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Le dio mi leche a su marido | Relatos Eróticos de Intercambios

Publicado por Anónimo el 30/11/-0001

Ahhhh! había terminado dentro de su apretado culito, descargué toda mi leche caliente dentro de ella, me quede varios minutos así, sintiendo como su culo apretaba mi verga que se encontraba bien adentro, con mis bolas rozando sus nalgas hermosas. Todo empezó por la mañana, tenía unas ganas enormes de cogerla, teníamos algunas semanas de no podernos ver y quería cogerla. No nos habíamos visto porque no podía salir de su casa, su marido la cuidaba demasiado. Así que tenía que ir a visitarla, falte ese día al trabajo, el día era espléndido, con un sol radiante que invitaba a una cogida matutina, mientras todos trabajaban, mientras su amado esposo trabajaba intensamente, mientras sus pequeños hijos estudiaban arduamente en la escuela...... nosotros cogeríamos deliciosamente. Muy cerca de su casa le hable por teléfono, me contesto como siempre - ¿dónde estas ?- me pregunto, muy cerca de tu casa , ¿estas sola?, si – me respondió?, tengo ganas de cogerte, de cogerte muy rico. Pero no puedo salir, Victor me hablará en cualquier momento y ya sabes que se enoja mucho si no me encuentra. Bueno podemos hacerlo en tu cama o en tu sala o en tu cocina o tal vez en el baño o en la escalera, donde tu quieras..... Nooo - me respondió- como crees eso es muy peligroso, alguien se puede dar cuenta Nooo. Sin embargo, su respiración era mas rápida, su voz temblaba de la emoción y del deseo de hacer lo prohibido. Bueno, si no quieres pues nos vemos en otra ocasión. Noo, ven .. pero trata de que no te vea nadie, tengo ganas de besar tu verga, solo le doy unos besitos y te vas, si? . Si, claro solo unos besitos... le dije en tono muy suave. Yo sabía que no sería solo unos besos, se tragaría toda mi verga, hasta casi ahogarse, hasta que la punta tocara su garganta, como a ella le gusta y tal vez si podía convencerla me daría su tesoro mas preciado, ese agujero apretado que tanto se había resistido a dar, que ni su querido esposo había podido penetrar en casi 8 años de feliz matrimonio, aunque no había ocasión en que se lo pidiera. Mientras manejaba las dos o tres calles que me separaban de su casa, iba imaginando como estaría vestida. Tal vez estaría con su minifalda azul, que se pegaba a sus caderas, a su culo hermoso y que dejaba ver mas de la mitad de sus muslos, que tanga llevaría (de unos meses acá, sólo usaba tangas), tal vez la negra, sostenida por unos delgados hilos metidos y abrazados por ese par de hermosas nalgas, rozando su culito hermoso y metida entre esos labios gordos de su concha empapada de sus liquidos amorosos. Llegue frente a su casa, se veía hermosa, acogedora, no había nadie afuera, así que tranquilamente baje y llame. La puerta se abrió lentamente y apareció la mujer que me volvía loco, mmm pude olerr su perfume...., recién bañadita, con su cabello aún mojado, sus ojos grandes mirando nerviosamente en todas direcciones, su boca entreabierta como anticipando lo que entraría en ella en unos minutos, sus pechos pequeños (“para que no los confundan con montañas”) subiendo y bajando junto con su respiración agitada, su cintura pequeña, y lo mejor ... estaba abajo, con su falda azul que envolvía perfectamente ese culo delicioso, perfecto, con sus muslos hermoso mas abajo.... ...Te ves divida, le dije lentamente...... Pasa por favor, alguien te puede ver....La seguí por el jardín, hasta su casa, que delicia, iba tras de ella, viendo como ese culo hermoso se movía de un lado a otro, podía ver (o imaginar) el pequeño triángulo de tela que se dibujaba en medio de esas caderas, e imaginaba como se metía en medio de sus nalgas... uffff tiene que ser mío pense, tiene que ser mío, tengo que cogerme ese culito..... Pasamos a sus casa, estabamos solos, en medio de la sala la abrasé, beses sus labios, pude sentir sus pechos y sus pezones, acaricié sus cintura y por supuesto baje lentamente a sus nalgas, pufff que nalgas.... las acaricié sobre su falda, pude sentir su pequeña tanga, había acertado, se sentía bien metida, deliciosamente apretada, baje un poco mas y mis manos sintieron la piel delicada de sus mulos, su piel tibia; fui subiendo, recorriendo lentamente cada centímetro de su piel, sintiendo como se estremecía cada que me acercaba a sus caderas, a sus nalgas. Finalmente llegue, a ese par de nalgas, me regocijé, las acaricié, las estrujé, pude sentir los delicados tiritas de tela que sostenían su tanga y que desaparecían en medio de ese valle hermoso. Mis manos inquietas recorrieron todo su cuerpo, la derecha hacía adelante, hacia su conchita preciosa, que tenía efectivamente en medio de sus labios ese pedazo de tela mordido con sus labios, esos labios empapados, húmedos, deliciosos, que tal vez hoy tendrían que esperar... Mi mano izquierda, estaba tratando de seguir el pedazo de tela en medio del valle de sus nalgas, efectivamente se hacia cada vez mas profundo y lo pude tocar, ahí estaba su culito hermoso, recién bañadito para mi, con sus pliegues, que se hacían mas fuertes cada que los rozaba con mis dedos inquietos y que se apretaban fuertemente cuando trataba de entrar en el..... Nooo me dijo muy suavemente, nooo por ahí noooo. Pero su culo hermoso no obedecía lo que sus labios decían, mas bien se arqueaba y trataba de acercarse mas a mis dedos traviesos que intentaban horadar su pequeño agujerito. Finalmente y ayudado por los jugos que de su conchita tomaba, su culito hermoso cedió, abrió lentamente sus pétalos y pude entrar, apenas unos milímetros, pero rápidamente se fue comiendo todo mi dedo, que quedó aprisionado muy profundamente, mientras por delante sus conchita hermosa había devorado tres dedos de mi otra mano. Su respiración era cada vez más agitada, no por ahí no, me repetía una vez mas, pero sus ojos entrecerrados, su boca entreabierta me decía todo lo contrario. Al fin¡¡¡¡ ese culito hermoso sería mío. Súbitamente ¡¡¡¡¡¡ringgggggggg!!!!!!! el teléfono sonó, el maldito teléfono sonó..... ¡¡¡¡ es el -me dijo- es el¡¡¡¡¡. Sin dejar de estar ensartada por mis dos manos en sus lindos agujeritos, tomo el teléfono. Ho-ola dijo con su voz entrecortada, si, si amor, estoy bien, sólo que tengo un poco de dolor de cabeza -mientras mis dedos reiniciaban sus movimientos lentos, mientras mi dedo pulgar frotaba su clítoris inflamado- si no te preocupes, me voy a recostar un rato y a tomar algo para el dolor.... si bye. El hablar con su esposo la había puesto mas caliente aún, sus besos eran mas intensos, sus movimientos de sus nalgas acompañaban al de mis manos y me susurró al oído, cógeme, cógeme .. pero por atrás, quiero darte algo que no le he dado nunca a nadie.... cógeme. Si mi amor, claro, lo que tu quieras.... ¡¡¡ lo había logrado¡¡¡ su culito virgen sería mío. Se fue recostando apoyando sus pechos sobre el sofá, parando su culo hermoso, con su minifalda apenas cubriendo sus deliciosas nalgas, ahora podía ver perfectamente como estaba ahí en medio de sus nalgas, cubriendo casi nada de su culito apretado. Me acerque, besé todas sus nalgas, lamí su conchita que estaba mas mojada que nunca, pasé mi lengua por sus labios, la metí profundamente y luego subí, subí a su culito, separé un poco el pedazo de tela que lo cubría y besé, tiernamente, agradeciendo de antemano el placer que me daría en algunos momentos. Luego lo lamí, lo llené de saliva, tenía que estar bien lubricado, aspiré su olor, olía a su perfume, traté de guardar en mi memoría cada uno de los detalles, su culo, su minifalda, su olor, so conchita entreabierta, su tanga aún lado. Cógeme, cógeme por el culo me ordenó, sii , claro que sí.... pero antes dale un besito. Si ¡¡¡¡, le acerque mi verga que estaba a reventar, la puse en sus labios hermosos, su boca se abrió, rápidamente la cabeza toco su garganta, estaba insaciable, no eran besos como siempre, eran chupadas, mamadas, por vez primera mi verga desapareción totalmente dentro de su boca y de su garganta, no lo podía creer, siempre me decía que no le cabía y ahora se la había comido totalmente, podía sentir su garganta caliente y húmeda, cuando mi verga salió de su boca, hilos de saliva densa, de mucosidad de su garganta conectaron la punta de mi verga con sus labios, ese era el material que necesitábamos, con ese líquido baboso en la punta de mi verga nuevamente me acerque a sus nalgas y la punta finalmente lo tocó, pude sentir los pliegues de su culo que se resistía a abrirse, pero el lubricante natural lo hizo todo, poco a poco los pliegues s fueron abriendo y la cabeza de mi verga empezó a entrar. Podía sentir la presión de su esfínter, y como poco a poco avanzaba hasta que la cabeza de mi verga desapareció y con ella un haaaaaaaaa intenso se escucho en toda la casa. Cógeme, métemela toda , todaaaa... poco a poco todo el tronco desapareció, lentamente hasta que toda mi verga quedó sepultada dentro de ese túnel, apretado, mas apretado que su conchita. Posé mis manos en sus nalgas y empecé a moverme hacia adentro, hacía afuera, Mas manos recorría todas sus nalgas redondas y mi verga entraba y salía en su culito. Riiinggggg nuevamente el cochino teléfono.... Si? -si ya me siento mejor, pero creo que me quiere dar gripe porque además de la cabeza también me duele la espalda y las caderas, de hecho me duele todo el cuerpo. Mientras le contestaba a su inoportuno esposo, yo seguía entrando y saliendo de su culo, de este culo rico y hermoso, pude notar como ella aprisionó aún más mi verga cuando hablaba con su esposo.... y acercaba más aún sus nalgas a mi. Si amorcito adios y colgó... Y con ello sus movimientos se hicieron frenéticos, se hicieron salvajes, sus gemidos inundaban toda la casa. haaaaaa haaaaaaaaaaa, masss, masss. Me agaché un poco y tome sus senos en mis manos y mi verga entraba y salía, salía hasta la cabeza y entraba nuevamente hasta desaparecer totalmente. No podía mas en un momento a otro terminaría. Fue cuestión de unos quejidos mas, de unas cuantas rotaciones de sus nalgas hermosas y borbotones de leche caliente salieron disparadas e inundaron todo su precioso culito. En ese momento mi verga estaba enterrada profundamente en ella, la abracé fuertemente y descargué toda mi leche en ella. Discúlpame pero no podía mas -le dije-, pero tu no terminaste. No te preocupes, pero ahora tienes que irte porque Victor, insistió en venir a verme porque me escucho enferma y no debe tardar. Voy al baño para asearme un poco, me dijo.... bueno mejor no, me quedaré con tu lechita dentro de mi, quiero sentirla dentro y como no terminé tal vez lo haga con Victor en cuento venga -me respondió en un tono de lujuria -. Que loquita estas, pero eso sería muy rico.... te gustaría dejar tu lechita mientras lo hago con el..... Claro -le dije_ claro que si. Pero me gustaría ver, me gustaría ver como lo haces.... con el. Nooo, estas loco ahora tu. Por favor- insistí - déjame ver.... me puedo esconder en el closet o en algún lugar. Bueno esta bien, pero mueve el auto, ponlo en la calle de atrás de la casa, ahí no lo verá y te apuras porque no tarda en llegar.
Mi corazón latía aceleradamente, rápidamente salí y moví el auto, afortunadamente no había nadie. Ahora me imaginaba las siguientes escenas, del culito hermoso siendo cogido por su dueño pero con la leche mía a unos milímetros y sin que se diera cuenta. Rápidamente regresé, me escondí en el closet, el escondite estaba perfecto. Ella se quitó la blusa, se quitó la falda y quedó únicamente con sus tanguita y se metió a la cama, de lado, con su cuerpo rotado y descubierto, con culo paradito y orientado hacía mí. Que vista tan mas espectacular, podía ver sus nalgas, la tanga que había desaparecido nuevamente en medio de ellas y todo su cuerpo pidiendo terminar, quitarse esa calentura que no había podido bajar. Los minutos se hicieron interminables, finalmente el ruido de las cerradura de la recamara me hizo volver a la realidad. Como sigues amor- escuche al esposo decir- apareció en la recamara y se quedó parado, admirando ese culo hermoso, el culo de su esposa, sin sospechar que era un culito recién cogido y no por él precisamente. No hablo más, se acercó y le dio un beso en la mejilla a su mujer- amor creo que si tienes fiebre, te noto muy caliente, estas muy rojita de tu cara y estas respirando muy agitada. Creo que si- respondió ella- ya me tomé un analgésico y pronto me sentiré mejor- Me podrías dar un masaje, me duele todo mi cuerpo. Si por supuesto, pude ver como la verga de Victor se había parado debajo de su pantalón. Se montó sobre ella y empezó a pasar sus manos por todo su espalda, en algún momento pareció percibir algún olor porque se detuvo y aspiro como si tratará de idenficar algún olor. Finalmente siguió, la hermosa vista de las nalgas de su mujer lo volvieron a la realidad. Bajó sus manos a esas nalgas, a esas nalgas que solo algunos minutos antes yo había acariciado. Las tomó entre sus manos y lentamente se acercó, empezó a besarlas, pasó su lengua por las mismas zonas que hace unos minuto yo había recorrido, hizo un gesto de extrañeza cuando separó los labios de su conchita y los encontró inundados, que raro pensó, luego siguió a ese culito, un poco rozado aún y lo besó, lo besó tiernamente. Finalmente sólo escucho una orden, cógeme mi amor, cógeme, y bruscamente ella se acomodó paró su culo hermoso y empezó ha hacer movimientos de acercamiento. El no pudo mas, era imposible permanecer quieto con tremenda invitación. Rápidamente sacó su verga y la introdujo en esa conchita caliente, entro y de deslizó como nunca antes, le llamó la atención, pero siguió adelante, también unos movimientos adentro y afuera, podía ver como su verga desaparecía en esa conchita y como el culito recién cogido se contraía en cada envestida. Esto no duraría mucho, ella gemía cada vez con más intensidad, sus movimientos eran mas intensos, su culito se contraía cada vez mas, como si se esforzara en retener algo. Unos segundo antes de que ambos terminaran, pude ver como ese culito no pudo contener más y unas cuantas gotas de leche blanca abandonaron esos pliegues irritados de ese culito recién cogído. Victor no pudo ver nada, unos segundos después estaba depositando borbotones de leche caliente en la conchita húmeda de su mujer. Ella rápidamente se giró y se sentó, hummm amorcito te veniste como nunca, mira cuanta lechita me dejaste, que bárbaro. Si, es cierto, es que estaba muy excitado, tu me enciendes mucho. El no sabía que justo cuando su querida esposa se giró y se sentó, no pudo más y toda la leche acumulada en su culito hermoso finalmente lo abandonó y se unió con la leche que su querido esposo había dejado en su chonchita hermosa. Y te sientes mejor amorcito, ya no tienes fiebre? No ya me siento mejor, mucho mejor......

 

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