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La amiga de mi madre | Relatos Eróticos de Sexo con maduras

Publicado por Anónimo el 30/11/-0001

Hola, mi nombre es Ezequiel, les escribo para contarles algo que me paso hace un tiempo. Estabamos con mi familia en mi casa de campo pasando unos días , un día recibimos la visita de Mariana, ella es una mujer separada de 46 años, delgada, rubia, ojos claros, una muy buena figura, la verdad es que yo ya me había masturbado pensando en ella alguna que otra vez. La cuestión es que se quedó con nosotros unos días. Al pasar los días mi excitación iba volviendo, me encantaba y buscaba cualquier momento para rozarla o tocarla. Resulta que una mañana estabamos en casa, mis padres habían salido a hacer compras y nos quedamos solos, no se como sucedió pero ella traía un jeans muy apretado a su cuerpo y un top que marcaba sus pezones en punta, no se que paso por mi cabeza pero cuando la vi me fui como desesperado y la tomé por detrás, llevándola contra una pared, se puso incómoda , me preguntaba que pasaba, yo no decía nada, solo quería sentirla contra mi cuerpo, mi pene se comenzó a parar, y creo que ella lo sintió en su culo , le susurré al oído que era la mujer de mis sueños, que me gustaba desde hacia ya mucho tiempo y que no quería dejarla ir, entonces ella se calló y se quedó quieta, eso me sorprendió, porque inmediatamente tomó mi mano y se la puso sobre su pechos, y me dijo que por que no se lo había dicho que ella era una mujer muy comprensiva, entonces se dió vuelta y me metió un beso que me dejo seco, lamió mi lengua como la mejor hembra, parecía sedienta, me tomó toda mi saliva, en ese instante yo puse mis manos en su culo, ella levantó su pierna y me la puso en mi cadera y me susurro que la hiciera mía. Comencé entonces a quitarle el top y allí estaban esos pezones duros pidiéndome que los chupara, comencé a chuparla toda mientras ella gemía muy suave, me erizaba la piel con su gemido y me decía que si, que le gustaban los pendejos, que quería hacerlo conmigo porque tengo la sangre bien joven, soy fuerte como un potro, comencé a quitarle sus jeans, me pare mientras se lo bajaba y la besé, le metí el chupón de mi vida, mordí su lengua y ella no me la quitaba de mi boca, se ve que le gustaba, me comenzó a lamer mi cara como si fuera una perra y me dijo que la llevara a la cama. Fuimos inmediatamente, abrió sus piernas y me dejó ver su sexo, estaba húmedo, le dije que le iba a hacer el amor como nunca se lo habían hecho, la comencé a penetrar, cuando llegué al fondo me apretó con sus piernas, que enredó en mi cuerpo y me dijo que me empezara a mover hasta que no tuviera fuerzas, comencé mientras nos besábamos, parecíamos dos desesperados, debo aclarar que por mi parte lo era pero por ella, no sabría decirlo.

Mientras se la metía una y otra vez iba subiendo de ritmo, cada vez se lo hacía mas y mas fuerte como si quisiera entrar por su vagina, quería hacerla gozar, para que no me dejara ir nunca mas, dejé de besarla y me llevó la cara a sus pechos, que estaban colorados por el roce que teníamos, vi su cara y parecía que estaba en el cielo, me miraba con tanta ternura con tanto amor como diciendo que no parara jamás. Me fui a sus pechos y comencé a chuparlos y morderlos estaba como loco se me habia dado la relación que tanto quería hacerlo con una mujer madura y mayor que yo.


Mientras la chupaba me dijo entre gemido y gemido que quería que le sacara leche como si me amamantara ,debo confesar que eso me éxito mucho mas y me dio mas fuerzas para meterla y chuparla mariana gemía cada vez mas y mas fuerte me abrazaba y me pedía mas.


Me decía "seguí así, mi pendejo, mi machito" mientras largaba un "ahhhhhhhhhhhhhhh" y mas luego un "siiiiiiiiiii segui mi amor", comencé a sentir que me venía y le dije, para mi sorpresa me dijo que le llenara su vagina con mi leche caliente, que no derramara nada fuera que quería tenerme todo dentro. Seguí bombeando hasta que comencé a llenarla, mientras sentía su calor en mi pene que muy mojado estaba. Cuando terminé se me subió encima y me siguió besando sin que se lo sacara, me dijo que no iba a ser la ultima vez que lo haríamos y que se lo había hecho muy bien, que le había gustado muchísimo y me citó para ir a su casa donde me esperaría mas caliente que esta vez y con mucho mas tiempo para hacerme sentir todooooo lo que una mujer puede dar, cuando llegaron mis viejos todo estaba de maravillas, mejor imposible.

 

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