Relatos Eróticos Sexo con maduras

MI ENCUENTRO CON ESTEBAN | Relatos Eróticos de Sexo con maduras

Publicado por CAMILA el 05/06/2014

Hola amigos, soy Camila nuevamente. Hoy les quiero contar lo que me paso hace como 4 meses. Para los que no leyeron mis relatos anteriores les cuento que tengo en la actualidad 25 años, mido 1.77 de altura, ojos color miel. Mantengo muy bien mi figura, más bien la que la naturaleza me brindo, soy delgada pero de buenas cuervas, tengo 105 de pechos (naturales) y muy fina cintura y un culo bien parado. Además mi vida sexual se resume a coger con mi perro y rara vez con otro animal que se me cruce, prefiero las vergas de hombres por mi culo y me gustan los mayores, de tamaño grande preferentemente y con buenas pijas.
No voy a mentir y decirles que cojo todos los días o muy seguido, pero siempre trato de pasarla bien cuando tengo sexo. Lo primero es coger con mi perro Tato, es un mastín, y de vez en cuando mi trasero pide verga así que me hago coger bien el orto con un vegete, y no es que salgo a buscar y hacerlo con cualquiera, ya tengo los míos en mi barrio.
Bueno, les cuento que estoy a punto de recibirme de arquitecta. Estoy trabajando en una empresa desde el año pasado donde su dueño es mi profesor en la universidad. Ahí trabaja un abogado de unos 50 años, ex jugador de rugby, aún mantiene bastante bien su cuerpo.
Él es uno de los candidatos a ser mi macho, ya que 2 los tuve que dar de baja, Jaime (48) mi vecino de departamento falleció hace 2 meses en un accidente de tránsito y mi profesor Javier (55) dejó de verme porque creyó que lo nuestro era en serio y cuando me lo dijo le aclaré las cosas rompiendo su corazón.
Cuando voy a mi ciudad natal don Carlos sigue cogiéndome rico, y Miguelito su hijo con mucha suerte liga algo.
Esteban, así se llama este abogado, me busca desde que entre en la empresa, me prometía de todo, quería que me presentara en una agencia de modelos, él se encargaría del negocio, me ofreció un departamento gratis, y ¡hasta un auto! Yo siempre le dije que no a todo esto, le dejaba claro que no me interesaba, pero el insistía, sabía que no tenía novio. Yo no tengo necesidades económicas, aunque las propuestas de Esteban eran muy buenas, no me interesaban, estaba a punto de recibirme, ya trabajaba bien y lo más importante tenía el sexo que necesitaba y sin compromiso.
Ya habían pasado como 2 meses desde mi última cogida anal, que fue con mi perro Tato. Mi culo empezó a pedir pija, yo no tenía intención de viajar a mi hogar porque tenía mucho que estudiar, por lo que don Carlos quedaba descartado.
Cuando llego al trabajo, Esteban ya había llegado, tendría un día agitado por lo que decidió llegar temprano para poder terminar con todo. Estaba alterado, no podía encontrar una documentación. Salió volando a tribunales, regreso como a las 12. Estaba cara larga. Tuvo que pedir unas prórrogas para la presentación pero por lo visto algo le costó.
Me dirijo a la cocina para prepararme un té, entra él y cuando me vé cambió un poquito su cara:
* Por fin algo lindo en este día de mierda.
* Que sucede Esteban, te note alterado esta mañana
* Y aún lo sigo, el día se me hace largo y no me salen las cosas, tengo varios inútiles que no hicieron lo que tenían que hacer y ahora estoy envuelto en quilombos.
* Debes relajarte un poco, de lo contrario no podrás pensar claramente, le dije preocupada.
Él se tomó de la cara y se inclinó hacia atrás, ahí fue cuando note un paquete bastante interesante entre sus piernas. Se incorporó nuevamente, se sirvió un café y cuando se iba dijo necesito un cable a tierra urgente, me voy a seguir en mi oficina. Al rato veo que pasan
Todas las personas a su cargo con caras largas; le pregunto a una de ellas, Romina que es lo que pasa que se van todos con esas caras? Esteban no dijo que nos retiráramos, mañana cuando nos incorporemos vamos a tener novedades por todo el lio que se armó.
Ya eran las 13hs. y todos salieron a almorzar, Esteban no paso, por lo que me dirigí a su oficina. Él estaba tomando una vaso de agua cuando llegue, entre sin golpear, ni siquiera giro su cabeza para ver quién era, miraba al techo y estaba serio. Por lo que decidí acercarme:
* Que sucede Esteban, ahora te noto peor que hace un rato (en ese momento se incorporó porque reconoció mi vos).
* Estoy muy enojado con mi gente, cada uno de ellos cuando me necesito estuve a su lado y sin compromisos, hoy necesitaba simplemente que hicieran su trabajo y no cumplieron.
* Relájate un poco, lo tome de sus hombros y comencé a masajearlo.
* No sabes lo bien que me viene esto.
* Si, este muy tenso, necesitas descansar un momento para que puedas seguir. Me dirigí hacia las cortinas y las cerré, luego apague la luz, solo deje la de un velador prendida. Así vas a poder relajarte mejor le exprese.
* Gracias Cami, eres muy amable.
* Quítate el saco, así te voy a poder masajear mejor.
Cuando lo hizo, comencé nuevamente, luego me puse frente de él y le daba masaje en su cuello y su rostro. Yo estaba bien pasada y había desprendido un poco mi camisa para que resalten aún más mis pechos, le pregunte si estaba mejor, me dijo que sí. Como será que estaba de tenso que el cerro sus ojos y no miro mis pechos, yo ya estaba excitada porque me imaginaba como este hombre de 1.90 de altura me cogería. Solo atiné a llevar su cabeza contra mis pechos, suspiré cuando sentí su respiración entre ellos. El automáticamente llevo sus manos hacia mi trasero y comenzó a acariciarlos. Con una mano me desprendí la camisa y el sostén llevando mis pezones a su boca. Los chupaba y mordía lentamente excitándome más aún, luego lo empuje para que se recostara sobre su sillón, en noto mis intenciones así que se relajó, me arrodille frente a él y sobaba su pija por sobre el pantalón, ya comenzaba a reaccionar, le baje el pantalón y vi su tremenda pija, era gorda pero no muy larga (me recordó a la de mi primo Mario aunque no tan grande). Se la comencé a chupar despacio, de a poco iba aumentando su tamaño, cuando estuvo a punto intente meterla a toda y chupar con fuerza, pero como era muy gruesa solo llegue hasta la mitad. Estuve chupándole también los huevos como por 5 minutos, me incorporé y levante mi pollera recostándome sobre su escritorio, levante mis piernas y se acercó al instante comenzándome a lamer la concha y el culo, no hizo por quitarme el calzón, simplemente tiro del pequeño hilo y lo rompió. Mi intención era que me coja por el culo así que lo deje que me la chupara, introdujera sus dedos, y me metiera cosas que había sobre su escritorio, cuando estaba por acabar le pedí que me la metiera, se incorporó y empezó a meterla despacio pero como noto que mi concha no le costaba recibirla la introdujo de golpe. Solo basto un par de minutos para que me viniera. El noto cuando acabé y seguía moviéndose frenéticamente. Estiré mi mano hacia mi cartera, saque el pomo de gel íntimo y le dije que la quiero por el culo. Saco su tranca y gire poniéndome boca abajo en su escritorio y él puso la punta del pomo en mi orto, lo introdujo un poco y presiono, luego se tiro un poco en su pija. De inmediato me la comenzó a meter, noto la resistencia, yo solo gemía, la seguía introduciendo hasta que entro toda. Se detuvo un momento, le pedí que no lo hiciera, que estaba acostumbrada, entonces comenzó a moverse lentamente, tres veces la introducía
Como hasta la mitad y luego me la metía toda, el guacho sabía jugar; lo continuó haciendo así hasta que no hubo ningún tipo de resistencia y comenzó a meterla fuerte y bien hasta el fondo. Yo solo gozaba, me quejaba, movía mi cadera para que me abriera más el orto. Luego comenzó a meterla bien rápido, sabía que estaba por acabar así que me tiré del escritorio y me puse de rodillas apoyando mi cabeza en el suelo, él en ningún momento la saco, me abrí bien y acomodé mi cuerpo para que toda su leche me quede bien adentro y no perder ni una gota, me seguía dando duro hasta que dio un grito de placer, yo mordí mis manos para no gritar también, terminamos juntos, le pedí que se quede un rato sobre mí y así lo hizo, luego nos recostamos sobre el suelo y no relajamos un rato. Luego me incorporé, le di un beso en sus labios y me marché sin decir nada. Después les cuento las otras revolcadas con sus propuestas. Besos a todos.

 

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