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Safari con una ninfomana | Relatos Eróticos de Orgias

Publicado por Anónimo el 30/11/-0001

Este relato sucedió en Kenia, en un viaje que hice por allí, fui a un Safari, el cual consistía en ir con un grupo de cazadores, que tenían un contrato legal con un zoo, le facilitaban los animales, y mientras los turistas observaban ese mundo. El grupo era de unos quince, la mayoría chicos, y solo una pareja, nos presentaron a los cazadores, al frente estaba una chica, se llamaba Maite, era española, rubia, de complexión fuerte, estatura media, delgada, con senos medianos, solía ir con un pantalón muy corto y una camisa, todo ello marrón. El primer día, nos dijeron que íbamos a ir a ver a los leones, para ver cual era el que nos interesaba, la manada de leones descansaba plácidamente al lado de un charco, había cuatro machos y siete hembras, un león destacaba, era más grande y con melena larga. Después vimos otras especies de animales y tras ver esto, la caravana para pasar la noche se instaló a pocos kilómetros de los leones. Al anochecer empezamos a cenar todos, nos sentamos formando un corro y hablamos del trabajo del día siguiente. Una vez que finalizó la cena, nos fuimos a las tiendas, observando como Maite agarraba a uno de los excursionistas, argentino, y se lo llevó a su cama. Al día siguiente, mientras desayunábamos la gente de la excursión, él nos contaba a unos pocos lo que hizo la noche antes, nos dijo que entraron en la tienda, casi sin saludarse, ella le desnudó rápidamente, lo tiró al colchón, y empezó a chuparle la polla velozmente, decía que tardó poco en correrse, entonces Maite le miró enfadada, momentos después se desnudó ella, dejando ver su voluptuoso cuerpo, sus pechos, su gran culo, su coño poblado de bello rubio, entonces nos dijo que ella se puso de rodillas encima de la cara de él y éste empezó a chuparle la raja, pero por lo que se veía a Maite no le gustaba como él lo hacía, pues no tardó mucho en quitarse, para volver a tirarlo al suelo, y a continuación ella sentarse encima de él, nuevamente el chico no aguantó mucho con la rubia, y Maite lo echó.
Una vez terminado el desayuno, partimos, a Maite se le veía muy cabreada hoy, le gritaba al resto de los cazadores de su grupo, cazamos varias aves y un par de gacelas, y fuimos nuevamente a observar los leones, para saber por donde andaban, al atardecer retornamos al campamento. Por la noche, de nuevo nos pusimos en coro para cenar, cuando terminamos cada uno se fue a su tienda, pero esta vez Maite cogió de la mano a un inglés del grupo.
A la mañana siguiente este se puso a hablar con la gente que lo entendía en su idioma, y aunque no me enteré de casi nada, la gente decía que el iba diciendo que se lo habían pasado muy bien, pero que ella era insaciable, fuimos a por unos cuantos rinocerontes, y volvimos al campamento para almorzar, tras esto, en la siesta, Maite nuevamente fue a buscar al chico al que le había echado el ojo, esta vez un portugués, el cual le dijo que solo no iba, que su amigo también tenía que ir, ella sin problemas aceptó, y se metieron en su tienda. Ellos cuando salieron nos dijeron que esa chica era una ninfomanía, que era insaciable, que hizo con ellos lo que quiso, que le chuparon los dos el culo y el coño, que se la metieron por los dos sitios, que se la metieron los dos a la vez, pero que no lograron dejarla exhausta.
Por la tarde, salimos a explorar el terreno cercano a los leones, el momento de la caza estaba próximo, y el plan casi listo, y una vez esto realizado, retornamos a cenar, comimos en coro como siempre. Por la noche, esta vez Maite cogió a dos hombres y una mujer, eran argentinos también los tres, le había gustado lo de los grupos, nunca tenía problemas para escoger puesto que todos estábamos ansiosos por follar con ella, además era bastante guapa, y su fama de ninfomanía le daba mucho morbo.
Al día siguiente, uno de los chicos, con el cual hice bastante amistad, me contó lo que sucedió la noche anterior, decía que ella ordenó que se desnudasen los dos chicos, que se las chupó, después se denudó ella, que era impresionante, y que se la fueron metiendo, primero él y después el otro, mientras descansaban cogió a la chica para que le chupase el coño, para que no se enfriase, que le agarró la cabeza a la chica, y que se la apretó contra su coño, refregándosela arriba y abajo, jugando con la cabeza de la chica, para que cuando se repusieron, nuevamente se la follaron los dos.
Tras desayunar, ella nos convocó a todos, nos dijo que hoy era el día en que iban a cazar al león, Maite formó varios grupos de cuatro personas, yo caí con ella, y con dos franceses, nuestro grupo iría a vigilar la trampa y los demás llevarían a los leones hacia allí, podía haber un trayecto de una hora. Nos colocamos en los alrededores, detrás de unos arbustos, en parejas de dos, yo y un francés, y el otro con ella, pero ambas parejas nos veíamos, la trampa estaba en un camino. Llevábamos unos minutos tirados en el suelo esperando cuando Maite empezó a tocarle la polla a su compañero, el cual se resistió al principio pero acabó sucumbiendo, él se desabrochó los pantalones y se los quitó, se bajó los calzoncillos y se sacudió la verga para que cogiera consistencia, Maite mientras tanto, se abrió la camisa que llevaba, se quitó el sujetador y dejó al descubierto sus pechos, él empezó a chuparle los pezones y a bajarle los pantalones. Nosotros éramos testigos con una inmejorable situación, ella sabía que los veíamos pero no le importaba, de un tirón le rompió las bragas y en el suelo la tumbó, le separó las piernas y se la metió, la polla del francés estaba taladrándola, en cada sacudida le proporcionaba bastante placer, hasta que él llegó al orgasmo y empezó a soltar chorros de semen. Maite se incorporó y chupó ansiosamente las últimas gotas del pene, después le lamió el tronco y se la metió en la boca, y empezó a resucitarla, hasta que lo logró, y volvió a ponerse firme, se la sacó de la boca y se puso a cuatro patas, apoyó la cara en el suelo y con las manos se separó los labios vaginales, el francés empezó a palparle las nalgas, introduciendo un poco un dedo en el culo, Maite le dijo que eso es lo que tenía que hacer, se le escuchaba perfectamente, luego se lo metió en el coño y empezó a moverlo en círculos, ella cerró los ojos y empezó a disfrutar del momento. Tras esto, él, le agarró las tetas y le clavó su polla en el coño, empezó a moverse compulsivamente y a bufar ruidosamente, ella jadeaba cada vez con más fuerza. Nadie prestaba atención al león y la trampa, ellos estaban en lo suyo y nosotros éramos los espectadores, hasta que él soltó su semen y Maite inmediatamente se corrió intensamente, segundos después abrió los ojos y vio como el león estaba bajo la trampa, se subió los pantalones apresuradamente, y se puso la camisa un poco, los pechos se les veían, y las bragas rotas estaban en el suelo, llegó a la cuerda, y soltó la trampa, y en el límite cazó al león, se arregló la camisa adecuadamente y los demás grupos fueron llegando. Tras esto llegamos al campamento, estuvimos todo el día por allí, Maite sola no salió de su tienda en todo el día, estaba cabreada, cuando cenamos nos fuimos a dormir, pues al otro día emprendíamos la vuelta para ir a vender los animales, era el último día de safari. Estando dormido, y siendo ya de madrugada, entró en mi tienda una chica, me dijo que saliera, lo hice y era Maite, me agarró la mano y me llevó a su tienda.
Una vez allí, me desnudó apresuradamente, se tumbó en el colchón, se quitó la ropa y por un rato me contempló, después me dijo que yo era el único español del grupo, que a ver como dejaba el pabellón. Se levantó y se acercó a mí, me besó y me cogió firmemente el pene, pasó la mano por mis testículos, estaba caliente ya, para variar, le aparté las manos, me tumbé en la cama, se puso encima, pasé mis dedos por su mojada rajita, y se metió mi pene, ella soltó un gemido. Inmediatamente empezó a botar, quería sentir mi miembro dentro de ella, pero para mi sorpresa, a los pocos saltos ya estaba corriéndose y gritando de placer. Tras esto, me levanté, la lancé al suelo, ella cayó a cuatro patas, me puse detrás y la penetré bruscamente por el coño, tras esto, empecé a darle fuertemente, hincando profundamente mi verga, Maite tenía que hacer fuerza con los brazos para no irse hacia delante, hasta que ella nuevamente llegó a otro orgasmo, que coincidió con el mío, el semen comenzaba a llegar, la verga empezó a bombear semen, yo gemía levemente, la leche empezó a salir de su coñito y a caer al suelo cada vez que le daba un empujón, las sacudidas eran más intensas y espaciadas, hasta que con una de ellas Maite se soltó, llenando su culo, coño y piernas con lo que quedaba. Tras esto, Maite se quedó sentada mirándome, con cara de rareza, con sus senos desnudos, su rubio coñito, y debajo un pequeño charco de semen, mi pene no bajó mucho, estaba de pie.
Al rato, se levantó, con una toalla se limpió su raja, y caminó hacia mí, agarró mi pene con la mano, y se lo metió en la boca, se entretuvo un rato, por los lados, metiéndosela entera, quitándome los restos de semen, seguidamente Maite me puso el coño en mi boca y ella empezó a comerme de nuevo la polla, haciendo un sesenta y nueve, me dediqué a lamerla y a meterle levemente mis dedos, ella le daba lengüetazos a mi miembro. A continuación, me tumbó en el suelo, Maite se sentó en mi polla y volvió a botar, estuvo así hasta que nuevamente se corrió, se quitó de encima y se limpio con la toalla. Descansó unos minutos, hasta que se sentó a mi lado, acarició mi pene, hasta que nuevamente se puso encima de mí, y empezó a botar, sudábamos mucho, ella no tardó en volver a correrse, era una mujer multiorgásmica, después se tumbó a mi lado, dándome la espalda, la abracé por los pechos, le di besos en el cuello, y con la polla empecé a entrar de nuevo en ella, lentamente, hasta que de forma lateral empezamos a follar más rápidamente, gemíamos los dos, me movía y ella pasiva recibía, hasta que ambos llegamos al nuevo orgasmo. Después de esto quedamos descansando un rato tumbados en el colchón.
Descansamos una hora, y tras esto, cogí la toalla, le limpié su enrojecido coñito, y la desperté lamiéndole el coño, ella abrió los ojos y me miró como diciendo basta ya, no le hice caso, la tumbé boca arriba, y volví a tirármela, ella no tenía fuerzas para nada, quería dormir y descansar, no hacia nada, aunque de vez en cuando soltaba pequeños gemidos, hasta que Maite se animó, me indicó que estaba un poco lastimada, que cada vez le dolía más el coño, después me dijo que mejor que follásemos ahora por el culo, que tenía la vagina quemada, yo acepté.
Se puso en cuclillas y se esparció un poco de semen por la entrada del culo, luego se lamió el dedo anular y empezó a introducírselo muy lentamente por el ano, hasta que se lo metió hasta el fondo, lo dejó dentro unos minutos para que se dilatara, después se lo sacó, se puso a cuatro patas y repitió la misma operación pero con un dedo mío. Cuando Maite creyó que estaba bien dilatada, me sacó el dedo, me chupó un poco la polla, para lubricarla más, y me dejó hacer, situé mi polla en la entrada del culo, y metí con mucha delicadeza la puntita, ella gritó de dolor. Fui metiéndosela lentamente, con largos espacios de tiempo entre centímetro, ella soltaba en cada movimiento grandes alaridos, pero le gustaba, era una buena puta, ninfómana insaciable, la verga entraba lenta pero de forma constante, al poco tiempo estaba toda dentro, repetí varias veces la operación, hasta que su culo ya aceptaba bien mi verga, entonces empecé a darle lentamente, Maite arañaba el suelo, gritaba desgarradoramente, gemía de placer, le estaba partiendo más aun su roto culo, le gustaba, se corrió nuevamente, yo aceleré más, ella gritaba dolorida, hasta que minutos después, nos corrimos los dos, inundé su culo, momentos después saqué mi polla, y su culo empezó a vomitar semen, su ano estaba destrozado, abierto, enrojecido. Tras esto, nos tumbamos en el colchón y nos dormimos al rato agarrados.

 

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