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Semana santa en los roques | Relatos Eróticos de Lesbicos

Publicado por Anónimo el 30/11/-0001

Esto sucedió hace ya dos años, mis padres estaban de viaje a Francia y como yo estaba en épocas de clases no me pudieron llevar así que me quedé en casa de mi abuela paterna con mi hermano menor. Yo tenía 17 para ese entonces, yo era una muchacha que no imaginaba que algo así me iba a suceder, todo empezó cuando en casa de mi abuela suena el teléfono y un amigo de mi abuela nos invitan para un paseo por yate a Los Roques. Fuimos en Semana Santa después de recorrer dos horas de carretera y llegar a un club donde había un muelle y allí nos esperaba el señor, da la casualidad que el señor nos presenta a Cristina su hija de treinta años, llevaba el cabello castaño recogido y nos sonreía con una sonrisa delicada. Su bañador era de dos piezas y de un color rojizo, de caderas espectaculares y unos ojos violeta expresivos; cuando entramos al yate, nos sentamos en el sofá y empezaron a hablar, cuál sería mi sorpresa que Cristina no me quitaba la vista de encima pensé que era porque admiraba mi bañador azul pero me di cuenta que su mirada era de otra cosa.

Total que no le paré durante todo el recorrido por mar ella hacía todo lo posible por tocarme y yo trataba de adivinar qué se traía entre manos, llegamos a una playa de aguas tibias y mi abuela y el señor decidieron darse un baño, yo me quedé en el yate y me fuí a asomar por la proa del yate, me sorprendío ver a Cristina en topless acostada llevando Sol no perdí tiempo en poder detallarla: sus senos firmes estaban a la merced del viento, sus piernas torneadas estaban dobladas que se podían confundir con 2 montañas su cabello castaño estaba suelto y sus ojos violeta cerrados; era como ver a una diosa sumida en un dulce sueño no me asomé del todo porque tenía miendo de que ella sintiera que la observaba ese instinto se apoderó de ella porque enseguida se incorporó y me vió con sus ojos violeta yo con mi cara rojiza y muerta de desconcierto no supe qué hacer, si correr o disculparme. Lo sorprendente fué que ella no se colocó el sostén y se levantó, caminó hacia mí y me acarició la mejilla yo sin poderme mover escuché que ella me dijo:

-¿Me has estado viendo mientras me bronceaba?
-Ahhhh no, solamente que me perdí, estaba buscando el baño.
Ella soltó una carcajada y me dijo de manera provocativa:
-El baño está al fondo de ese pasillo.

Mi abuela no se dió cuenta del temblequeo que me dió con tal de que pasé toda la tarde disimulándolo volvimos al club al caer la noche y fuimos al hotel a arreglarnos, da la casualidad que de repente tocan la puerta de nuestra habitación y cuando fui a abrir estaba Cristina con una toalla, champú y jabón en las manos.
-Disculpa si las molesto, pero es que en el baño de la habitación en donde estoy no sale agua caliente.-dijo entrando a la habitación.
-¿Con este calorón te vas a bañar con agua caliente?-le dijo mi abuela de pronto.
-Estoy acostumbrada a bañarme con agua tibia no soporto el agua helada.- le dijo mientras me miraba de forma que me hacía incomodar.

Total que mi abuela bajó a cenar y yo me quedé en la habitación sola con mi hermano y Cristina quien se había metido en el baño al cabo de dos minutos mi hermano bajó a cenar diciendo que no me tardara mucho y quedé sola con Cristina dentro, de repente me dieron ganas de hacer pis y entré al baño en medio del vapor que no dejaba ver el excusado y cuando me senté a hacer pis Cristina corrió la cortina para tomar la toalla, ella me clavó sus ojos violetas y me dijo:

-No te sentí entrar.
-Lo siento, lo que pasa es que no pude aguantar las ganas de hacer pis. Disculpa si no toqué.
-Tranquila, veo que te incomodo.
-Sí, pues nunca había hecho pis con alguien al frente.
Me subí las bombachas, me bajé el vestido y bajé a cenar. Cuando llegué al restaurante del hotel, estaba mi abuela y el señor conversando, me senté y pedí algo de comer al cabo de media hora vi llegar a Cristina con un top sin tirantes color rosa y una minifalda negra que estilizaba sus anchas caderas se sentó a mi lado y me sonrió de forma provocativa, no pasó ni cuatro minutos cuando sentí que me acariciaba los muslos por debajo de la mesa, al principio me estremecí pero la sensación era tan placentera que opté por quedarme callada, inventé un pretexto para subir a la habitación le dije a mi abuela que se me había quedado la cartera, me levanté y vi que Cristina insistió en acompañarme cuando llegué al ascensor Cristina lo detuvo para entrar, marqué el piso y en la mitad de camino, Cristina paró el ascensor.
-¡Qué haces estás loca!-le dije sorprendida.
-¿Has tenido sexo con una mujer antes?
-No.-le dije viendo las fresas de sus pezones.
-¿Te gustaría que te hiciera el amor?-me preguntó
-Sí.
-¿Cómo tienes tu cosita?
Sus pezones estaban erectos y duros era como si fueran a explotar, ella se me acercó y me besó dejándome sin aliento su lengua se entrelazaba con la mía mi cosita empezó a mojarse, deslizó sus manos por mi cuerpo hasta llegar a mis nalgas que me masajeó suavemente luego dejó de besarme y desabrochó mi vestido éste rodó por mis piernas y como no traía sujetador me sentí incómoda, ella lo notó y me dijo:
-No te preocupes no muerdo.
Y comenzó a besar mis pechos yo gemí suavemente y ella empezó a moderlos y a lamerlos yo acariciaba su recogida cabellera que luego solté sin apuros, su cabellera castaña se deslizó hasta la mitad de su espalda mientras ella recorría mi vientre con sus labios eso me excitó más de lo que estaba. Con sus dientes me bajó las bombachas y éstas se deslizaron por mis piernas cayendo al suelo, luego besó mi cosita, mis muslos para luego subir a mi boca.
Luego bajó hasta donde estaba mi cosita, separó los labios cuidadosamente y jugueteó con mi clítoris hinchado eso fue de muerte lenta cuando lamió mi vagina y luego insertó su lengua en aquel orificio de mi cosita para luego juguetear con mi clítoris cuando sentí que iba a acabar le pedí que se detuviera pero ella se rehúsaba hacerlo así que tuve un delicioso orgasmo y acabé en su boca, tomó mis fluidos con su boca y luego me besó para dármelos de probar. Luego me dijo:
-Ahora te toca darme placer.
Le besé los pechos después de quitarle el top, ella gimió suavemente mientras me acariciaba la cabellera, bajé hasta su vientre y jugueteé un poco con su ombligo. Le quité la falda y luego le mordisqueé suavemente los muslos para luego quitarle la bombacha ella empujó mi cara hacia su vagina y empecé a juguetear con su clítoris erecto.
-Ay sí sigue Felicia.-me decía con voz jadeante
De sólo escucharla gemir y sentir su cadera moverse despacio me excitó tanto que me detuve y le pedí que nos acostáramos en el piso del ascensor para lamernos la vagina simultáneamente, yo le chupaba la vagina mientras ella me chupaba la mía después de dos horas en el ascensor tuve en ese transcurso 5 orgasmos y ella 4 estuvimos chupándonos hasta que se nos enrojeció la cosita. Luego tomamos nuestras ropas y nos vestimos y nos pusimos a esperar a que nos sacara del ascensor, cuando por fin pudimos salir, ella me dió un cálido beso y me dijo para vernos en otra ocasión.

 

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