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Publicado por Fantasito el 05/09/2020

No comenzaré por muchos detalles del inicio, sólo diré que con Moni, mi esposa conocimos en un hermoso bar a Delfi y Jules un matrimonio muy parecido al nuestro. Las dos mujeres hermosas, altas, de envidiables cuerpos, la mía rubia, la Jules morocha. Con mi nuevo amigo también eramos de parecida estampa, altos, con barba, el de ojos café, yo gris verdosos. Congeniamos de inmediato y muy pronto salieron a relucir nuestros gustos sexuales. No tardamos en ir a nuestra casa. Como para figurar que era para beber una copa, mi Monio sacó una botella de champan que teníamos guardada para una ocasión especial. No llegamos a terminarla. Moni, en un arrebato se arrodilló frente a Jules que tenía el pene afuera ya. Fue emocionante la intensidad de esa mamada. Delfi me estrechó en sus brazos y comenzó, desesperada a desnudarme. En momento indefinible estábamos los cuatro en nuestra cama matrimonial. Las tetas de Delfi eran sublimes, mis manos las recorrían,las acariciaban, las apretaban. Mi boca no esperó mamé, besé lamí mordisquee esos pezones rosados y duros. Los suspiros de Delfi me llevaban al cielo. En un momento giro mi cabeza y veo a Moni, mi santa esposa en cuatro, mientras Jules la tenía enterrada hasta las bolas en su divino culo. Debo decir que Delfi tiene mejores tetas y que Moni tiene un culo para las olimpiadas.
Dejé las tetas de Delfi, mi novísima amante y bajé a sus labios vaginales, mi lengua abría ese manjar y llegando al clítoris lo encontraba caliente, duro, inflamado, húmedo hasta enloquecerme.
- Metémela, macho mío. - _ llename de tu rica leche - Delfi no paraba de pedir, exigir., - Rómpeme el culo. -
Esas palabras me tenían a ujn paso de mi orgasmo, me tenían en un temblor que no podría explicar. El orgasmo de ella fue muy rápido y a la vez muy intenso, sentía que sus jugos empapaban mis vellos púbicos. Pero no se aquietó, por el contrario, siguió pidiendo más y más.
Los gemidos de mi mujer me daban más alas en mi tarea. Sentía que mi verga llegaba a gran profundidad en la dulce vagina de mi amante. Sentía que ardientes jugos sexuales nos enchastraban. Jules hacía bien su trabajo.
Acabamos juntos con Delfi y descansamos. Jules aprovechó ese respiro. Pablo, me dijo que te parece si hacemos probar a nuestras mujeres una doble penetración vaginal?
Un - SI!!! - rotundo de ellas nos dio vía libre.
Jules se acostó boca arriba, con su verga bien parada, Delfi se tiró enloquecida sobre él y quedo con su vergha empotrada hasta el fondo, yo sobre ella y con muy poco esfuerzo también penetré esa vagina ya amada.Un bombeo que comenzó lento y fue subiendo de intensidad fue coronado muy pronto por un larguísimo orgasmo de la puta que teníamos cojida. Nunca había visto un orgasmo tan largo, no se si fueron varios en cadena. Delfi, no quedó conforme, mientras su marido la penetraba vaginalmente me exigió que le rompiera el culo en esa doble penetración.
Moni ya protestaba por no ser atendida y yo, la verdad estaba un poco cansado, pero el deber llama.
Ahora fui yo quien se acostó boca arriba, Moni sobre y Jules, sin piedad le enterró su garrote en esa conchiota tan deliciosa. Moni no permitió que le hiciéramso menos que a Delfi.
Quedamos dormidos, Delfi abrazada a mío y Moni sobre Jules.
Desperté a la mañana cuando Jules y Monio bufaban en una nueva cojida, con mo movimiento, despertó Delfi y ella también quiso sexo. Un buen sexo mañanero.
Desayunamos después de ducharnos en un enredo de cuatro cuerpos juntos en la ducha y nuestros nuevos amigos y amantes salieron hacia su casa, previo acuerdo de volver a juntarnos el próximo fin de semana.



 

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