que nos veía notó lo junto que conversábamos, yo mee retiré un poco pues ya estaba comprometido y no quería que vieran que era yo el que coqueteaba, la fiesta terminó y al retirarnos estaba fresca la noche, todos se compactaron al salir y darse calor y ella aprovechó para tomarme el brazo desprevenido y pegarse a mi cuerpo, como todo el grupo iba así nadie notó nuestra cercanía mientras ella despistadamente me acariciaba el brazo, llegamos al hotel y todos nos fuimos a nuestros cuartos a dormir pues el día siguiente comenzaba a las ocho de la mañana la conferencia, estando ya en la conferencia nos sentamos juntos y al apagar la luz pegaba su pierna a la mía sin disimulo y acariciaba, haciéndome producir erecciones espontáneas que yo disimulaba, al anochecer cuando terminó la conferencia nos fuimos todos a conocer el centro, cenar y andar en una que otra verbena, compramos un tequila entre todos y nos fuimos al hotel a festejar, ella por alguna razón se le subía muy pronto la bebida y era otra, hicimos relajo y juegos en el cuarto y todos nos disponíamos a dormir e irse los demás a sus respectivos cuartos cuando me dice, ven acompáñame a tomar agua y con ese pretexto nos separamos del grupo y nos sentamos en una sala al pie del ascensor.

Era ya como las 1 de la madrugada y ya casi nadie usaba ese pasillo que estaba a media luz muy acogedor rustico, nos sentamos a platicar y en un momento nos quedamos viendo uno al otro fijamente a los ojos, y sin pensarlo ya nos estábamos besando apasionadamente, efusivamente descargando algo que traíamos dentro, de pronto reaccioné y pensé que era arriesgadísima ese lugar, podían salir también a buscar agua, si se abría el ascensor, nos verían en plena acción, nuestro director de la escuela se hospedaba en el mismo piso y si nos veía? Pero todo eso aceleraba más nuestro corazón y nuestra adrenalina que se sentía más deseos, más poder, era como una avalancha de deseo que no había quién la pudiera detener, de pronto oímos abrirse el ascensor y no nos separamos, no era nadie conocido así que seguimos nuestro camino, ella cerró los ojos y al ponerle mis manos en su rostro me toma de la mano y comienza a chuparme los dedos frenéticamente, de una manera sensual que sentía mis dedos como se deslizaban por su lengua, por sus labios y mejillas, con la otra mano comienzo a abrir mi pantalón que solo bastó un leve movimiento para que saliera como resorte mi pene que estaba en todo su esplendor, brilloso, húmedo, tieso, y comencé a bajar mi otra mano que chupaba, y la fui llevando hasta que sintió el calor de mi pene en sus sabrosísimos labios, que comienzan a succionarlo como toda una experta mamadora que no me hizo ni dudarlo que esa era su especialidad, pues su boca grande, lengua ancha y labios carnosos solo de verlos se imaginaba uno siendo comido por ellos, lo hacia de tal manera que me hizo tener la mayor erección que hubiese sentido jamás, con mis manos acariciaba sus pechos por debajo de su blusa suelta, que dejaba jugar con ellos.

Yo tenia la vista y toda la responsabilidad si alguien venia por el pasillo de los cuartos o el ascensor, ella no paraba de mamar me decía que era los más rico que había probado, era tan delicada que ni un diente rozaba o lastimaba mi miembro, subía y bajaba con su mano abajo y su boca arriba, de pronto sus manos, que eran cortas y dedos anchitos, me sujetó con sus dos manos mi pene y comenzó a subir y bajar y al bajar metía su boca lo más que podía, estaba ella en otro mundo, su ojos estaban desorbitados, nublados, blancos, jadeaba de éxtasis, meneaba su cabellera para no cubrir la imagen que me daba, pasaba el tiempo y no me soltaba, intenté levantarla para besarla y me dijo, papi todavía no acabo eso me preocupó un poco que solo quisiera mi pene y me hizo retrasar más mi excitación.

Era todo un espectáculo ver como mi compañera de especialidad mamaba de tal manera y como entraba en tal trance de placer que comencé a sentir una oleada de placer tan grande que no quería terminar de este placer infinito, de pronto me dijo dámelo todo papito, y sin más se me nubló la vista, y solo sentí como me arrancaban un fuego dentro de mi una llamarada quemante y al verla otra vez su boca estaba llena de mi semen, se había comido todo mi semen me dijo que nunca lo había comido antes, pero que este si lo quiso probar. .

 

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