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MI CUÑADA SE HA DESATADO | Relatos Eróticos de Infidelidad

Publicado por Torquemada el 17/02/2008

Hace tres semanas me llamó mi única cuñada, quince años menor que yo, para pedirme si podríamos vernos porque tenía que hablar conmigo sin que estuviera mi mujer, su hermana. Yo me mosquee un mogollón porque la conozco desde hace más de 25 años y nunca me había hablado con tanto misterio. Paso a verme por la oficina y resultó que necesitaba dinero, me lo imaginaba, y no quería que su hermana lo supiera porque en este tema mi mujer ya estaba muy escarmetada con ella. Resultaba que no tenía dinero para pagar la hipoteca y en breve se jugaba el piso. Estaba mal con su marido que se pasaba casi todo el año en el paro. Eran 1500 euros, y, con dificultad se los conseguí. Dificultad porque su hermana llevaba, junto conmigo, el control de todas nuestras cuentas, salvo una. Mi cuñada me dió un beso muy carnoso en la mejilla y apretó su pechos contra mí en un fuerte abrazo en señal de agradecimiento. Quedamos en un bar cercano a mi despacho dos dísa después para darle el dinero, porque no quería que mis compañeros lo vieran. Acudió con un aspecto impresionante, de toda la vida, mi cuñadita tenía una cara de niña preciosa con una sonrisa encantadora, tal vez la recordaba de cuando la conocí con 11 añitos. Desde entonces, había conseguido unos pechos enormes que seguían duros y turgentes, como pude comprobar por el abrazo, como los que se veían en una foto que me había enseñado años atrás de ella saliendo en top less del agua en la playa. Por cierto que alguna paja me había hecho pensando en ella. Su aspecto en el bar era de girarse a mirarla, un escote generoso y una minifalda no muy corta que permitían ver unas piernas delgadas pero muy bien torneadas y morenitas con una piel tersa y aterciopelada. No sé como agradecertelo, me dijo. Tranquila, le dije, tu ocúpate de devolvérmelo tan pronto como puedas y conserva tu casa. No sé que hacer con mi marido, pasa de todo tipo de trabajo, pasa hasta de mí. No se merece que lo respete. Creo que tiene un rollo con una guarra con la que trabajó en el bar que estaba. Otra camarera. ¿Qué dices? ¿Cómo va a liarse con otra teniendo una mujer como tú en casa?. Pues si no tiene otra, tiene un problema grave. ¿Y eso?. Joder, porque no me toca ya no sé desde cuando. Ostras, que fuerte. ¿Cómo puedes aguantarlo?. Ya te puedes imaginar. Pues no me imagino, tu dirás. Me masturbo casi a diario. ¿Qué me dices cuñada? No me lo puedo creer, pero si tu marido está superenamorado de ti. ¿Ah, si? Pues yo no me entero, muchas carantoñas delante de la gente y nada de nada cuando estamos solos. ¿Y que piensas hacer? No sé, creo que me buscaré alguien que me aprecie, yo creo que no estoy tan mal para que pasen de mí de esta manera. En ese momento pasaron por mi mente los 25 años que llevabamos de cuñados y empecé a atar hilos. Recordé en ese momento que siempre la vi como algo prohibido por mucho que me apeteciera, y no quería jugarme mi matrimonio. Pero ese día soñé con ser yo el afortunado en ponerle los cuernos a mi cuñado. Le dije, venga tía no digas eso, ya verás como se te pasa y lo arregláis. No lo entiendes ¿Verdad? Mi marido pasa de mí y cuando no pasaba tampoco se pasaba. Vamos que no creo que haya conseguido lo que una mujer de mi edad podría haber conseguido. ¿Conseguir qué? Joder tío, disfrutar como una loca, sentir verdadera pasión por su parte. Tampoco él me apasiona mucho, por no decir nada. ¿Te puedes imaginar que en más de diez años que llevamos juntos no me ha comido más de 6 veces? creo yo. Mi polla saltó como un resorte, pasó de estar algo más que morcillona a abultar considerablemente mis pantalones. Y tampoco creas que le guste que yo le coma a él. ¿Y a ti te gusta? Pregunté balbuceando. Claro, ¿A ti no? Si, si, a mí me encanta, más que comer con las manos. Me encanta lamer todo el cuerpo de tu hermana, haciendo incapié en los pezones y la tripita para acabar llenando de saliva su coñito, pero no hay manera de que se corra con mi lengua, la pone muy cachonda pero no llega, se la tengo que meter para que llegué, por ello, ni me la chupa mucho ni se deja lamer demasiado, en cualquier caso, más seis veces al año si será. Pero, por ejemplo, una ilusión que no veré realizada es que nos corramos los dos haciendo un sesenta y nueve. Jo tío, me he puesto caliente, con tanto hablar del tema. Hoy me tendré que hacer unas pajillas. A ti te las van a hacer. No creas, cielo, tu hermana no suele hacerlo entre semana. Lo que se pierde. ¿Qué tienes que hacer ahora? Pues ir a trabajar. Que pena. ¿Por qué? Porque no habrá nadie en mi casa hasta la hora de comer y son menos de las 10. ¿Hablas en serio? ¿No me digas que en estos 25 años no te has dado cuenta de lo afortunada que he considerado a mi hermana y del cariño que te tengo? Bueno si, pero estamos hablando de otra cosa ¿No? Claro, vamos a ver ¿No te apetecería notar como me corro en tu boca?. Creí que me corría, por debajo de la mesa, en medio del bar tenía la mano encima de polla pidiendo socorro a todo trapo. Voy a decir en la oficina que me encuentro mal y que me voy al médico. A las 10,15 h. estábamos en casa de mi cuñada. Nada mas entrar nos abrazamos con un beso con lengua hasta la campanilla, mi polla seguía pidiendo socorro y temía que empezara a echar leche de un momento a otro y tenía miedo de quedar como un eyaculador precoz, se lo dije y me tranquilizó. Yo estoy igual, tranquilo cariño. Voy a lavarme un poco. Y se fue a duchar, mientras se duchaba, me limpié la polla, los huevos y el culo con agua fría, para relajarme un poco y para no helarla a ella que se estaba duchando. No la veía porque la pantalla de la ducha era opaca, pero la estaba esperando desnudo, con la polla bastante tiesa cuando salió. Salió cubierta con la toalla y me dice: Creí que esperabas fuera, me quería poner una lencería que no he estrenado, esperando el momento. Vale ¿Donde te espero? En mi habitación. Me acosté en la cama desnudo y apareció por la puerta a los dos minutos sin haberse secado del todo. Llevaba un tanga negro trasparente que mostraba un chochito bastante rasurado, sólo una línea sobre su clítoris. El sostén, también trasparente, mostraba unos pechos considerables y bastante duros con unos pezones oscuros, erquidos y muy apetecibles. Por encima llevaba una tentación que no cubría nada, parecía de cristal. Puso música y empezó a tornear sus caderas sonriendo tranquila, no parecía afectarle lo más mínimo estar a punto de follar con su cuñado en la cama con la que dormiría esa noche con su marido. Se acercó y, después de quitarse la tentación, se subió a la cama de rodillas y empezó a destaparme retirando la colcha que me cubría y se puso a mirarme la polla descaradamente. No está nada mal, me dijo. Y empezó a besarla. La cogí por hombros y la subí hacia arriba para besarla, no quería correrme como un crío y estaba a punto. Fuí bajando mis besos con lengua por su cuello a sus pechos, primero el izquierdo y después el derecho, prestando unos buenos lengüetazos a su duros pezones, mientras con la mano derecha le acariaba la parte interior de los muslos sin llegar a tocar, pero rozando muy suavemente su chochito, que notaba muy caliente y mojado. Y no era agua de la ducha, era viscoso y chorreaba de su interior. Seguí bajando mi boca por su tripita, que sin ser plana no estaba nada abultada como la de mi mujer, estaba ideal, le provoqué cosquillas al lengüetear su ombligo y se estremeció cuando le toqué directamente con la mano su coño chorreante, se abrió totalmente de piernas y bajé mi lengua a su coñito babeante, le lamí las inglés de arriba abajo, sin llegar a tocar el centro de su coñito. Al rato, me cogió la cabeza y se la puso en el centro apretándome y empecé a lamer con furia desde el agujero de su culito respingón hasta su pepitilla, metiendo mi lengua en ella hasts el fondo. Mi polla estaba, para mi sorpresa, bastante relájada, es más, yo no estaba pendiente de ella, cuando noté su boca en mi polla, ni me había dado cuenta de que ella se había ido poniendo en posición de 69. No pasaron ni dos minutos cuando noté que ellas se corría por su contracciones, que no por su gemidos ahogados por mi polla, pero con un cambio de ritmo en la mamada a uno mas entrecortado, se puso a llenarme de sus jugos mi boca que tragué como un manjar y me corrí como un crío, con mogollón de leche y espasmos por parte de ambos. Mi cuñadita había hecho realidad mis sueños de una forma tan sencilla que me parecía lo mas natural. En ese momento me di cuenta de que la habñia estado deseando toda la vida, todos esos 25 años, desde el día que entré en el baño de su casa sin saber que se estaba bañando y al empezar a mear, la ví en la bañera, me disculpé pero no podía parar la meada. Mientras ella me decía, a sus 11 años, tranquilo no pasa nada termina sin prisas, y seguía lavándose tranquilamente la entrepierna y dejando al descubierto sus incipientes y precoces pechos. Y en ese momento, mientras yo recordaba esa escena, me dice mi cuñadita. Estaba deseando este momento desde el día que te vi la polla mientras me bañaba en casa de mis padres. ¿Te acuerdas? No habían pasado cinco minutos desde nuestra corrida y la besé, tenía el sabor áspero de mi leche y, me volví a empalmar, su coño seguía muy mojado y se la metí de inmediato y empecé a bombear, mientras ella me acariciaba la espalda hasta las nalgas y acompañaba mis embestidas con el movimiento de sus caderas al tiempo que seguíamos besándonos. Bombeé deprisa hasta que se corrió, y baje el ritmo sin dejar de bombear suavemente para acelerar cuando ella apretaba el contorneo de su pelvis, cada pocas embestidas se corría gimiendo como una hembra en celo. A los 10 minutos y no se cuantos orgasmos suyos, me volví a correr en su interior abundantemente. Era la ostía, después de que dejamos de jadear y cuando la polla ya morcillona se salía de su conejito. Bajo a chuparla para dejarla reluciente, casi me vuelvo a empalmar, pero me quería ir, empecé a tener verdadero pánico de que viniera su hija o su marido antes de lo previsto. Nos estuvimos acariciando unos diez minutos más y quedamos en repetirlo de vez en cuando. Estamos repitiéndolo a razón de tres veces por semana y por mi gusto lo repetiría varias veces a diario. El problema: me estoy enamorando y creo que ella también. Soñamos en dormir una noche juntos y despertanos follando a pesar del aliento de fosa séptica con el que suelo amanecer. De momento ya me ha hecho cumplir otro sueño, ayer me dejo dormirme y, al rato, me despertó con una mamada descomunal, me hace unas cosas con la lengua que se ve que no es genético porque su hermana no lo hace. Por cierto, que mi señora no puede quejarse porque la sigo follando con la frecuencia habitual pero para correrme tengo que pensar que es su hermana la que gime como una loca. Me estoy obsesionando un poco me temo. Espero sus comentarios y no dejen de escribirme a ytanaltavida@hotmail.com

 

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