Relatos Eróticos Hetero

Mi fantasia | Relatos Eróticos de Hetero

Publicado por Anónimo el 30/11/-0001

Soy profesor, y un día llegó Gabriela, una profesora de reemplazo,


Era muy linda, morena, con los ojos achinados, una boca sensual, y grande


Un cuerpo lindo, en especial el culo.


Era de esas mujeres que transpiran feromonas...


La primera vez que la ví me sorprendí, trataba de frenarme, de controlarme, pero era mucha la atracción que sentía por ella.


Gabriela sentía que la quería follar, entonces me coqueteaba por que sabía que me autocontrolaba.


Un día no aguanté más, la ví que llegó elegante, con una blusa escotada, de color celeste, un pantalón apretado color crema, se le veían tan bien las tetas, pero al mismo tiempo estaba tan elegante, que daba gusto verla, entonces me abalancé y le salude con un abrazo.... Ella se quedó con satisfacción.


No sabía que hacer, entonces, al verle que salía del colegio, le pregunté si me podía dejar en el camino.


Conversábamos, hasta que ya me bajaba y me comentó de que estaba ilusionada creyendo que la iba a acompañar, le dí un beso en la mejilla y le acaricié la mano; en ese momento me sonrió tímidamente.


Entonces dije ahora es el momento, me acerqué supuestamente a despedirme, pero la fui besando de a poco, hasta que viró la cara y nos besamos en la boca.


Entonces me dijo vamos a mi casa...


En el camino íbamos en silencio, sabíamos lo que iba a pasar, pero no queríamos hablar...


En la casa de ella, le dije que no tenía protección y Gabriela me contestó no importa, por que no estaba fertil.


Empecé besándola suavemente, nuestras lenguas se chocaban y se acariciaban, nos acariciábamos el culo, y empecé apretándola hacia mi pene que estaba hecho un poste, Gabriela me excitaba tanto...


Entonces empecé a desnudarla, por fín tenía sus tetas entre mis manos, las besaba, las apretaba, y de cuando en cuando las chupaba; pasaba mi lengua por sus pezones, los rodeaba, los mordía, entonces se quitó su pantalón, y yo me desnudé también.


Nos volvimos a besar, yo la acosté en la cama, y empecé a mamarle las tetas otra vez, y de a poco me bajé hasta su vagina, tan rica, tan peluda, tan suave. Metía mi lengua en su vulva, le lamía una y otra vez, empecé a lamerle el clítoris y a penetrarle con mi lengua. Ella se retorcía y empezó a pegar su pelvis hacia mi cara hasta que sentí un líquido salado, espeso, en ese instante entendí que terminó.


Entonces me subí y empecé a pasear mi verga por en medio de sus tetas, ella me vió y se sonrío, entonces apretó sus senos entre mi pene y empezó a mamarme, , luego me dijo que me pare, y ella se arrodilló, y empezó a chuparme la punta, y luego todo el pene, al principio lento, yo con mi mano le dirigía el movimiento, y luego la apretaba para que me chupe toda la verga. Luego empezó a chuparme más rápido, y más rápido, hasta que me hizo terminar, se tragó mi semen y me dijo quiero hacerte el amor.


Me acosté, y ella se puso sobre mí, exhuberante, se cogía las tetas mientras me veía coqueta y sonriente, y cabalgaba.


Nunca me sentí tan fuerte, yo era feliz teniendo a esta mujer tan caliente sobre mí, empezó a gemir de placer y terminó nuevamente. Y me dijo quiero que me culees, culéame, culéame.


Se puso en cuatro, y yo le metía por atrás,


-"no me des por el culo, solo por la vagina.....


Yo mientras tanto ya no pensaba, le metía una y otra vez, con fuerza por que sus nalgas eran tan duras que no entraba mi pene totalmente, entonces empecé a excitarme otra vez y terminé nuevamente.


Luego le dí la vuelta y nos acostamos en nuestra clásica posición, ella con sus piernas ricas, deliciosas abiertas, y yo encima la penetraba una y otra vez, me acariciaba la cara, la espalta y el culo, y yo le chupaba las tetas, hasta que nos excitamos y terminamos juntos...


Nos dormimos, y luego, al despertarme, ella se había bañado y me trajo un jugo.


Se hace de noche me dijo, ya viene mi mamá, tienes que irte.

 

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