Relatos Eróticos Primera Vez

El PadrePierre | Relatos Eróticos de Primera Vez

Publicado por Chiquito 24 el 24/11/2019

Aquella tarde iba a encontrarme con el padre Pierre, un sacerdote jesuita de origen belga que había conocido en un club católico y que era un hombre muy culto, no me acuerdo como había comenzado a hablar conmigo pero sé que fue en la piscina donde yo iba seguido y muy pronto supo captar mi interés, ya que de manera rápida se dio cuenta que era muy curioso y que me interesaban temas que no eran tan comunes en un chico de mi edad, aún me faltaba un mes y medio para cumplir los quince y aunque era adelantado en temas culturales, mi físico no había madurado de la misma manera, era bajito y muy lampiño y si bien no era para nada gordito, en mi cuerpo predominaban las curvas. Yo estaba encantado con estas características mías, y deseaba que siempre fuera más o menos así, ya que tenía bien claro mis inclinaciones sexuales, era totalmente pasivo y me gustaba que me percibieran como nena,

Este cura me había dado a impresión que buscaba lo que yo quería que buscara un hombre en mí, pero no estaba del todo seguro por mi edad, pero sentía algo y por eso estaba tan entusiasmado en acudir a la cita. Él me había propuesto enseñarme yoga en la habitación donde residía que estaba situada en una sección de la Iglesia Regina Martirum, le llaman celdas a esa habitaciones, tal vez porque no eran muy grandes pero igual era cómoda, tenía una mesa donde nos sentamos a charlar ni bien llegué y los más importante: una cama.

Ni bien nos pusimos a charlar, era un placer escucharlo, era tan cálido y encantador, y sobre todo masculino, ya había probado jugar con otro chico pero también era pasivo como yo y fue todo un desencanto, pero él era tan distinto… rápido comenzó a hacerme preguntas personales y a mí me encantó que yo le interesara y que la conversación girara en mis cosas y mis intereses, en eso soy como cualquier chica… muy pronto me preguntó y no me pareció nada raro, ya que cuando iba a nadar algunos hombres me miraban (sobre todo la redondez de mi culito), si había tenido algún problema con algún hombre, lo de problema me hizo gracia, pero yo, muy compungido, comencé a contarle (del aquél chico que era como yo no le dije nada) que una vez en el autobús un hombre se puso atrás mío, lo que hasta ahí era cierto, y empezó a apoyarse en mí… Hay padre…!Me dio tanta vergüenza que empecé a correrme hacia un costado (esto ya no era cierto, pero sentía que tenía que ir con tacto), pero el hombre se volvió a poner detrás de mí, estaba tan confundido… y tenía tanta vergüenza (pobre angelito) que para que la gente del autobús no se diera cuenta de nada… preferí quedarme quietito y soportar aquello (ja!) él padre Pierre me escuchaba atento y con un rostro tan comprensivo, esa era la estrategia de él… toda contención… toda empatía… ¡Qué divino! Y mientras yo le iba contando apoyó una mano sobre mi pierna como mientras asentía con su cabeza, me iba envolviendo lentamente y eso me gustaba tanto, que yo estaba super exitado, y mi relato cobraba emoción, pero no era por recordar algo terrible, era por la calentura que sentía, esa lentitud era hermosa pero un poco exasperante…
Si padre lo dejé que me hiciera lo que quisiera para que nadie se diera cuenta… que vergüenza que sentí (En realidad tanta calentura como ahora)
Y… que pasó? me preguntó él con los colmillitos saliéndole de la boca.
Estaba tan confundido y nervioso (recaliente) que empecé a pedirle a Dios (mentiritas mías) que no me dejara caer en la tentación (a ver si se da cuenta padre… le estoy diciendo que estaba tentadito… muy tentadito… lo único que no alcancé a contarle fue que esa vez, por miedo a no sé qué, me asusté y no lo acompañé al tipo aquél…
Oh!... pobrecito… Dijo él arrimándose más, mientras apoyaba su otra mano en mi espalda, las sienes me latían y además estaba temblando pero no de miedo, claro.
Si padre le rogué al altísimo que no me dejara caer en la tentación… ese hombre era tan hábil con sus manos…
Oh! Mi querido… tome un vaso de agua sacó la mano que tenía cruzada sobre mi pierna, pero con la que tenía en la espalda me acariciaba en forma circular mientras iba bajándola poco a poco…. Tomé el agua mirándolo de reojo y cuando me terminé el vaso me pasé la lengua por el labio superior de manera ambigua, para que se diera cuenta que no hacía falta que fuera tan lento, porque ya le estaba diciendo con claridad, con lo de la tentación, que me gustaba que un hombre me hiciera todo lo que se le hace a una hembra… pero él fiel a su estilo, no se saltaba un paso…
Hace mucho calor, me dijo, ¿quiere sacarse algo de ropa?
Sí!... ¿Qué me saco? Le dije desafiante como una hembra en celo.
Oh… puede sacarse toda la ropa con confianza, estamos solos…
En segundos estaba todo desnudito, pero para hacerme el ingenuo y en una pose al mismo tiempo provocadora, me tapé mis genitales como si tuviera vergüenza que se viera mi pequeña erección, y me puse de costado para que se notara bien mi culito redondo, y lo miré de reojo, como diciéndole ¿te gusto así? Él ya se había sacado su camisa y me miró con muy agradable sorpresa, todo le estaba saliendo fácil gracias a mi colaboración, no era tan nenito… ¡era una nenaza y muy calentona! De todos modos sólo me puso una mano sobre los hombros con ternura mientras me acercaba a la cama… sólo tenía el calzoncillo, pero la erección que se le notaba a través de la tela ¡¡¡no era para nada pequeña!!!... me sentó sobre sus piernas y yo que ya no daba más, que estaba a punto de estallar me senté justo encima de esa pija grandota, acomodándome sensualmente como si quisiera que se me metiera adentro a través del calzoncillo…. Los ojos se le salieron de las órbitas y viendo además, mi boca entreabierta y lujuriosa… comenzó a besarme por fin!!!...

Me manoseaba mientras me besaba y le dije: Ya no daba más Pierre! Haceme tu hembra… quiero ser tuya!!!
Me dio vuelta y yo en cuatro patas levanté el culito orgullosa, y él me lo besó primero y después me pasó la lengua por la raya… yo hundí mi cabeza en la almohada para gritar a gusto, porque estábamos en la dependencia de una iglesia, y yo cuando estoy así de caliente grito como una loca… de pronto me dejó para buscar un frasquito en la mesa de luz y y yo le pedí llorando no Pierre no me dejes así tócame por lo menos!!!
Ya estoy, me dijo, era un frasquito de manteca de cacao, y me untó primero mi culito y después su pijota y mientras él hacía eso me zambullí en su pija para lamérsela y chuparla un poco, tenía buen sabor… y él a cada cosa que yo hacía, abría grande los ojos sorprendido porque nunca se había imaginado que yo era tan buena putita con mi edad.
Pero antes de empezar le pedí que me dejara acabar porque no aguantaba más, total después me podía coger toda la noche, pero necesitaba acabar para tranquilizarme…!!!!
Pero por primera vez, no me hizo caso, y me dijo:
Tengo que ordenarte un poco, porque estás tan descontrolada que te vas a perder mucho placer, lo dijo con una media sonrisa, tomando el control… haciéndome sentir lo lindo que es que tu macho tome el control cuando hace las cosas bien y con seguridad… ¡Quien es el macho dominante y quien es la hembrita sumisa…!
Algo me estalló en la cabeza cuando me dijo eso!!! Me puse temblar de nuevo… muy excitada. Y lo abracé para besar con furia la boca que me decía lo que quería escuchar sin saberlo antes de que me lo dijera…. Yo Pierre, yo soy la hembrita sumisa y putita… y vos el macho que me pone en mi lugar!!! Cogeme y haceme todo lo que que tengas que hacerme para que me sienta todoa tuya!!! Me muero de amor por vos. Primero me metió la puntita, deslizándola suavemente, para no lastimarme y mientras tanto me acariciaba alrededor mis pezoncitos y me lamía primero uno y después el otro lóbulo de la oreja…!!! Pero no me dejaba pajearme…!!! Yo llorando le rogaba que me dejara!!! Por favor! Por favor! Déjame acabar! Que me vuelvo loca!!!
Me dio vuelta muy despacio la cabeza y el la giró para besarnos sin que se me saliera y ahí sí me dejó desahogarme en medio de mis lágrimas de placer y mis grititos que ya no eran tan suaves: soy tu putita! Soy tu hembra Pierre!!!
Acabé como nunca pensé que se podía acabar!!!...llorando de placer y sintiéndome muy orgullosa de haber encontrado mi macho y siendo tan chiquito demostrarle que era toda una hembra.

Después de que acabé de aquella manera, se puso tierno conmigo y me llenó de besos el rostro, antes de darme un largo beso que me inundó con su lengua toda la boca. Decir que me sentía en el cielo es poco… el cielo nunca podría ser como esto…
Cuando ya estaba relajada y empecé a reír como una loca mientras le decía: haceme de todo Pierre porque todo me gusta!!! Me hizo una seña de que me sentara en la cama saco la almohada y la puso en el suelo, para que no me dolieran las rodillas… Dios!!!... que hermoso estar de rodillas ante la pija de tu macho… ante tu macho… de rodillas me sentí como buscaba sentirme… Todo lo que iba aprendiendo… que placer en la sumisión!
Primero se la besé, después se la lamí… y ahí él se puso de pié para que le lamiera las bolas, eran un poco peludas y tuve que sacarme algunos pelitos de la boca pero todo era divino… me sentía tan hembra!!!... después me la puse en la boca y lo miré y le pregunté si lo hacía bien y me dijo: Confía en tu instinto, porque sos bién hembra!!!... Después de que me dijo eso volví a llorisquear un poco y él me miró sorprendido. Y yo le dije: Lloro de felicidad, por lo que me dijiste… lloro de orgullo… y seguí chupándola con más seguridad y con gula… sabía que cuando acabara él… me iba a tragar toda su leche hasta la última gota, y que su leche iba a estar dentro de mi, dándome más motivos de orgullo. Y fue tal cual cuando me di cuenta que se venía la saqué de mi boca para atrapar el primer chorro, lo tragué con una sed desesperada y con la lengüita la doblaba como diciéndole dame el otro chorrito papi… y cuando vino el segundo después de traga esperé un poco pero no vinieron más, así que volví a ponérmela en la boca mientras gemía gozosa…

Después durante la tarde él no volvió a acabar, pero sí me hizo acabar a mí, siempre fue así de generoso conmigo, él se echaba un polvo, él ya había pasado los cincuenta, pero me hacía que yo me echara todos los que tuviera ganas, hizo todos los esfuerzos para quedarse el mayor tiempo posible en Argentina pero al final tuvo que irse fue hermoso mientras duró, el final fue triste, porque yo no podía irme con él por mi edad, si nó, según me dijo, hubiera dejado los hábitos. Fue mi primer amor y el más grande de mi vida.

 

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