Relatos Eróticos Primera Vez

Disfrutando de la primera | Relatos Eróticos de Primera Vez

Publicado por Anónimo el 30/11/-0001

Soy yo nuevamente (el mago), contándoles ahora como fue mi primera vez con una mujer, la que hizo olvidar mis pensamientos sobre lo sucedido anteriormente y disfrutar de mi primera vez con una mujer, de forma increíble. Y darme cuenta que disfruto más de las mujeres.

Después de lo ocurrido aquel día (lo pueden leer en “Descubriendo el sexo con mi mejor amigo”) yo regrese a mi casa con la cabeza llena de pensamientos encontrados, por un lado, a mí me encantan las mujeres y jamás me había pasado por la mente la idea de tener relaciones con otro hombre, pero por el otro, había disfrutado de mi primera experiencia sexual con mi mejor amigo, y me había gustado, Descubriría que me gustan más las mujeres (aunque no descarto la opciones de disfrutar de vez en cuando de encuentros calientes con hombres).

En fin llegaron las vacaciones de ese año, los encuentros con mi amigo se habían limitado a pajas y toqueteos, y entonces, mi mamá me obligó a trabajar como vendedor de artículos de cocina, pero bueno eso no es lo importante, sino que en el lugar en que trabajaba se conocí a una chava, muy bonita, me gusto desde el instante que la vi. Ella era un poco más pequeña que yo de estatura, teníamos la misma edad, delgada, ojos oscuros, una mirada muy penetrante, que cautivaba y el pelo color negro. Se dirán, nada fuera de lo normal, pero lo que más llamaba la atención era su personalidad, era muy entusiasta, muy animada y emprendedora, además de guapa, era inteligente.

Pero bueno, le empecé a hablar, y nos caímos muy bien, nos gustaba el mismo tipo de música, los mismos artistas, etc. así que un día la invite a bailar un sábado. Llegamos a la disco, y ella estaba más despampanante que nunca, yo quede boquiabierto en cuanto la vi, pero en fin, entramos y empezamos a bailar (Que forma de moverse!). Ella cada vez se pegaba más a mí, su culo lo ponía sobre mi verga que para que les cuento, ya estaba en su máximo esplendor y lo movía en forma circular, de arriba para abajo y de regreso, y claramente ella ya había notado que mi bulto había crecido en gran medida, así que alzó sus manos para atrás y me abrazó por detrás de la cabeza, acerco su boca al oído y me dijo que le encantaba sentirse así, que me pegara más a ella para sentirlo mejor (y por supuesto así lo hice), ella paso atrás de mi y me abrazó por la cintura, sentía su respiración muy cerca de mi cuello, creo que no podía haber un estado mayor de excitación que el que sentía en ese momento (claro, eso fue en ese preciso momento), después, ella jaló mi cara hacia su cara y nos dimos un gran beso, que no tengo idea de cuanto duro, pero de lo que estoy seguro es que fue delicioso, nuestras lenguas jugaban en nuestras bocas y exploraron hasta el rincón más lejano al que podían llegar, entonces después de separarnos, yo me voltee y le bese el cuello, ella dio un grito, que solo yo pude oír por lo alto de la música.

Después, ella me beso el cuello y continúo subiendo, me paso detrás de la oreja (un punto en donde me encanta sentir la humedad de la lengua de una mujer hermosa) lo cual me excitó más, se pego más a mí y a través de su blusa pude sentir lo duro de sus pezones, que parecían volcanes a punto de estallar. Y ella pudo sentir más lo duro de mi verga que sino fuera por lo oscuro del lugar, a muchos metros de distancia se notaría cuan excitado me encontraba. La bese nuevamente, y esta vez mis manos empezaron a descender muy lentamente por su espalda, hasta llegar a su hermoso culo, del cual disfrute tocando la firmeza y lo grande que lo tenía, después le dí la vuelta, le bese detrás del cuello, le subí los brazos y empecé a tocar sus manos, baje por sus brazos, cuando llegue a sus tetas, que no las tenía muy grande, pero sí muy firmes, pase mis manos solamente rozando, sutilmente la toque, ella respiraba muy rápido, mientras yo continuaba en mi descenso, hasta llegar a su cintura, la abracé y le di nuevamente otro beso, mis manos continuaron deslizándose, por sus muslos primero en la parte exterior, y luego por adentro, pero son tocar su sexo, el cual solo rozaba muy sutilmente, y ella suplicaba por que la tocara, nuevamente mis manos subieron, hasta llegar a sus tetas, las que esta vez, toque de verdad, entonces ella dio un gran suspiro de placer y sus manos rodearon mi cintura y yo baje mis manos y las metí entre su pantalón, tocando una pequeña tira de tela, baje un poco más mis dedos y pude sentir su piel suave y delicada, estaba completamente depilada.

Ella se volteó, sacó mis manos y me abrazó, paso sus manos por mi pecho y me desbrochó algunos botones, metió sus manos por dentro de mi camisa y me apretó los dos pezones, yo sólo di un suspiro de placer, saco sus manos y continuo bajando, mientras yo tenía las manos en su culo, pero cuando llego a mi cintura las volvió a subir, como si tuviera miedo de algo, entonces yo tome una de sus manos, y la conduje muy suavemente por mi pecho, pase mi abdomen y entonces la agarre firmemente y le metí la mano entre mi pantalón y entre mi slip, llegando hasta mis pelos, ahí la solté, ella tenía cara de asombro, pero también mezclada con gran placer.

Por un momento se quedó quieta, pero rápidamente movió sus dedos, jugando con mis pelos, bajo un poco más la mano y tocó mi verga, en ese momento un escalofrío recorrió todo mi cuerpo como corriente eléctrica y solo un gran suspiro salió de mi boca. Era tal mi grado de excitación que estuve a punto de acabar, no sé ni como pero me logre contener. Ella empezó a sobar todo mi ser (por supuesto me refiero a mi verga y a mis huevos) primero con delicadeza y luego con pasión, incluso me dolió un poco, pero sobre todo me puso más excitado, por mi verga salía gran cantidad de líquido preseminal. Yo que hasta ese momento había permanecido completamente quieto disfrutando únicamente de sus caricias empecé a mover nuevamente mis manos y fui directo al grano, metí mi mano entre su pantalón y sentí su sexo caliente, su clítoris estaba muy duro y se lo apreté, ella dio un gran grito que se ahogó entre el ruido de la gente y lo alto de la música.

Baje un poco más mis dedos e introduje uno en su vagina, estaba super caliente y de inmediato mojó completamente mi dedo, saque mi mano y la lleve hasta su boca, ella me lamió el dedo y después nuevamente baje y lo introduje, ella seguía sobando muy lentamente mi verga, lo saque y esta vez probe yo sus jugos, no era un sabor extraordinario, pero tampoco me desagrado.

Ella se acercó a mi oído y me dijo que necesitaba ir urgentemente al baño, yo acomodé mi verga entre mi pantalón de tal forma que no se notara mi erección, pero era más que imposible hacerlo.

Fuimos hasta la mesa en que estabamos, donde habían otros amigos que nos habiamos encontrado (bueno, amigos de ella) y ella se dirigió al baño. Al regresar, sonó su celular en su cartera, era su mamá que le decía que tenía que regresar ya a su casa, yo no quería, ni ella tampoco, pero no le quedaba de otra. Se despidió de mí con un beso en la mejilla y se fue. Al poco tiempo yo también decidí irme porque ya no tenía más motivos para quedarme. En cuanto llegué a mi casa lo primero que hice fue meterme al baño y hacerme una gran paja, mis pensamientos estaban centrados en ella que me había excitado tanto. Acabé y me fui a dormir. El lunes siguiente que nos vimos en la oficina todo fue normal, como si nada hubiese pasado. Así paso toda la semana y nada, apenas nos hablábamos a la hora de almorzar si tenía suerte, la invite a salir nuevamente el fin de semana, pero no podía porque tenía que viajar al interior de la República. Así que pase un fin de semana solitario, recordando los momentos vividos el sábado anterior y haciendo me mil pajas.

Estábamos a principios de Diciembre, y los convivios navideños empezaban, y en la oficina no fue excepción. Decidieron celebrar el convivio en un centro de recreación, un día miércoles (imagínense, ellos pensaban regresar a trabajar el jueves y con que cruda). Llegamos al lugar y para nuestra mala suerte, el lugar se encontraba cerrado los miércoles, nadie se tomó la molestia de llamar para preguntar, ya que no teníamos ninguna reservación ni nada por el estilo, solo habían pensado en pasarnos un buen rato lejos del trabajo, nada en especial.

Al ver frustrados nuestros planes, cada uno optó por irse a su casa sin remedio; así que yo también y dormir un poco, descansar, pero vino K... y me dijo que ella a vivía a unas cuadras del lugar y que me invitaba a su casa a pasar un buen rato, pero no fuimos solos, también los otros vacacionistas nos acompañaron.

Cuando llegamos a la casa no había nadie (sus padres trabajaban y su hermano mayor trabajaba todo el día y en la noche asistía a la Universidad); jugamos cartas, platicamos de casi todo y así transcurrió toda la mañana, a la hora del almuerzo, todos habíamos decidido partir, a comer, pero todos se fueron y K.. me pidió que me quedará un rato más, yo sin más ni que me quede, platicamos un rato más, estabamos sentados en la sala, ella en un sillón y yo en otro, ella se levanto y me dijo si quería tomar algo, yo le acepté un jugo, fue a la cocina a traerlos y cuando regresó se sentó a la par mía, nuestras piernas rozaban y ya no había más que decir, dejamos los jugos por un lado y nos dimos un gran beso.

Ella se sentó en mis piernas y me quitó la playera, mi verga ya había reaccionado y me dolía de tenerla prisionera entre mi pantalón. Continuamos besándonos y ella se movía en forma circular sobre mis piernas y principalmente sintiendo mi verga. Ella se desabrochó unos botones de la blusa que llevaba y yo desabroché el resto. Contiamos besándonos, a través de su brasier yo podía sentir lo duro de sus pezones en mi pecho. Ella se quitó el brasier y por fin pude apreciar sus pequeñas pero muy firmes tetas, sus pezones apuntaban hacia mí y parecieran que quisieran explotar, pase mis manos por su espalda y las acerque hasta llegar a sus tetas, las sobe, las toque, las sentí entre mis dedos y después acerque mi boca y por fin las pude probar. Lamí sus pezones y después los mordí, ella daba grandes y largos gemidos del gran placer del que la estaba llenando.

Subí lentamente por su cuello, explorando con mi lengua cada parte de su piel, después la bese nuevamente, ella se acercó a mí oído y me confesó su más grande secreto, ella era virgen y deseaba hacer todo conmigo, situación que me puso toda más caliente.

La bese tiernamente y le dije que se relajara, que todo iba a salir bien y que no ibamos hacer nada que ella no quisiera. Como yo no estaba preparado para la situación le pregunte que si en su casa habían condones, a lo que ella respondió afirmativamente y fue corriendo al cuarto de sus papás a traer una cajita. Cuando regresó me quito el pantalón y de una sola vez me quito mi boxer, mi verga salto directamente hacia ella, ella abrió más los ojos y lentamente acercó su mano me toco suavemente, yo simplemente cerré los ojos y la deje hacer ella empezó a mover mi prepucio de arriba para abajo dejando al descubierto mi glande, yo le dije que por favor me la chupara pero ella no quiso, dijo que no le provocaba.

Entonces yo la levante, le baje el pantalón y la admire, llevaba una tanga color blanco que apenas cubría lo necesario y se notaba que estaba muy mojada, se la quite y nuevamente la vi fijamente, tenía solo un pequeña capa de vellos que la hacían ver muy hermosa, la acerqué a mí, saque un condón y me lo puse, la senté sobre mis piernas, apunte mi verga hacia su chochito y lentamente se lo fui metiendo, al principio me costó mucho que entrará, a pesar de que estaba bien mojada, casi empapada. Incluso me dolía un poco tanta presión que me hacia. Ella respiraba muy fuertementente y gemía, creo que era más de dolor que de placer.

De pronto sentí que tenía un tope, así que pensé que en ese momento tenía que empujar más fuerte (ya en el colegio un profesor nos había explicado que cuando una mujer es virgen y tiene su primera relación sexual, se debe romper el himen. Creo que nunca les había mencionado que estudiaba en un colegio católico y sólo para hombres), la deje así un momento le dije que se tranquilizara que respirara profundamente, que iba a empujar más duro y que le dolería un poco, pero que rápidamente pasaría y todo sería puro placer.

Empuje y ella dio un gran grito de dolor, a mí también me dolió mucho, pero le dije que se calmará y se relajará; ella me pidió que la sacará e intentó safarse pero yo la abracé y la becé, le dije que pronto pasaría, y le dije que la quería mucho que me había gustado demasiado desde el primer momento que la vi.

Paso un rato y el dolor empezó a ceder espacio al placer. Ella se empezó a mover en forma circular sobre mi verga, yo no aguantaba más, era tanta la excitación, tan apretado y caliente que yo quería acabar, pero no se como me contuve, la cargue y la acosté sobre el sofá, me puse sobre ella (la pose del misionero) y me empecé a mover lentamente de adentro para afuera, primero muy muy despacio. Luego fui aumentando mi velocidad, con mis manos amasaba sus tetas y toca su culo, mi lengua no se quedaba quieta, ni tampoco la de ella, me lamía el cuello y yo sus pezones, juntos habíamos alcanzado el cielo y en un momentó más las estrellas cuando ella empezó a gritar con más fuerza, su cuerpo se contorneaba y sus ojos se quedaron en blanco, ella había alcanzado su primer orgasmo con un hombre (una experiencia maravillosa según me dijo) sentí como me apretaba mi verga y me mojaba aún más. Paso otro rato y yo continuaba metiendo y sacando cuando sentí como una corriente electrica subía desde mis huevos hasta mi verga y fue cuando estalle en el que hasta entonces había sido mi mejor orgasmo, fueron grandes cantidades de semen las que salieron de mí, incluso se salió un poco de semen por la parte baja del condón.

Me estuve un rato más dentro de ella, recuperando mi respiración. Luego me salí y me senté a la par, a pesar del gran orgasmo había tenido, mi verga no se había bajado ni siquiera un centímetro, yo seguí igual de excitado que al principio. Así que me quite el condón, me puse otro y la baje a la alfombra, la puse en cuatro y de un solo se la ensarte hasta el fondo, la volvía a sacar y nuevamente para el fondo. Ella me pedía que lo hiciera más rápido y así nuevamente acabamos los dos, primero yo y después de un rato más de estar en el vaivén acabó ella. Después de eso sólo me despedí, ya que era tarde y sus padres no tardarían en llegar, le di un pequeño beso y me fui.

En la oficina nuestra situación era igual y nadie sospechaba nada. Pero cada miércoles, nosotros repetíamos nuestra aventura, un día fue en el cuarto de los papás y otro en el baño. Pero eso otro día se los contare.

 

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