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Movida lésbica en la piscina | Relatos Eróticos de Lesbicos

Publicado por Anónimo el 28/02/2007

Es la primera vez que escribo aquí, así que, espero que me digan como lo hago.



Mi historia es con mi mejor amiga, algo que pasó hace como dos meses. Me llamo Jewel y ella se llama Ana.



Primero que nada, mi vida ha sido literalmente una mierda, mis padres se separaron cuando tenía 6, y una de las veces en que fui a visitar a mi papá a Concepción (ciudad a 8 horas de donde yo vivía), el chofer de mi padre me violó. Me cuesta mucho hablar de eso, pero con el pasar de los años me ha servido mucho todo el apoyo de mis amigos, y por eso pongo otro nombre, supongo que aún me cuesta hablar del tema. Pero esa no es la historia que vengo a contar, sino lo que pasó años después con mi mejor amiga. Según yo y mi psicóloga, este suceso en mi vida me llevó a tener una tendencia sexual distinta, o sea, lesbiana. Mi mejor amiga lo sabía, pero nunca dijo nada, siempre me apoyó en todo ya que suelo tener pesadillas por la noche y despertar llorando.



Ella tiene un cuerpo espectacular y yo me paso todo el día tocándola y abrasándola, es normal en nosotras, aunque nunca he sabido si le gusta, como a mí, que esto pase. Siempre le digo ''te amo mi amor'', y ella me contesta lo mismo, pero para ella y para mí ,siempre fue de amigas hasta que yo comencé a sentir algo más, necesidad de verla todos los días, de sentirla conmigo…



cada vez que se viene a quedar a dormir en mi casa, duerme en mi cama, abrazada conmigo y siempre que me despierto estamos tomadas de la mano y con nuestras piernas enredadas. Ese día estábamos solas en la piscina del colegio, nos habíamos quedado para estar juntas un rato, ya que con los estudios se nos acortaba el tiempo. Me encanta verla caminar por el borde de la piscina y yo creo que a ella también le gusta verme a mí, ya que también siempre me anda tocando y chiflando. Se lanzó al agua y llegó hasta mi, me abrazó y me susurró en el oído ''te amo mi niña… no sabes cómo te amo''. Su aliento caliente en mi oído, sus manos sobre mis muslos y sus pechos tocando los míos, me excitó demasiado. Fue algo que no pude evitar, mis pezones se erectaron y cuando ella lo notó, me los tocó y comenzó a jugar con ellos riendo.



- Son muy bonitos, ¿no?- dijo como avergonzada luego de que yo la observara.



- Son más lindos los tuyos, -no podía parar ese juego de seducción que comenzó entre ambas. Mi mente me decía que no podía ser ya que éramos amigas… pero nadie puede negar que con nuestros juegos aparentábamos ser más que amigas, esos juegos de tocarnos todo… ¡pero yo siempre quise algo más! Y ahí estábamos las dos, excitadas la una con la otra… me pude dar cuenta al mirar sus pechos. Se acercó a mí y me besó muy cerca de los labios, comenzó a acariciar mi cabello y sus manos recorrían mis muslos, parando de vez en cuando en mi vagina. Yo no sabía dónde meter mi excitación, necesitaba calmarla y comencé a tocarla también, le besé el cuello lentamente para ver si le molestaba, pero vi como echaba su cabeza hacia atrás y dejaba escapar uno de esos gemidos que tanto me gustan escuchar de su boca.



- ¿Qué estamos haciendo? -me preguntó con voz entrecortada mientras mordía sus labios cuando yo tocaba sus pechos.



- Lo que tú empezaste, yo lo termino -susurré en su boca, antes de besarla.



No me atreví a besarla muy marcadamente al principio, pero luego ambas estábamos tomando el rostro de la otra y sentíamos la batalla de nuestras lenguas, tocándose, explorando la boca de la otra. Sus manos desabrocharon mi bikini y comenzó a tocarme y a besarme las tetas, yo no podía aguantar un gemido, un suspiro… pero nos podían descubrir y para mi sorpresa esa idea me excitaba más. Ella me besaba todo el cuerpo y yo la tocaba, sentir su piel ardiente bajo mis manos era hermoso y todo nuestro deseo se estaba juntando, ¡pero ninguna sabía que hacer!. Para ambas era nuestra primera vez con una mujer, incluso para mí, fue mi primera vez con una persona.



Nos dejamos llevar por nuestro deseo, nuestras manos llevaban el ritmo de nuestros corazones y seguían sus latidos, como yo soy más fuerte que ella la tomé de la cintura y la saqué de la piscina besándola, mientras le sacaba todo el bikini y ella la parte que me quedaba a mi. La recosté sobre mi toalla, me senté sobre ella y comencé a besarle todo el cuerpo, fui bajando por su plano estómago, memorizando cada centímetro de su piel, tocándola toda. Llegué a su entrepierna, no sabía que estaba haciendo ni qué iba a hacer, pero me dejé llevar. Lé besé la entrepierna y al parecer casi murió de placer, se encorvó mordiendo sus labios y emitiendo un gran gemido,

comencé a explorar con mi lengua su interior, era exquisito y más hermoso era escuchar sus gemidos y palabras de amor para mí, palabras excitadas…



Con los dedos comencé a ayudarme, a moverlos constantemente, subí el ritmo, seguí sólo con mis dedos y subí a su rostro para besarla, ella movía sus caderas, aquél movimiento me excitó y su rostro inundado de placer hizo que me mojara como nunca antes y con mi lengua intenté calmar sus gemidos.



- Te amo, te amo, te amo -susurraba entre gemidos y suspiros. Al parecer la hice llegar al cielo, se quedó quieta y besé su rostro, su cara, sus hombros, sus pechos…



- No sabes cómo te deseaba mi niña -le susurré al oído, mientras ella tomaba mi rostro y salvajemente me besaba, me dio vuelta y comenzó a seducirme, a tocarme y a besarme. Me estaba provocando, pues cuando acercaba su mano a mi entrepierna la rozaba, nada más, me mojaba más que antes pero no pude hacer nada, estaba ella sobre mí y sentí que me iba al cielo sólo por placer. Me hizo el amor, yo se lo hice a ella. Hicimos el amor tantas veces que no nos podíamos mover…







Tenemos muchas más historias desde entonces. ¿Si ella es lesbiana?, no lo sé, sólo sé que la amo como mejor amiga, como amante, como novia, como todo.

 

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