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Descubrio mi punto G | Relatos Eróticos de Primera Vez

Publicado por Anónimo el 30/11/-0001

Primero me presentaré, me llamo Sam, soy una chica joven, tengo pareja estable desde hace un tiempo, y nuestra sexualidad es bastante buena. Yo aun soy virgen, pero aun así he llegado bastante lejos con él. La verdad es que él, mi novio, que se llama Juan, tiene más experiencia que yo. Él no es virgen y ha estado con bastantes chicas, y yo siempre pensé que era él quien me enseñaría el sexo, pero me equivoqué.

Mi primera experiencia con él fue un poco... precipitada. Sin pensárselo se sacó la ropa, me la sacó a mi, y tras preguntarme una sola vez si estaba bien (a lo que respondí que sí un poco aturdida por la rapidez) ya quería penetrarme. Cómo yo siempre he sido católica cristiana se lo negué rotundamente, y entonces se conformó con que le hiciera una paja con la mano (y perdón por hablar de forma tan basta). Él, según decía, quería compensarme, y sin miramientos me metió el dedo. La verdad a mí me dolió, estaba nerviosa, y nada excitada. Así fueron unas cuantas veces, él me metía un dedo a saco y yo le hacía mamadas o pajas con la mano. Yo alguna vez le hice una clase educativa... le expliqué los puntos que más placer daban, qué era el clítoris, y qué era el punto G, aun así fue inútil. Hasta que me harté, yo sola en mi intimidad me daba muchísimo más placer que con él y eso no podía ser. Decidí que la próxima vez estaría más pendiente de mi propio placer que del suyo porqué yo también tenía derecho a gozarlo.

El sólo empezar ya se quitó el pantalón y me puso mi mano en su pene. Yo la aparté, y él creyó que no lo había entendido, pero yo volví a apartar mi mano y con cara de enojo me preguntó que sucedía. Primero diré que yo siempre he sido muy caliente, aun no haber perdido la virginidad, ya que para mí no todo es meterla. Bueno, seguiré, le miré con cara de picardía, y me aparte de él muy sensualmente y le dije:

- Hoy... vamos a jugar.

Enseguida me aparté, y él intentó cogerme, pero yo me fui. Él sin entender me siguió, pero yo no dejaba que me cogiera. Cada vez que me cogía, le dejaba que me quitase una parte de ropa y yo le acariciaba muy sensualmente. Al parecer le gustó el juego, ya que cada vez estaba más excitado. Así estuvimos un ratito, comportándonos como niños por la habitación, hasta que el no pudo más y me tiró bruscamente a la cama empezando a acariciarme muy fuerte y justo cuando iba a poner la mano en mi coño, cerré de golpe las piernas y le dije de nuevo:

- Ah no... te dije que no quería correr!

Él se dio por vencido, y decidió tomar él la iniciativa.

- Ah si? ¿Quieres jugar conmigo, eh? Pues ahora, voy yo a jugar contigo.

Tras eso se puso encima de mí, con su pene entre mis pechos, y me inmovilizó las manos (él siempre ha tenido mucha mas fuerza que yo). Yo me asusté un poco porqué a veces él pierde el control, pero no podía soltarme. Gracias a su fuerza, consiguió aguantar mis dos manos sólo con una suya, y empezó a pasarme un dedito por los pechos con la cara encendida, sin controlarse... nunca le había visto así.

- ¿Qué te parece el juego?

Dijo el malvadamente mientras yo intentaba soltarme. Y sin dejarme marchar empezó a chuparme los pechos (son un poco pequeños, pero muy firmes y redondos y a él siempre le han encantado mis pechos) y yo empecé a excitarme, esa dominación me ponía mucho. Siguió así un rato y luego empezó a bajar más... hacia mi coñito... sin depilar. Empezó a chuparlo. Pasó su lengua por mi clítoris, y no se cómo se le ocurrió pero con una mano acarició muy suavemente mi ano, mientras empezó a introducirme su lengua en mi vagina. Me sorprendí muchísimo, ¿Dónde había aprendido todo eso? Pero mi excitación pudo más y empecé a gemir, no podía más. Así estuvo un rato, y aunque me producía mucho placer, siempre me ha costado llegar a los orgasmos. Luego cuando se cansó yo estaba tan excitada que le cogí su pene con mi mano pero me apartó él ahora.

- Te dije que ahora jugaría yo contigo y te voy a hacer lo que me plazca.

Yo no tuve más remedio que aceptarlo, y en el fondo me moría de ganas que me hiciera suya porqué me tenía al límite de excitación. Empezó a besarme, su boca sabía a mis jugos. Empezó a acariciarme muy lentamente, yo estaba excitadísima, esta vez le hubiera dicho que me lo metiera de una vez pero sus besos me impedían hablar.

Al cabo de un rato de acariciarme el clítoris, pasó a la acción. Me metió el dedo, y de golpe, una oleada de placer recorrió todo mi cuerpo, algo que yo nunca había notado antes, era muy fuerte, y provenía de mi vagina. Había presionado, dentro de mi vagina, mi punto G. Solté un gemido de placer, y él sonrió complacido, y empezó a hacer pequeñas presiones, como un vibrador. Nunca había sentido nada igual y ya no era dueña de mi. Empecé a acariciarle el pecho muy fuerte y a chuparle toda la zona del pecho y a besarle con pasión mientras él seguía con su jueguecito. Pero... cuando estaba a punto de llegar al clímax, al tan esperado orgasmo, él retiró el dedo y me quedé con las ganas. No entendí porqué, pero sin pensarlo me lancé y le hice la mamada de su vida, él gemía de placer y tuve que parar unas cuantas veces porque si no se venía y aún no quería acabar.

Luego él intentó penetrarme, pero yo le dije que no, pues aun tenía miedo de la penetración. Entre caricias y besos intento volver a meterme el dedo... pero llegaron mis padres! Que inoportunos eran! Así que nos vestimos rápidamente mientras arreglábamos un poco mi habitación y bajábamos a saludar como si nada hubiera pasado.

Les digo que yo sola luego me excitaba cada vez que lo recordaba y fui descubriendo el arte de la masturbación, sin aun llegar al orgasmo. Espero que el mito del clímax llegue pronto!!

Espero que les haya gustado. Ya explicaré mis nuevas aventuras y si he llegado al orgasmo o no.

 

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