Relatos Eróticos Zoofilia

Perro Vs Lourdes | Relatos Eróticos de Zoofilia

Publicado por Anónimo el 30/11/-0001

El siguiente relato sucedió hará ya unos cinco años, por aquellos entonces tenía una novia llamada Lourdes, incluso estuvimos viviendo juntos varios meses. Ella tenía veintidós años, teníamos una vida activa con respecto al sexo, morena, con el pelo corto y liso, bajita, unos 55 kg, cara linda, con grandes tetas, con un culo resultón.
Teníamos acceso a internet, y estaba yo navegando una noche, curioseando por sitios pornos, hasta que llegué a uno de zoofilia, me puse calentísimo, perros, caballos y burros que se tiraban a mujeres, las mujeres mamaban, follaban y bebían de sus calientes corridas. Al rato de estar yo visionando esto, Lourdes se acercó al ordenador, yo miraba a una mujer que estaba mamándosela a un caballo, y se tragaba toda su corrida, ella me comentó que la chica debía de estar enferma y que yo era un pervertido por mirar esas cosas, intenté atraer su curiosidad hacia el tema pero no le interesó, desde entonces cuidé que no me viera navegando por esos lugares.
Un día, una prima suya vino a casa a pedirnos que nos quedásemos con su perro mientras ella estaba de viaje, un labrador negro bastante grande, su nombre era Rambo, tenía unos dos años. Nosotros aceptamos, y nos quedamos con el perro.
Una noche, encerramos el perro en la cocina y nosotros nos pusimos al lío, comenzamos nuestros juegos, Lourdes se quitó su camiseta y los pantalones, para al rato quitarse la ropa interior, y dejar ver su delgada línea de moreno pelo púbico, ella era una tía muy caliente y sexy, y con el pequeño striptease que había echo me había puesto revolucionado. Una vez que estuvo completamente desnuda, se acercó a mi oreja y con voz leve me dijo que trajese al perro, que iba a satisfacer mi fantasía, me quedé callado unos instantes hasta que me dirigí a la cocina y traje a Rambo.
El perro se acercó a ella, puso su negra nariz en su pierna, oliéndola, después se puso a lamerle la mano, a ella le gustaba, seguidamente se puso a lamer la pierna, Lourdes le dijo al perro que no hiciera eso, que era un perro malo, pero Rambo no paraba, comenzó a acercar su nariz a la zona de su coñito, ella intentaba empujar su cabeza, pero era demasiado insistente y fuerte, debía estar bastante excitado por el aroma de su coño. En ese momento le dije que parecía que al perro le gustaba mucho, que mirase lo excitado que lo había puesto, Lourdes miró hacia abajo y se le abrieron los ojos al ver un pedazo de carne colgante y roja salida de la envoltura, su cara se puso roja al ver el inmenso miembro, inmediatamente exclamo que era enorme, que vaya rabo. La gran verga la calentó aun más, sobre todo al saber que ella era la causa de que saliese ese enorme trozo de carne, no podía apartar la vista. Le dije que intentara tocárselo, Lourdes contestó que no se atrevía, y le respondí que seguramente le iba a gustar mucho, entonces ella se decidió al fin, se agachó un poco y comenzó a frotarle ligeramente el miembro. A él le debió encantar porque la verga comenzó a crecer más, Rambo metió la nariz en el coñito jugoso de mi novia, ella pegó un bote al principio, pero le dije que se echara, que iba a disfrutar, y antes de que ella pudiera decir nada, el labrador le estaba lamiendo el coño como poseído, Lourdes empezó a gemir, sus ojos se ponían en blanco, la lamía sin parar con su lengua áspera, ella disfrutaba. Separó las piernas más aun y Rambo todos los jugos que le salían a ella los lamía, pasándole toda la lengua por el clítoris, ella sabía que se iba a correr, el perro era incansable, venga lamerle el coño, Lourdes estaba que no podía más, levantó el culo lo más que pudo para que también le lamiera su ano, él lo hizo y se puso a lamerle el culo también. Lamía con tantas ganas que a ella se le escapaban ruegos, chúpame así el coño y el culo. Ella empezó a correrse, gritaba de placer, tuvo varios orgasmos, a ella no le importaba lo que estaba haciendo, sus antiguos reproches ante la zoofilia habían sido extinguidos, deseaba más del perro, quería que no parara de lamerle su coño y su culito. Cuando el último orgasmo comenzó a remitir, abrió los ojos, me miró, con Rambo aun lamiéndole el culo, y me dijo que no se podía creer que la hubiera dejado hacer eso, le contesté que no pasaba nada.
Tras esto, Lourdes miró al perro, observó su enorme miembro y le dijo que quería su verga dentro de ella, a la vez que decía eso, se levantó y se colocó sobre la cama a cuatro patas con su precioso culito para arriba, después me pidió que le ayudara a que Rambo la follara, su coño estaba muy mojado, brillante de sus jugos, ayudé al perro a entrar dentro de ella, este impaciente se puso fácil encima de ella, no fue complicado, conseguí poner la punta dentro, y rápidamente la metió en el interior de la vagina. Lourdes me dijo que era muy grande, que estaba caliente, Rambo comenzó a follarla como poseído, desde el comienzo, sin contemplaciones, follaba lo más rápido que podía, empujando su gran palo dentro y fuera de ella, a Lourdes le encantaba, gemía de placer con cada embestida, ella culeaba para atrás al mismo ritmo que el animal la penetraba. El perro empezó a hacer sonidos por el placer, su saliva goteaba sobre el pelo de Lourdes, mientras le clavaba las garras en su espalda, a ella no parecía importarle, estaba embriagada por la pasión, no podía creer que estuviera siendo follada por un perro, entraba y salía con fuerza el miembro del animal.
Cuando la situación se estabilizó, me quedé desnudo, me puse delante de Lourdes, y le metí mi polla en su boca, ella se la tragó placenteramente, la chupaba mientras el perro le daba, él seguía follándola, sin parar, dentro fuera, una y otra vez, así pasaron bastantes minutos. Lourdes jadeaba con mi polla en su interior, aguantaba las embestidas, hacía tiempo que no podía seguir su ritmo y se mantuvo soportando las continuas acometidas, estaba empapada de sudor. Llegó un momento en el que Lourdes me dijo que estaba empezando a crecer más su miembro dentro de ella, con cara de susto me decía que no sabía si iba a poder soportarlo, se estaba refiriendo a la bola del miembro del perro que ya la tenía pillada. llegué a pensar que le podría hacer realmente daño, ella estaba asustada, Lourdes comenzó a gritar cada vez más fuerte, eran ya aullidos, la bola le estaba causando cierto dolor.
Pasados unos minutos así, ella empezó a estar mejor, de nuevo disfrutaba con el follado de Rambo, yo le metía mi polla entera en la boca, hasta el final, ella dejaba la boca abierta, su cara expresaba placer, algunas arcadas les produjo mi polla pero no se quejó, Rambo sin sacar la polla, moviendo la bola dentro de la vagina penetraba a mi novia. El animal empezó a gemir cada vez más, estaba a punto de correrse, Lourdes estaba igual, gimiendo también de placer, sus ojos en blanco, mi polla en su boca, el preludio de su orgasmo. De pronto, soltó un ooooooohh, había recibido el primer chorro del semen caliente en su vagina torturada, el perro se corría dentro de ella, a ella le gustaba ese semen caliente dentro de ella. Rambo al acabar de correrse intentó salir, pero al estar bloqueados no pudo, así que se quedó sobre ella, yo aproveché para follarme la boca de mi novia, hasta que logré correrme en su interior, tragándose esta todo mi semen.
Tras un rato, la bola se deshinchó y Rambo pudo salir de ella, de repente una gran cantidad de semen de perro salió de su coño, corriendo por sus piernas, las cuales quedaron bañadas de la leche. Instantes después se fue al baño, donde se limpió un poco. Cuando vino me dijo que ya había cumplido mi fantasía, le respondí que ella lo estaba deseando, no contestó, y me dijo que ya no lo iba a hacer más, una vez para probar.
A los pocos días, la prima vino a por su perro, y se lo llevó, Rambo no se podía quejar del rato pasado en nuestra casa.

 

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