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La experiencia más deliciosa | Relatos Eróticos de Lesbicos

Publicado por Anónimo el 30/11/-0001

Siempre he sido muy curiosa y con ganas de experimentar sobre todo a los 18 años. Esa edad fue increíble porque probé muchas cosas. Tenía un amigo gay, su nombre, Esteban. Al andar con él todo el tiempo, empecé a ir a los clubes gay de mi ciudad, son increíbles y antes de ir con alguna intención, iba por la música: a bailar toda la noche. Sin embargo, ese ambiente era embriagador. Me encantaba ver a dos mujeres bonitas bailando tan cerca, pero nunca tuve intenciones de caerle a alguna chica. Todas mis parejas habían sido hombres. Hasta que se me metió en la cabeza que quería experimentar con una mujer. Obviamente le dije a Esteban que me ayudara y me consiguió una cita.

Su nombre, Susan. Era muy atractiva, blanca, de mediana estatura, buen cuerpo, cabello largo y ojos negros. Tendría 19 años. Me fue a buscar en su carro y yo estaba entre excitada y nerviosa. Nunca la había visto antes. Congeniamos de inmediato y empezamos a dar vueltas, nada era seguro que fuera a pasar algo. Para esa noche el plan era bailar y fuimos a buscar a dos amigas de ella. Llegamos primero al apartamento donde Susan vivía (vivía sola) y luego de hablar decidimos quedarnos, las dos amigas se fueron para un cuarto y nosotras al de ella. No tenía idea que iba a hacer. Pero quería probarla. Quería sentirla.

Nos acostamos a ver televisión y ella me pregunta “te gustan las mujeres?” Yo me quedé en cero, le respondí “Nunca he estado con una”. Ella me pregunta “Y te gustaría?” a lo que le respondí “Después que esté buena”. Ella solo reía.

Seguimos viendo televisión a lo que Susan colocó su mano en mi pierna y empieza a rozarme a sobarme suavemente. Eso me puso a mil. Yo quería caerle encima a esos senos preciosos, debía ser talla 36. Me encantan los senos grandes. Yo le correspondí y empiezo a acariciarla también, a lo que ella se me acerca y me besa. Que beso tan espectacular. Fue excitante, tan suave y a la vez tan apasionado. Nos sentamos en la cama y empezamos a tocarnos por encima de la ropa. Por fin llego a sus senos y los toco y los beso, los mordisqueo, que delicia!!!!

Nos quitamos las camisetas y los jeans quedando en ropa interior, esos senos son una locura. Le quito el brassiere y empiezo a chuparlos, a besarlos, a besarlos. Que rico!!! Me encantan, están calientitos y suaves, no quiero parar de chuparlos, que delicia. Ella me quita el resto de ropa y quedo desnuda, ella está en tanga, estoy totalmente excitada, me encanta lo que me está haciendo, la forma en que me besa, es delicioso. Se acuesta encima de mi y empezamos a restregarnos, sintiendo como nuestros senos se frotan, es una locura, pienso en lo que estoy haciendo, me encanta y no quiero parar.

Susan empieza a besarme los senos (los míos son más pequeños que los de ella), ella me dice “me encantan tus tetas”, “son ricas”, yo le digo “son tuyas, haz lo que quieras con ellas” y ella empieza a besarme suavemente, siento que me voy a morir, que placer tan grande, umm que rico, comienza a aumentar los besos y pasa a chupármelos, como si estuviera mamando, que delicia. Me besa alrededor de los senos y por la aureola y empieza a coger la puntita con los dientes, que locura, siento que voy a explotar, jamás había experimentado esta sensación. Mientras yo recorro su cuerpo con mis manos y le agarro esas nalgas ricas que tiene, le pellizco los senos y ella gime, “que rico” me dice la condenada, “te gusta?” “si, sigue” responde.

Me acuesta en la cama y empieza a bajar por mi abdomen, siento que voy a desfallecer, me pregunta “quieres sexo oral?” “si” le respondo, como toda una profesional Susan me abre los labios y se entierra en mi vagina lamiendo, por Dios que es esto???? Pienso, es delicioso, nunca antes me habían hecho el sexo oral tan deliciosamente!!!! Susan disfruta comiéndose mi vagina y lame como toda una experta, le aumenta el ritmo a la lengua y me la pasa por toda la vagina. Se apodera de mi clítoris y empieza a chupar. Que locura, sino estuviera acostada pensara que voy a caer. “Que delicioso, sigue”, “Te gusta??” pregunta Susan, “si, sigue” le respondo, “No te preocupes este chocho es todo mío” dice la condenada volviendo a enterrar su cara en mi vagina. Ella lame todo los labios, le encanta lo que hace, es una experta con esa lenguita rica. Siento que voy a explotar, no quiero terminar y quiero que siga. Que rico!!!!!! El cuarto se llena de ese olor a sexo que me embriaga, ella sigue lamiendo y comienza a morderme el clítoris, “Que ricooooooo”, me mete un dedo, dos dedos, tres dedos y continúa chupando mi clítoris y lamiendo mi vagina, siento que voy a explotar y me lleva a un orgasmo delicioso, interminable, dejándome convulsionando y soltando una risa de placer. Que placer tan indescriptible.

Se recuesta al lado mío mientras me repongo, pero yo quiero devolverle eso, la empiezo a tocar sobre la tanga que lleva puesta y me volteo sobre ella. La empiezo a mordisquear sobre la tanga, que rico, la lleno de besos y me pego a sus senos, me encantan sus senos, que tetas tan ricas. Meto mi mano bajo su tanga y la acaricio, ella suelta un suspiro, “que rico” y me dice “muy difícilmente llego la primera vez”, todo un reto para mi pienso, “ya veremos” le respondo. Y comienzo mi labor, besándola en esos labios carnosos y besándole el cuello bajando hasta su abdomen, comienzo a lamerle el cuerpo, que rico esta piel suave, tersa. Mi mano está en acción jugando con su clítoris, está caliente, su chocho está caliente y húmedo, puedo sentirlo y también siento como ella se retuerse muy disimuladamente. Le chupo los senos, esas tetas hermosas que me tienen loca y le lamo los pezones, acelerando mi movimiento de la mano, la abro y así le acaricio todo el chocho, “que rico” dice ella, “te gusta” le pregunto, “siiiiii”, con mi mano abierta puedo friccionarle el clítoris y los labios y le masajeo ese chocho que quiere explotar, empieza a convulsionar y yo acelero mi movimiento con más fuerza, sintiendo como sus jugos empapan mi mano, le empiezo a mordisquear las tetas y ella gime, “ahhhhhh” y suelta una risa, “de que te ries?” pregunto, y me dice “eres una tesa”. Susan se viene de una forma increíble como yo quería y al momento que yo quise. Nos quedamos abrazadas besándonos, sabiendo yo que no la volveré a ver.

Fue mi primera y única experiencia con una mujer y fue increíble. Es la experiencia más satisfactoria que he tenido.

 

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