Relatos Eróticos Intercambios

Disfrutando del sexo de a tres | Relatos Eróticos de Intercambios

Publicado por Claudia el 13/02/2018

Tengo algo mas de 50 años de edad y siempre me he esforzado por mantener una buena figura, con el afán de agradarle a mi esposo. Tengo un busto totalmente natural, y para no ahondar en tallas y medidas

solo les diré que cuando camino sola por la calle soy el blanco de miradas y piropos de los hombres.

Aunque ha habido ocasiones en que me fastidian por la calle, él no se molesta y más bien parece que le agradara.

Me gusta usar buena ropa pero a diferencia de lo que me cuentan mis amigas, mi marido mas bien me alienta para que lo haga.

En el plano sexual debo decir que mi relación con él siempre fue muy buena, ya que tiene un morbo muy desarrollado y un pene que haría las delicias de cualquier mujer .

Sé que a algunos hombres les excita que su mujer se vista con

lencería muy sexy, pero lo que me dijo mi marido me dejo sorprendida.

Quiero compartirte mi amor me confesó, quiero que dejes que otro hombre te penetre delante mío. Al principio pensé que estaba borracho o que me estaba gastandouna broma, pero empezó a explicarme que cuando hacíamos el amor se imaginaba

que antes que el ya me lo había hecho otro.

Me dijo también que le gustaría ver como otro hombre me metía mano y yo le chupaba su verga. No podía creer todo lo que me estaba diciendo, pero debo confesar que me excitaba pensando en el morbo de la situación pidiéndome que lo complazca para hacer un trio, le dije si no se arrepentiría de lo que me estaba proponiendo. Me aseguró que no y me dijo que yo escogiera al hombre con el que lo haría .

Esa noche al acostarnos pensé que cuando se le pasara la borrachera entraría en razón, pero no fue así ya que al día siguiente me fui a trabajar y no podía dejar de pensar en lo que me

había pedido.

Casualmente el sábado anterior había tenido una reunión en la que me presentó a un amigo suyo llamado Ramito, también en pareja,

el me había gustado ya que es simpático, agradable y muy lindo macho, era alto como mi marido, me sacó a bailar y sentí su buen bulto pegado a mi cuerpo, lo cuál me excito bastante. Busqué su teléfono en nuestro directorio y lo llamé un poco nerviosa. Cuando me contestó se alegró mucho y me invitó a almorzar, aceptando yo de inmediato. Durante el almuerzo me empezó a halagar y me dijo que aun recordaba ese beso que nos dimos a escondidas mientras bailábamos la noche de la reunión..

Le dije que tenía que pedirle algo un poco extraño, y él me respondió que ya estaba concedido de antemano.

Cuando se lo dije se quedó mudo al principio y luego me respondió

que haría cualquier cosa por poseerme, así sea delante de mi marido. Le pedí que fuese solo a nuestro departamento el sábado por la noche, y luego me despedí dándole un beso en su boca.

Llamé a mi marido desde la oficina y le dije que el sábado se

cumpliría su fantasía, y él me respondió que tenía que comprarme ropa para esa ocasión.

El día sábado en la tarde fui a mi habitación a cambiarme y me desnudé completamente para ponerme la ropa nueva. Primero me puse una colalees color blanco que al estar depilada traslucía una buena parte de mis labios vaginales. El sujetador dejaban ver mis pezones y solo sostenían los senos por debajo.

Me coloqué unas medias blancas con siliconas y unos zapatos de taco alto. Al mirarme al espejo parecía una puta, pero eso le gustaría a mi esposo mucho y creo que a Ramiro también y finalmente me un vestido liviano con finos breteles que dejaba ver l parte de la espalda al aire.

Me maquillé suavemente y peiné lo mejor que pude, y salí a la sala para que mi marido me viera.

Al verme se sintió complacido y me dijo que me dejara meter mano y que dejara que me tocara, de forma que él pudiera excitarse con todo lo que viera. Asentí sin mucho convencimiento de lo que iba a hacer pero no había vuelta atrás ya que su amigo estaba por llegar de un momento a otro, y además de eso pensaba disfrutar de la cojida que me iba a dar.

Sonó el timbre de la puerta y mi marido me dijo que abriera, así que fui a recibir a Ramiro, que cuando me vio me miro de pies a cabeza y me dijo al oído que estaba hermosa.

Ambos se saludaron con un abrazo y se pusieron a conversar y

que esperaba que esa noche se sintiera totalmente a gusto, le contestó que él esperaba lo mismo.

Me acerqué a ellos con una bandeja con copas y se las ofrecí, cuando le di su copa y me incliné para dejar la bandeja en la mesita de centro, sentí su mano que acariciaba mis piernas por encima de las medias . Tu mujer es hermosa y muy atractiva, le dijo a mi marido. El de una manera increíblemente natural le contestó

que así era, y que le agradaba saber que yo le gustaba.

Ramiroal ver que era verdad todo lo que le había dicho bebió su

copa de un sorbo, y se abrió la bragueta delante de nosotros y dejó

salir una verga grande y con una cabeza toda colorada. Al mirarla tan cerca ahora podría disfrutar de ella. Miré a mi marido y él con una mirada me indicó que quería que me acercara a éste macho que estaba bien recto. Decidida a todo me dije a mi misma que iba a aprovechar esa oportunidad de gozar de esa verga, me acerqué a él y mostrándole el culo a mi esposo me incliné a chupar esa verga inmensa mientras él me agarraba mis tetas y yo seguía en lo

mío, comiéndome su miembro hasta la base.

Luego me incorporé y Ramiro levantó mi vestido para masajearme la vulva muy delante de mi marido, que solo miraba con su verga dura, como manoseaban a su mujer. El toqueteo que me daba, me estaba excitando al punto de sentir que de mi concha empezaban a salir mis fluidos. Yo sola me quité el vestido que ya a esta altura estaba de mas y también la lees, hizo que me pusiera
en cuatro sobre el sofá, y me empezó a penetrar como si

fuera una perra. El le decía a mi marido si le gustaba como hacía

gozar a su mujer, y el no atinaba a responder viendo como

entraba y salía la verga de su amigo de mi concha.

Me separé de mi macho para quitarme el sujetador ya

que quería que me viera toda desnuda. Solo me quedé con las medias y los zapatos puestos, y me tendí boca arriba para recibirlo. El también se había despojado de su ropa y nos mostró a ambos su cuerpo atlético y su verga pétrea. Mientras abría muy bien mis piernas él se ponía sobre mí me penetró pausadamente, sacándome dos orgasmos increíbles que agradecí besandolo apasionadamente y comenzó a bombearme, pensé que estaría pasando por la mente de mi marido, y al ver su cara se notaba que le gustaba presenciar como otra verga que no era la suya me recorría a su antojo.

Me olvidé que mi marido estaba presente y empecé a besar a mi amante, él me chupaba los labios mientras me hacía jadear por

el movimiento de su verga dentro mío. La resistencia en no eyacular tan rápido me hizo sentir un tercer orgasmo, luego él se separó de mi para sentarse en el sillón y me atrajo hacía el, sentándome de espaldas sobre su verga de tal modo que ambos nos encontrábamos mirando a mi maridode frente.

Mientras me culeaba de esa forma, me abrazaba y acariciaba mis tetas con ambas manos, hasta que sentí que un liquido caliente invadía mi interior. Yo me seguía moviendo sobre su verga y de pronto su semen empezó a salir por un costado de mi concha. Mi marido que estaba filmando todo, al ver esto se paró de su sitio

y se arrodilló ante nosotros con su morbo a full y empezó a lamer lo que salía. En ese momento la verga de Ramiro totalmente bañada en mis fluidos se salió y mi marido la tomó con una de sus manos y comenzó a chupársela. Yo voltee a mirar a Ramiro sorprendida, él

me besó apasionadamente mientras le entregaba el resto de su semen en la boca de mi marido que le limpiaba lo que aún le salía de su verga.

Luego que se la dejo bien limpia se vistió y así desnuda lo despedí en la puerta con un beso en la boca, y en voz baja le prometí llamarlo a día siguiente.
Al cerrar la puerta mi esposo ya desnudo me decía que este encuentro era lo más excitante que le había sucedido superando lo imaginado. Nos fuimos abrazados a la cama, me empezó a chupar la concha lamiendo todo el semen que aún salía de ella. Luego me metió su buena verga haciendome gozar nuevamente hasta que eyaculó dentro de mí toda su leche, haciendo que su semen se una al de mi ahora amante.

Luego mi marido me ha pedido que volvamos a repetir este encuentro que me pareció excitante, lo único bueno de esto es

que sé, voy a gozar mucho y además con el permiso de mi marido

para hacer otras cosas juntos.

 

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